El clásico Huracán-San Lorenzo es uno de los tradicionales encuentros futbolísticos de Argentina y la ciudad de Buenos Aires. Lo disputan el Club Atlético Huracán y el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, y es uno de los más antiguos y convocantes del país.[1] También se refieren a él como el clásico porteño,[2][3][4] y el clásico de barrio más grande del mundo.[5][6]
En la actualidad trasciende los límites locales, convirtiéndose en un partido seguido tanto a nivel nacional como internacional, que sin embargo mantiene la esencia que le dio origen.[7][8][9]
Es el tercer clásico más importante del país en cuanto a suma de títulos oficiales (nacionales e internacionales) logrados por los dos clubes, con un total de 35 títulos (13 de Huracán y 22 de San Lorenzo), solamente detrás del Superclásico y el clásico de Avellaneda. Además, ambos clubes se posicionan en los primeros seis puestos en cantidad de entradas vendidas a lo largo de la historia (San Lorenzo tercero y Huracán sexto) y en la mayoría de las mediciones de cantidad de simpatizantes en el país.
San Lorenzo y Huracán son dos de los clubes más antiguos, laureados y convocantes del fútbol argentino. Ambos integran la galería de clubes clásicos de la FIFA por Argentina, junto a otros nueve equipos.[10]
El tradicional enfrentamiento surge de la cercanía geográfica de ambos clubes, que durante los años fundacionales tuvieron sus respectivos estadios muy cerca uno de otro. Huracán, luego de haber pasado anteriormente por otros dos lugares, emplazó su cancha en avenida Chiclana y Alagón en 1914, y permaneció allí hasta 1924, a escasas cinco cuadras del lugar donde, entre 1916 y 1981, se erigió El Gasómetro, emblemático enclave de San Lorenzo.
La rivalidad, que ya existía en la década de 1920, es una sana característica del entorno barrial, que enriquece la historia cultural y deportiva de Parque Patricios, Boedo y el resto de la Ciudad; ambos clubes emparentados con la esencia porteña.
De acuerdo con los límites barriales trazados en décadas recientes por el gobierno de la Ciudad, San Lorenzo nació en el actual barrio de Boedo —aunque antes la zona era considerada parte de Almagro, de ahí su nombre—, lugar en el que permanecen algunas de sus sedes sociales y donde se erigió su histórico estadio conocido como El Gasómetro, en el que jugó hasta 1979, cuando disputó su último partido allí. Luego de catorce años, en 1993, inauguró su segundo y actual estadio, el Pedro Bidegain —conocido popularmente como Nuevo Gasómetro— en el Bajo Flores.
Huracán, por su parte, nació en el barrio de Nueva Pompeya y unos años más tarde trasladó su sede social y emplazó su estadio en lo que hoy es Parque Patricios.
Para abonar la rivalidad, ambos nacieron en el mismo año, San Lorenzo en abril y Huracán en noviembre de 1908.
Roberto Guidotti, coautor del libro oficial del centenario de Huracán, retrató: Es el más porteño de todos los partidos que el fútbol argentino pueda ofrecer. Porque más allá de que hay tantos Huracanes y San Lorenzos en el país, la referencia barrial es ineludible. Y también el respeto, siempre presente más allá de la despreciable violencia de barras. El periodista Eduardo Bejuk expresó en 2007: (…) a este clásico no lo encontrás en paquetes turísticos. Es de una multitudinaria intimidad, bastión antiglobalización, porteño, reo, misterioso como un tango homerístico, compadrito como un cuento borgeano, mío, tuyo, nuestro, eterno….[11]
Por su parte, Fabián Casas -poeta, narrador, periodista y azulgrana visceral- en un intercambio de cartas con la estrella de Hollywood Viggo Mortensen, también hincha fanático de San Lorenzo, a través del sitio oficial del club, escribió: Te confieso algo: cuando vi cómo Huracán se estaba yendo a la B por culpa de la suculenta goleada que le estaba aplicando Independiente, cuando vi las escenas en las que el "Turco" Mohamed se agarraba la cabeza en el banco, se me llenaron los ojos de lágrimas. Yo tengo un gran respeto por el adversario. Yo quería que el Huracán de Cappa saliera campeón y nunca, bajo ningún punto de vista, que el Globo descienda a la B ¿Para qué? Me parece que en nuestro país no hay un culto positivo del Adversario, cosa que hasta la Iglesia Católica tiene con el diablo. Sin el Adversario no somos nada. La misma adversidad es la que nos potencia.[12]
El primer enfrentamiento entre los dos equipos fue un partido amistoso jugado el 1 de abril de 1915, en la cancha de Huracán de Chiclana y Alagón. Fue ganado por el local por 3-1. Los goles fueron anotados por Acevedo, Salvarredi y Laguna, para el local, y Gianella, el del visitante.[13]
Por su parte, el primer encuentro oficial ocurrió el 24 de octubre de 1915, en el marco del Campeonato de Primera División, en el luego llamado estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri, del Club Ferro Carril Oeste, donde San Lorenzo hizo de local. El partido terminó 3-1 en favor del mismo. El primer gol lo marcó, a los 31 minutos, José “el Negro” Laguna, de Huracán, que sufrió las expulsiones de Caldera y Palacio. A partir de allí se produjo la remontada de San Lorenzo: a los 51 minutos empató M. Perazzo, F. Xarau lo puso en ventaja y luego, nuevamente, Perazzo selló la victoria.
La primera victoria oficial de Huracán ocurrió tres años después, en 1918, por la Copa de Honor, el primer enfrentamiento en copas nacionales. Por el torneo regular, la primera victoria de Huracán fue en la 19.ª fecha del campeonato de 1932.
San Lorenzo, por su parte, conseguiió la primera victoria por copas nacionales en la Copa Beccar Varela 1932.
Los equipos nunca se enfrentaron en categorías de ascenso ni en competencias internacionales, siempre lo hicieron en Primera División y copas nacionales, dentro del ámbito local.
* Se contemplan todos los partidos disputados por competencias oficialesl.
* Se contemplan los títulos oficiales, ya sea en el ámbito local como en el internacional, en la máxima categoría.
Listado de jugadores que han defendido las camisetas de San Lorenzo y de Huracán.
Los himnos de ambas instituciones fueron compuestos en la década del 40', con música de Alfredo Zappettini y letra de Agustín Bernárdez.[23][24]
Resultados registrados en todos los torneos oficiales y amistosos y partidos amistosos, incluyendo el amateurismo y el profesionalismo.
Es tal el antagonismo entre ambas instituciones que va más allá de la contienda deportiva. Lamentablemente los hechos de violencia se hicieron fuertes en la década de los '90, cuando las barras bravas se enfrentaron muchas veces. En estos episodios, ocurrió la muerte de Ulises Fernández, hincha de Huracán, en un tiroteo en las afueras del Nuevo Gasómetro. Como la barrabrava de Huracán estaba corriendo a la de San Lorenzo estos usaron armas de fuego para poder defenderse causando la muerte del hincha.
También hubo lo que se llama "correr a otra hinchada", ejemplos de estos son cuando la barrabrava de Huracán corrió a la de San Lorenzo en cuenstion de visitante. Previo a un clásico situado en el Nuevo Gasómetro, la barrabrava de Huracán llegaría al estadio cruzandose con la de San Lorenzo. Estas comenzaron a pelearse entre sí. Como la barrabrava de Huracán era mayoría a pesar de ser visitante esta corrió a la de San Lorenzo. Luego los de San Lorenzo contaron con ayuda de la policía federal usando armas contra la hinchada de Huracán.
Posteriormente, en el 2002, barrabravas de Huracán ingresaron a escondidas durante la noche en la Ciudad Deportiva de San Lorenzo y produjeron el robo de una bandera gigante (conocida en Argentina como telón[27]), que luego quemaron.
Más recientemente, en el año 2008, durante el festejo del centenario de Huracán un grupo de la barra brava de este club desvió el micro en el que se trasladaban para ir a enfrentar a la barra brava de San Lorenzo. Este enfrentamiento terminó nuevamente con la muerte de un miembro de un sector de la barra brava de Huracán, de apellido Silvera, conocido como Cafú. Todos estos episodios, sumados a otros enfrentamientos de menor relevancia, ha enrarecido el clima del clásico, llevando inclusive a que se juegue sin banderas ni cotillón, en estadios neutrales, limitando la cantidad de espectadores y con un gran operativo policial montado en cada evento.
No obstante ello, existen campañas que buscan revertir la situación, propiciando la concordia y el entendimiento, más allá de la rivalidad deportiva.[28]
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