Los várdulos eran una tribu prerromana establecida en el norte de la península ibérica en la actual España, en la parte oriental del País Vasco.
Fuentes literarias y localización
Mencionados por Estrabón, quien los llama barduitai, aunque más adelante matiza que también se les llama barduloi y los sitúa en la costa, entre cántabros y vascones.
Tal es la vida de los habitantes de los montes, me refiero a los que bordean el lado septentrional de Iberia, los Galaicos, Astures y Cántabros hasta los Vascones y el Pirineo, pues el modo de vida de todos éllos es parecido. Renuncio a extenderme en enumeraciones para evitar la deformidad de los nombres, al menos que alguien se complazca en oír hablar de los Pleutauros, Barduitas y Allotriges (¿Autrigones?) y otros nombres peores y más inintelegibles... ESTRABON, III, 3, 7
Al norte de los Celtíberos, lindando con los Kantabroi Koniskoi, habitan los Berones, nacidos también de la emigración céltica, cuya principal ciudad es Ouaria, sobre un puente que cruza el Iber. Confinan también con los Barduitai a los cuales ahora se les llama Barduloi ESTRABON, III, 4, 12
Son también mencionados por Pomponio Mela y Plinio como vardulli y varduli, respectivamente, y también los sitúan en la costa entre cántabros y vascones. Pomponio Mela dice que habitaban las estribaciones costeras de los Pirineos y especifica que formaban una sola nación, es decir, que no se dividían en tribus, aunque Plinio le contradice cuando afirma que los várdulos estaban constituidos por 14 pueblos.
A partir del río que llaman Salia las costas empiezan a retroceder poco a poco y las Hispanias, todavía anchas, comienzan a contraer cada vez más sus distancias (...). Allí están asentados los Cantabri y los Vardulli. (...) Los Vardulli que forman una gens se extienden desde aquí hasta el promontorio de la cadena pirenaica y terminan las Hispanias. MELA, Choro, III, 1, 14-15
Al Conuentus Cluniensis los Varduli llevan 14 populi de los cuales basta con citar a los alabanenses... PLINIO Nat.His. III, 26
.
El dato más antiguo conocido de los várdulos posiblemente sea el aportado por Plutarco cuando afirma que hacia 114 a. C. el general romano Cayo Mario (156 a. C.-86 a. C.) tuvo una guardia personal de esclavos escogidos llamados bardiaios con los que fue a Roma.
Llevando una guardia personal escogida de esclavos que a él habían acudido y que él llamaba Bardiaios. PLUTARCO, Mario, 43
.
La derrota de los cántabros ante Augusto no tuvo ningún efecto para los várdulos, que no se aliaron con los cántabros contra Roma.
La última referencia a los várdulos es en la crónica de Hidacio, cuando narra que sufrió las devastaciones de los hérulos al atacar en el año 400 con siete naves la costa cántabra y de Vardulia en 456.
Bastantes individuos de la nación de los Hérulos, arrastrados en siete naves al litoral lucense, unos 400 hombres de armamento ligero, son puestos en fuga..., al volver a sus propias tierras devastaron con toda crueldad los parajes marítimos de la Cantabria y de la Vardulia... HYDACIO, Chron. Minor. 305, 2
Núcleos de población
Ptolomeo menciona siete poleis de los várdulos, a saber, Gebala, Gebalaeca, Tullonium, Alba, Segontia Paramica, Tritium Tuboricum y Thabuca.
Y al oriente de éstos (Caristos) los Várdulos y sus poleis de interior: Gebala 14º 43º 50', Gebalaeca 14º 30' 43º 45', Tullonium 13º 50' 43º 30', Alba 14º 35' 43º 30', Segontia Paramica 14º 30' 43º 15', Tritium Tuboricum 13º 40' 43º 10', Thabuca 14º 42º 50'. PTOLOMEO, II, 6, 65
Filiación étnica
Se discute si estaban emparentados con cántabros, celtas, celtíberos[1] o vascones,[2] aunque lo cierto es que los nombres de sus ciudades son claramente indoeuropeos, cuando no típicamente célticos,[3][4] como ocurre con Tritium (desde el céltico Tritos "tercero"), Segontia "victoriosa", Tulloniom (desde Tulno o Tullo "valle"), Morogi "territorio", celta *mrogi "frontera": antiguo irlandés mruig, galés Cymraeg "país, Gales" < *kom-mrogi, o los eventuales *Brigantiom reflejados por los actuales Bergüenda y Berganzo (Álava). Por otro lado, no se constata ningún topónimo vinculable al aquitano con formas Iltur-, -berri, -egi/-eki, tan habituales en el Pirineo navarro. Otras consideraciones las realizó Julio Caro Baroja, indicando que la denominación várdulo no tiene origen vasco.[5] El apelativo várdulo parece ser un exónimo, por lo tanto se podría poner en cuestión intentar demostrar filiación alguna de ese grupo a través de ese nombre.
Lo mismo puede ocurrir con denominaciones de las ciudades o poblados fortificados atribuidos a los várdulos y recogidos por personas que desconocían la lengua local. Recientemente se han encontrado al menos 20 poblados fortificados en la actual Guipúzcoa en la que el registro de cultura material encontrado no demuestra filiación celta.
Se ha especulado con que una posible expansión vascona (vasconización tardía), ocupando el actual País Vasco, entre los siglos VI-VIII d. C. ocasionara migraciones de este pueblo hacia lo que en documentos de la Alta Edad Media se llamará Bardulia (identificada, por algunos, con la "Castilla nuclear") como en la Crónica de Alfonso III, donde, relatando las conquistas de Alfonso I, textualmente dice
Eo tempore populantur Primorias, Lebana, Transmera, Supporta, Carranza, Bardulia quae nunc appellatur Castella[6] (en castellano moderno, "...Bardulia, que ahora es llamada Castilla").
Crónica de Alfonso III
En la Alta Edad Media ya no aparecen; en su lugar se encuentran los núcleos que formarán parte de Guipúzcoa.
Algunos autores[2] deducen, a partir de ciertos datos de los textos clásicos, que había una afinidad o solidaridad, acaso un nexo político, entre caristios, autrigones y várdulos propiamente dichos, que recibirían un nombre común, el de várdulos, que explica muchos hechos históricos posteriores de esta región. Como, por ejemplo, por qué al ser absorbidos o desplazados caristios y várdulos por los vascones en la Alta Edad Media al territorio autrigón, caristios y autrigones perdiesen su nombre y quedasen con el nombre común de várdulos, y los que quedasen en sus territorios lo perdiesen al ser eliminados o absorbidos por los vascones.
En 1948, Ramos Loscertales dice, sin aportar pruebas que lo fundamenten, que "jamás Castilla se llamó Bardulies" y que nos encontramos simplemente ante "un desafortunado rasgo de erudición del autor de la Crónica, del mismo calibre que otro usado por él en pocas líneas más arriba y que le sirve para identificar a Zamora con Numancia" olvidando que, hasta el descubrimiento de las ruinas de Numancia por Eduardo Saavedra y Moragas a finales del siglo XIX, algunos historiadores consideraban que Numancia se asentaba en las proximidades de Zamora. Cesáreo Fernández Duro, en su Historia de la ciudad de Zamora, presenta una lista de 27 escritores que defienden esta teoría (entre los que se encuentra Alfonso X el Sabio) y de 58 que están en contra.
El escudo de la provincia de Guipúzcoa reza: Fidelissima Bardulia, nunquam superata.[7]
[(I)] Sobre el grupo étnico de los várdulos cabrían hipotéticas referencias del ámbito escita y albano-caucásico de los que se intentará dar luz desde Oriente hasta Occidente. Para ofrecer una descripción que aclare conceptos se repetirán parte de pasajes de escritores antiguos, ya citados, aunque textualmente difieran en puntos concretos. En la narración hispana de Plinio, según la tradujo y comentó el terolense D. Miguel Cortés y López, se halla lo siguiente (datos de Occidente):
"In Conventum cluniensem varduli dueunt populos XIV, ex quibus albanenses (4) tantum nominare libeat...
Al Convento cluniense envían los vardulos (19) catorce ciudades, de las que no me place contar sino á los alabenses [albanenses]...
De la misma autoría del Sr. Cortés, ahora según el libro III de Geografía de Estrabón, sobre los que viven junto al Duero:
[C. 154] "... son los lusitanos hombres insidiosos, escudriñadores ó investigadores, ágiles, ligeros (2), inconstantes y crédulos: sus armas son un escudo de dos pies de diámetro, y cóncavo por delante, ajustado por correas sin asa ni hebilla alguna. Al costado una espada corta, especie de daga: los más usan corazas hechas de lino; muy raros las usan de malla (3) ni de morriones con tres plumeros, y los más traen cascos hechos de nervios (4). Los de á pie calzan borceguíes, y cada cual trae un grande número de dardos (5), y otros usan lanzas con puntas aceradas.
"En los que viven junto al Duero se observan muchos rasgos de la vida y costumbres de los espartanos ó lacones (6): untan su cuerpo dos veces al día con aceite, ó con otra esencia; usan braseros de piedra, y se bañan en agua fría... son dados a los sacrificios; observan las entrañas de las víctimas sin cortar parte alguna de ellas; inspeccionan las venas del costado, y palpando ó pulsando pronostican lo que está por venir. También adivinan por la inspección de las entrañas de los prisioneros (8), á los que cubren con sagos. Al punto que le dan la estocada en el corazón á la presencia del arúspice, el primer augurio le forman del modo como cae el cadáver. Cortan las manos á los prisioneros, y las diestras las ofrecen á los dioses (1).
[Notas pp. 98-99] (2) Esta ha sido la causa general de las trasmigraciones frecuentes en la antigüedad de los pueblos escytas, ya en Asia, ya en el occidente de la Europa. (4) Los celtíberos y lusitanos usaban morriones o capacetes de bronce adornados con penachos de color púrpura, como dice Diodoro, libro 5. Los borceguíes eran de pelo: Diodoro ibid. (5) Los dardos y venablos fueron inventados por los españoles, y de estos los tomaron los romanos, como lo atestigua Atheneo, lib. 6. (6) La dureza y rusticidad de los celtas españoles y las de los espartanos tenía mucho de las costumbres de los pueblos del norte; de los escitas, tracios y nómades... (8) Este modo de tratar á los prisioneros es también de origen escytico. Los escytas que invadieron varias partes de la Grecia y toda la Europa occidental trajeron estas costumbres bárbaras. Las mismas tenían los getas y los sármatas. (1) Colgándolas á sus altares, como en nuestros días los ex votos. Al paso que eran tan crueles con los enemigos, eran muy hospitalarios para con los amigos y extranjeros, como dice Diódoro. Lo mismo eran los escytas, como prueba Pinkerton.
Todos los que habitan en las montañas viven muy frugalmente; su bebida no es otra que el agua, su cama el duro suelo; dejan crecer sus largas cabelleras como las mujeres [155]; entran en las batallas mitradas sus frentes, comen mucha carne de cabrón, y este es el animal que sacrifican á Marte (2): también le sacrifican prisioneros y caballos...
... En vez de monedas acuñadas, que no las conocen, hacen sus contratos cambiando en grande unas especies por otras, y también dan en pago unas láminas grandes de plata cortadas y de cierto peso... Esta es en suma la manera de vida de los montañeses, es decir; de aquellos que forman el costado boreal de la Iberia, a saber; gallegos, astures, cántabros, y se extienden dichas costumbres hasta los vascones (6) y gentes del Pirineo; pues todas tienen un mismo género de vida...
Y no quiero recargar esta descripción con los nombres de otras naciones, por el temor de hacerla desagradable, a no ser que haya quien se complazca al oír los nombres de pletauros (7), allótrigas (8), bardyetas (9) y otros nombres de más dura y difícil pronunciación.
[Notas (6), (9) de p. 100] (6) Algunos han querido inferir de estas palabras de Estrabon que los vascones fueron contados por cántabros. A estos escritores refutó sabiamente el P. Florez en su Cantabria. Las costumbres de los gallegos, astures y cántabros eran las mismas; y nadie dirá que las dos primeras naciones eran cántabras. Lo mismo dice Estrabon de los vascones. (9) Estos son los bardulos escritos con υ psilon, que muchas veces se pronuncia y"[9].
En la observación del señor Cortés de la nota (9) convendría añadir que en griego no existe la /v/ como tal, sino que al latinizarla, Ptolomeo usa la /o/ (ómicron) y la /u/ (ípsilon) para nombrar a Vacceos (Οὐακκαῑοι), Várdulos (Οὐάρδουλοι), Váscones (Οὐάσκονες), etc. Estrabón en parecida descripción nombra a vacceos y vasconon con Οὐ /V/, pero a los várdulos siempre con la grafía /B/ Bardyetas (C. 155), Bardylos (C. 162). En otra cita imprescindible de investigación e historia antigua, bajo la autoría y coautoría (en la mayoría de fascículos) del historiador-traductor Adolf Schulten, en el título Fontes Hispaniae Antiquae, concretamente en el tomo VI de Geografía de Estrabón, se da la siguiente información: "... Los Bardyetes se llaman Βαρδ-υαῖοι en Plutarco, Mario 43, pero en Estrabón, p. 162 Βαρδ-oῦλοι, lo que corresponde al latino Vard-uli..."[10].
A los bardyetas o Bardylos (várdulos) quizá convenga adscribirlos —provenientes o migrantes, Pompeyo combatió contra Mitrídates VI por la zona— a la antigua Albania Oriental, vaya para aclarar este punto una amplia descripción del lugar citado:
En idioma albanés *bárdë i/e -blanco, a || feliz, (fig.)[11]; en griego *huetós, ὑετός lluvia, chaparrón, aguacero; oulos, οὖλος ensortijado, crespo, ondulado; doulos, δοῦλος esclavo, siervo || (metaf.) servil, bajo[12]; es decir, la raíz albanesa bardë i/e y compuestos griegos lluvia || rizado || siervo.
Datos de Plinio, San Isidoro de Sevilla y otros cronistas e historiadores. Según el Excmo. San Isidoro de Sevilla:
"... Albania a colore populi nuncupata: eo qui albo crine nascantur...
... Albania debe su nombre al color de su pueblo: los que nacen con el pelo blanco..."[13].
Del cronista-historiador francés M. Bruzen de la Martiniere:
"ALBANIE, antigua provincia de Asia en el mar Caspio en la parte oriental de Georgia [antigua Iberia Caucásica]. Unos la llaman Zuirit, otros Chipiche, Zitracha y Garzena, a causa de que sus habitantes son dados a la adivinación... Este país limita al Este con una parte del Mar Caspio, al Oeste con Georgia; en el norte, una parte de la Sarmatia asiática, cerca del monte Cáucaso; y en la parte Sur de la gran Armenia hacia el río Cur o Chiur, antiguamente Cyro...
Los albaneses asiáticos eran altos y guapos, tenían el cabello blanco y ojos azules, y veían mejor de noche que de día. Eran muy ignorantes y no utilizaban el dinero, las medidas o el peso, y no conocían la agricultura ni el arte militar... Estas gentes hablaban veintiséis lenguas, y creían que no había que preocuparse por los muertos, ni buscar su dinero que enterraban con ellos, y así permanecían siempre pobres, privándose de los bienes de los que morían. Comerciaban entre ellos, luchaban a pie y a caballo y tenían ejércitos más numerosos que los georgianos [o ibero-caucasianos en la antigüedad]. Se dice que pusieron en campaña contra Pompeyo veintidós mil caballos y sesenta mil infantes. En combate usaban jabalinas y flechas, y llevaban corceles, escudos y morriones hechos con pieles salvajes. Al principio solo tenían un rey; pero en tiempos de Augusto cada una de las veintiséis lenguas tenían el suyo propio. Adoraban a Júpiter y al Sol, y a la Luna, a la que le sacrificaban un hombre, a causa de que muchos de entre ellos estaban inspirados en la divinidad. El que parecía más agitado por la furia divina andaba vagando por el bosque, seguido por el Sacerdote que lo ataba con la cadena sagrada; luego fue alimentado muy delicadamente durante un año, al final del cual fue frotado con aceites aromáticos, y cuando fue llevado al lugar del sacrificio, el Sacerdote tomó un dardo con el que le traspasó el corazón. Siendo esto así, sacaban algunas adivinaciones del cuerpo que yacía en el suelo, y todos lo pisoteaban"[14].
En testimonios de Plinio el Viejo según traducción y comentarios en latín y francés del libro Histoire Naturelle de Pline:
"Toda la llanura desde el río Cyro hacia abajo pertenece a los albanos: pronto los iberos separados por el (río) Alazone, el Cyro descendiendo desde las montañas del Cáucaso. En Albania prevalece la ciudad de Cabalaca (6); dentro de Iberia, Harmastis a la orilla de un río y Neoris. Sigue la región de Thasie, y la de Triare que se extiende hacia los montes Partedoros. Más allá están los desiertos cólchicos, en cuyas laderas hacia los montes Ceraunios habitan los Armenochalibes, y los Moschorum, desde donde se extiende el río Iberum (16) hasta desembocar en el Cyrum. Debajo de ellos están los Sacassani, después los Macrones. Estas son las naciones que habitan la llanura y el resto del país que desciende; pero toda la parte de las montañas que avanza por delante de la Albania, es ocupada por la nación de los Sylvorum, más allá de la cual habitan los lubienorum, luego los Diduri y los Sodii.
[Notas] (6) Dupinet traduce Chilan. Yo encuentro en el mapa moderno de Moscú de Girolamo Ruscelli una ciudad Cabalaca hacia el mar Caspio. [En el mapa de Ruscelli aparece el mar de Bachan (Hyrcano en la antigüedad, hoy mar Caspio); la ciudad de Cabalca es reflejada junto a un río que quizá se corresponda con el actual Don]. (16) Ortelius observa que según Catón este río nace entre los pueblos Catinates.
Las Puertas Caucasianas
Caput II Después de estos (I) encontramos las Puertas del Cáucaso (2), llamadas Caspianas por muchos escritores, mas por un insigne error (3). Es obra únicamente de la Naturaleza; pero una obra inmensa realizada por la repentina interrupción de las montañas. El arte abre o cierra este paso a voluntad, mediante puertas (4) reales compuestas por un conjunto de vigas de hierro, por debajo de las cuales corre un río de un olor insostenible. Abajo, sobre una roca, está la fortaleza Cumania, donde nada ha sido descuidado para convertirlo en un lugar de resistencia y adecuado para defender este pasaje contra las incursiones de naciones sin número. Lugar notable donde el hombre ha encontrado una manera de separar parte del globo terrestre del mismo globo terrestre por medio de una puerta, principalmente frente a Harmastis (5), villa de los íberos. Más allá de las Puertas del Cáucaso entre las montañas se encuentran los Valles...
[Nota] (4) Estas puertas subsisten todavía según los viajeros modernos. Dupinet nombra a este lugar Les Cluses.
… En cuanto a las montañas Gordianas que siguen, y donde se afirma que todavía podemos ver los restos del Arca de Noé, esta tradición parece basarse en el propio nombre de estas montañas, que significa Monte Diluviano. Porque Gor en eslavo o celto-escyta moderno significa montaña, y yê, en griego, significa la lluvia[15].
Clusas según el escritor y traductor Antoine Du Pinet:
"… las órdenes y comisiones que el emperador Nerón envió para apoderarse de las puertas que ocupaban el camino de Iberia y que guardaban el paso a Sarmatia, ahora dictadas por Tartaria, hacían mención de las puertas del Caspio, que impedían el paso del mar de Sala, lo cual hubiera sido imposible de alcanzar debido al obstáculo que el Monte Cáucaso puso allí. Sin embargo, hay otras puertas y clusas, que están en la región del Caspio, que son las verdaderas puertas Caspias..."[16].
"Bibl.: M. Pidal, Léxico primitivo, v. clusa..., que la define como Llosa, heredad cercada"[17].
Para concluir este hipotético enfoque histórico, del idioma albanés bardë blanco podrían designarse a los bardyetas o várdulos como albanenses, citados por Plinio en el convento Cluniense; y de esta misma raíz etimológica las Bardallur, Bardauri, Bárdenas, Bárdenas Reales. Albania Oriental y Armenia trasladarían el monte Ararat, los ríos Iberum, Araxes, Arago, Alazone, Kyr o Kur, etc., al monte Aralar y a los ríos Iberum o Ebro actual, Araquil, Aragón, Alzania, Curueño. etc. Ptolomeo cita entre los várdulos un antiguo emplazamiento denominado Gabalaica [Gabáleka] y entre los vascones otro con el nombre de Muscaria[18], que difieren muy poco con la Cabalaca y Moschorum albano-caucásicas. [(II)]
[(I)] a [(II)] ensayo Vástagos de Hércules II (pendiente de edición).
↑Cortés y López, M. (1835), Diccionario geográfico-histórico de la España antigua Tarraconense, Bética y Lusitana, libro I, pp. 151, 177. C. Plinii Secundi, NATURALIS HISTORIÆ, libro III [26]. Madrid: Imprenta Real.
↑Cortés y López (1835), Diccionario geográfico-histórico de la España antigua Tarraconense, Bética y Lusitana, libro I, pp. 98-100. GEOGRAFIA DE ESTRABON, LIB. III [C.154-155].
↑Schulten, Adolf (1952), Geografía de Estrabón III, 3, 7 (162) —FONTES HISPANIAE ANTIQUAE, fascículo VI, p. 218—. Barcelona: Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, Librería Bosch.
↑Nieto, Pablo (1999), Vocabulario albanés-español y viceversa, 2ª edición. Barcelona: Editorial Sísifo.
↑Hurmuziadis, Jorge (1974), Diccionario heleno-español, (respectivamente) pp. 638, 441, 199 —vocabulario completo de la lengua demótica y catarévusa—. Atenas: I. SIDERIS.
↑Divi Isidori Hispalensis episcopi Etymologiarum (1778), Libro XIV, 25 (p. 351). Matriti: Typis, et expensis Bartholomæi Ulloa (apud Monasterium Conceptionis Hieronymianæ).
↑Bruzen de la Martiniere, A. A. (1726), Le grand dictionaire géographique et critique, tome premier, pp. 187-189. A la Haye, Chez P. Gosse, R. C. Alberts, P. De Hondt. A Amsterdam, Chez Herm. Uytwerft & Franç. Changuion. A Rotterdam, Chez Jean Daniel Beman.
↑Histoire Naturelle de Pline (1771), tome second. Naturalis Historiae, Albania, Iberia, lib. VI, caput 10-11, pp. 649-653. Paris: Chez la veuve DESAINT, Libraire, rue du Foin, près de la rue S. Jacques.
↑Antoine Du Pinet (1562), L'histoire du Monde de C. Pline Second, tome premier, livre VI, p. 211. Lyon: A la Salemandre par Claude Senneton.
↑GUAL CAMARENA, M., Vocabulario del comercio medieval, http://www.um.es/lexico-comercio-medieval 7/7/2024
↑Bejarano, Virgilio (1987), Hispania Antigua según Pomponio Mela, Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo, pp. 196-197; Hispania Antigua en la Geographías Hyphégesis de Claudio Ptolomeo II, 6, 65; II, 6, 66 —Fontes Hispaniae Antiquae, fascículo VII—. Barcelona: División y Ciencias Humanas y Sociales Universidad de Barcelona.