Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la intervención de Alemania en la Primera Guerra Mundial y fue muy popular entre las décadas de 1920 y 1930. Escribió novelas, relatos y biografías. De estas últimas, son particularmente conocidas las de María Estuardo y Fouché, una obra mitad biografía y mitad novela histórica. Otra de sus biografías, la dedicada a María Antonieta, fue adaptada al cine con el mismo título en 1938.[1]
Biografía
Zweig fue hijo de una familia judía acomodada. Su padre, Moritz Zweig, fue un acaudalado fabricante textil, y su madre, Ida Brettauer Zweig, hija de una familia de banqueros italianos.[2]
Estudió en la Universidad de Viena, donde obtuvo el grado académico de doctor en filosofía. También realizó cursos sobre historia de la literatura, que le permitieron codearse con la vanguardia cultural vienesa de la época. En ese ambiente, hacia 1901, publicó sus primeros poemas, una colección titulada Silberne Saiten (Cuerdas de plata), influida por Hugo von Hofmannsthal y Rainer Maria Rilke.[3]
En 1904 apareció su primera novela, género de especial frecuencia en su carrera. Zweig desarrolló un estilo literario muy particular, que aunaba una cuidadosa construcción psicológica con una brillante técnica narrativa.
En 1910 visitó la India y en 1912, América del Norte. En 1913 se estableció en Salzburgo, donde habría de vivir durante casi veinte años.
Durante la Primera Guerra Mundial, y luego de haber servido en el Ejército austrohúngaro por algún tiempo como empleado de la Oficina de Guerra, pues había sido declarado como no apto para el combate, se exilió a Zúrich (Suiza) gracias a sus convicciones antibelicistas influidas por Romain Rolland, entre otros.
La solvencia económica de su familia le permitió practicar su gran pasión: viajar; así adquirió la gran consciencia de tolerancia que ha quedado plasmada en sus obras, las primeras en protestar de esa manera en contra de la intervención de Alemania en la guerra.[5][6]
Como intelectual comprometido, desde la década de 1920, Zweig se posicionó con vehemencia contra las doctrinas nacionalistas y el espíritu revanchista de la época. De todo eso escribió en una larga serie de novelas y dramas, en lo que fue el período más productivo de su vida.
Tras el aumento de la influencia nazi en Austria, Zweig se trasladó un tiempo a Londres; ya por entonces se vio en dificultades para publicar en Alemania, pese a lo cual pudo escribir el libreto para Die schweigsame Frau, ópera del compositor Richard Strauss.
Definido como «no ario», fue defendido por Strauss, quien se negó a eliminar el nombre de Zweig como libretista del cartel de la obra Die schweigsame Frau (La mujer silenciosa), estrenada en Dresde. El propio Adolf Hitler rehusó ir al estreno, como estaba planeado, y poco tiempo después, tras solo tres representaciones, la obra fue prohibida.
Pese a sus orígenes, la religión judía no fue parte de su educación. En una entrevista sostuvo:
Mi madre y mi padre eran judíos solo por un accidente de nacimiento.[cita requerida]
Sin embargo, una de sus novelas, El candelabro enterrado, narra la historia de un judío que hizo del objetivo de su vida el preservar la menorá.
Si bien sus ensayos en política fueron publicados por la casa Neue Freie Presse, cuyo editor literario era el líder sionistaTheodor Herzl, Zweig nunca se sintió atraído por ese movimiento.
En 1934 Zweig inició viajes por América del Sur. En 1936 sus libros fueron prohibidos en Alemania por el régimen nazi. En 1938 se divorció de su primera esposa, Friderike Maria Zweig, quien publicó un libro sobre él luego de su deceso.[8] Ese mismo año, tras la promulgación en Italia de las leyes raciales fascistas, su obra fue vetada también por la dictadura de Mussolini.[9]
En Argentina recibió especial atención del periodista Bernardo Verbitsky, quien escribirá un ensayo acerca del visitante: Significación de Stefan Zweig (1942).
Después de la publicación de su Novela de ajedrez en 1941 se mudó a Brasil, donde escribió La tierra del futuro (1941). En esta obra, examina la historia, economía y cultura del país americano. Citando a Américo Vespucio, describe cómo los primeros navegantes europeos vieron el Nuevo Mundo:
Si el paraíso existe en algún lugar del planeta, ¡no podría estar muy lejos de aquí![cita requerida]
En Petrópolis, desesperados ante el futuro de Europa y su cultura (después de la caída de Singapur), pues creían en verdad que el nazismo se extendería a todo el planeta,[11]el 22 de febrero de 1942, él y su esposa se suicidaron.[12]Sus criados los encontraron abrazados sobre la cama, dos vasos con veneno sobre la mesilla de noche y cuatro cartas.[13] Se habían despedido de amigos, y dejaron sus cosas en orden (hasta una nota sobre su perro, confiado a sus amigos).[14] Zweig había escrito:
«Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra».[cita requerida]
Con honras, pero en contra de sus deseos, fueron sepultados en el cementerio de Petrópolis.[15] Su autobiografía El mundo de ayer, con publicación póstuma en 1942, es un panegírico a la cultura europea que consideraba para siempre perdida.
Trabajó durante más de veinte años en su Momentos estelares de la humanidad que retrata los 14 acontecimientos de la historia mundial más importantes desde su punto de vista. Concedía particular importancia al ritmo del relato; en sus propias palabras:
...el inesperado éxito de mis libros proviene, según creo, en última instancia de un vicio personal, a saber: que soy un lector impaciente y de mucho temperamento. Me irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual. Sólo un libro que se mantiene siempre, página tras página, sobre su nivel y que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento me proporciona un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles que les quitan tensión y les restan dinamismo.
Si bien fue uno de los más conocidos y reputados escritores entre 1930 y 1940, desde su muerte y a pesar de la importancia de su obra, ha sido gradualmente, pero parcialmente, olvidado.
Existen importantes colecciones de Zweig en la Biblioteca Británica y en la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia[16][17]. La primera es el resultado de una donación de sus apoderados en mayo de 1986 e incluye una gran variedad de elementos de sorprendente rareza, entre ellos el catálogo de las obras mozartianas de propio puño y letra del compositor (Verzeichnis).
Su novela sobre María Estuardo fue publicada en alemán como Maria Stuart y en inglés como (The) Queen of Scots or Mary, Queen of Scotland and the Isles.
En algún momento, sus trabajos fueron publicados en los países anglosajones bajo el seudónimo de "Stephen Branch" (traducción literal de su apellido), en tiempos donde el sentimiento antigermánico estaba en su apogeo. Su biografía de la reina María Antonieta fue luego adaptada a una película de Hollywood protagonizada por la actriz de la Metro Goldwyn Mayer, Norma Shearer, en el papel principal. Sus escritos también inspiraron la realización de la película El Gran Hotel Budapest, dirigida por Wes Anderson y estrenada en el año 2014.
Cabe destacar su especial aportación al estudio de Dostoievski, al que admiraba profundamente por considerarlo uno de los más grandes escritores de la historia.
Maldición teatral
Como curiosidad, cabe destacar la maldición teatral con la que se inició.
Durante sus primeras representaciones teatrales hubo una serie de acontecimientos cuanto menos casuales y sospechosos, como la muerte de todos aquellos actores que deberían representar sus obras.
El primero de ellos fue Adalbert Matkowsky, quien iba a protagonizar Tersites. Días antes de la representación falleció a causa de unas fiebres.
El siguiente fue otro de los más famosos actores alemanes de la época, Josef Kainz, que iba a protagonizar El comediante transformado. Ya estaba preparando los ensayos cuando se le diagnosticó cáncer y falleció a los pocos días.
A continuación, un amigo del propio Zweig, Alexander Moissi. Zweig, por miedo a los acontecimientos, no le quiso dar ningún papel como actor de sus obras, pero, a petición del propio Moissi, accedió a colaborar en la traducción de la obra que iba a interpretar, Non si ma sai. A pesar de ello, Moissi falleció días antes del estreno a causa de una fuerte gripe.
Tampoco se libró un director del Burgtheater de Viena, Alfred Von Berger. Falleció dirigiendo la obra de Zweig La casa a orillas del mar.[18]
Caleidoscopio, 1936, conjunto de relatos breves que incluye, entre otros, Leporella, Miedo, Ardiente secreto, Buchmendel, La colección invisible, Noche fantástica.
Noche fantástica {2005} ISBN 84-96489-02-7 (contiene “Primavera en el Prater”, “En la nieve”, “Escarlatina”, “La institutriz”, “Novelita de verano”, “Noche fantástica” y “El pago de la deuda atrasada”)