María Dolores Rodríguez Sopeña y Ortega (Vélez-Rubio, 30 de diciembre de 1848-Africa, 10 de enero de 1918) fue una religiosa española, fundadora del Instituto Catequista Dolores Sopeña
Fue la cuarta de los siete hijos de Tomás Rodríguez Sopeña, un joven magistrado, y Nicolasa Ortega Salomón, mujer religiosa con quien Dolores comenzó a visitar a los pobres. Su infancia fue un «lago de tranquilidad» según ella misma narra en su autobiografía. Debido a diferentes destinos de su padre vivió en varias ciudades españolas y distintos países latinoamericanos. Estando en Almería y con diecisiete años comenzó a acudir a fiestas y a hacer vida social, pero descubrió que lo que le interesaba era hacer el bien a los demás. Atiendió a los pobres, especialmente a un leproso y a dos hermanas enfermas de tifus.
Su padre fue destinado a Puerto Rico y se trasladó allí con su hijo mayor, mientras que el resto de la familia marchó a vivir a Madrid. Allí colaboró enseñando la doctrina católica en la cárcel de mujeres, en el Hospital de la Princesa y en las Escuelas Dominicales. Poco después se reagrupó toda la familia en Puerto Rico, donde fundó las Hijas de María y Escuelas dominicales para las personas de los sectores marginales.
Su obra fue reconocida en vida. El papa Pío X aprobó oficialmente la constitución del Instituto de Damas Catequistas y la reina Doña Victoria la recibió en audiencia en 1914.[1] Falleció a los 69 años y sus restos fueron trasladados a Loyola. En la actualidad su obra sigue viva, con presencia en 14 ciudades españolas, en 6 países de Latinoamérica (Argentina, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador y México) y en Italia.
Se mudó a Santiago de Cuba por un nuevo traslado de su padre como fiscal del rey en la Audiencia de Cuba. Allí visitó a los enfermos del hospital militar. Empezó a trabajar en los barrios periféricos y fundó con ayuda de algunas colaboradoras los Centros de Instrucción en tres barrios distintos, donde se enseñaba cultura general, el catecismo y se prestaba asistencia médica a la población más pobre, que solían ser los negros y los mestizos. Murió su madre, por lo que el resto de la familia volvió a Madrid. Su padre se retiró y falleció en 1877.
Ella empieza sus trabajos en el barrio de las Injurias y funda Centros de Instrucción. A sugerencia del obispo de Madrid, Ciríaco Sancha.
Actualmente la familia Sopeña está formada por las tres instituciones que fundó:
Estas instituciones están presentes en España, Italia, Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador y México.
Desde 1971 una calle de Madrid, del barrio de Buenavista, en el Distrito de Carabanchel, lleva su nombre.[3]
Además de otra calle en Almería, en la zona centro de la capital de la provincia
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