El traductor debe conocer bien no sólo la lengua de partida (en este caso, el inglés), sino también, y sobre todo, la lengua meta (en este caso, el francés). Es absolutamente necesario leer mucho en francés. Traducir es imitar estilos y, por tanto, conocerlos (estilos técnico, periodístico, administrativo, literario, etc.).
El traductor debe poseer no sólo un buen conocimiento de las dos lenguas, sino también conocer y comprender los rasgos esenciales de las sociedades de lengua inglesa. Desafortunadamente, es casi imposible conocer a fondo todos los países anglófonos...
El traductor no es un autor propiamente dicho, y su capacidad creativa no debe intervenir en la del autor original. La traducción perfecta no existe; hay una expresión italiana que lo expresa perfectamente: traduttore - traditore (=> «traductor - traidor»).
No hay que dudar en utilizar un diccionario monolingüe francés, así como los correctores ortográficos de tratamiento de textos que son incombatibles en ortografía pura. Los correctores gramaticales informáticos son a veces muy útiles, pero en numerosos casos son poco fiables.
Los diccionarios son un buen invento que hay que aprender a utilizar.
Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes; cada uno utiliza su propia maquetación, sus propios símbolos, etc. Hay que acostumbrarse a un diccionario (o a varios) para su buen aprovechamiento.
Los diccionarios analíticos en francés (por ejemplo, los de sinónimos, ideológicos, etc.) se utilizan a veces al quedarse atascado con una palabra, una expresión. Sus equivalentes informáticos (diccionarios de sinónimos presentes en todos los tratamientos de texto) son simples, pero útiles. Tanto una obra de referencia como Le bon usage (el buen uso) (Grevisse et Goosse), también conocido simplemente como EL Grevisse (éd. DeBoeck-Duculot), otros diccionarios, como el de dificultades del francés / « des difficultés du français » o Pièges et difficultés de la langue française /trampas y dificultades de la lengua francesa, Jean Girodet, éd. Bordas référence) así como las guías de conjugación, pueden, a veces, paliar nuestras carencias. Los diccionarios técnicos (muy caros) también deben consultarse, por supuesto, para los textos específicos. Es imposible que un traductor conozca todo el vocabuladio de todos los dominios.
Los traductores automáticos («asistidos por el ordenador»), en el estado actual de conocimientos, son generalmente más graciosos que eficaces. Sin embargo, ciertos programas permiten disminuir el trabajo en determinadas traducciones técnicas, con la condición de que se esté dispuesto a invertir mucho tiempo en su aprendizaje y personalización. Haga una prueba: por ejemplo, vaya a http://world.altavista.com Archivado el 8 de marzo de 2006 en Wayback Machine. o a http://arquivo.pt/wayback/20080218151543/http://translate.google.com/translate_t e introduzca la dirección del periódico alemán Die Zeit (https://web.archive.org/web/20021120161244/http://www.diezeit.de/) en la casilla apropiada (Website). Elija las lenguas (German => French) y a continuación haga clic en 'Translate'. Se hará una vaga idea de lo que dicen los artículos si no sabe nada de alemán. Para probar con el italiano, http://www.lastampa.it (lenguas italiano => inglés)
Las técnicas que se citan a continuación no deben aprenderse de memoria; se trata únicamente de una clasificación de los principales métodos que permiten resolver problemas de traducción. Algunos se imponen naturalmente, a menudo porque la traducción palabra por palabra es imposible; otros requieren un mayor entrenamiento y destrezas.
El calco no es en realidad una técnica, ya que se trata de una traducción literal. Algunos estudiantes prefieren a veces dejarla de lado para crear textos más complicados que el original.
El préstamo léxico consiste en utilizar en francés el término inglés (por ejemplo, la City, le British Museum)
La transposición consiste en cambiar la categoría gramatical de una palabra o grupo de palabras.
(el comportamiento de los economistas)
El 'étoffement consiste en añadir términos sobreentendidos. puede tratarse de un verbo o de determinados términos de relación, más frecuentes en francés que en inglés:
La 'explicitación consiste en precisar algo implícito:
El 'aligeramiento consiste, por el contrario, a quitar algún término inútil:
La colocación consiste en utilizar una serie de términos que en general se emplean juntos en francés para traducir una expresión similar del inglés:
La coloración, subcategoría de la colocación, consiste en traducir un término inglés que en francés quedaría demasiado simple por otro más habitual o preciso:
La adaptación tiene en cuenta las diferencias entre las realidades de cada sociedad para expresar un mismo contenido.
La modulación consiste en cambiar el punto de vista para esquivar una dificultad:
La modificación de sintaxis consiste en cambiar el orden de las palabras para hacer más fluida la lectura de la frase:
El acortamiento, que no debe emplearse sistemáticamente, consiste en acortar una frase que en francés quedaría demasiado larga, por ejemplo para precisar el verbo lo antes posible.
La equivalencia consiste normalmente en encontrar la expresión equivalente en francés.
La compensación consiste en omitir una connotación, alusión, nivel de lengua o rasgo de humor en una parte del texto y trasladarla a otra para conservar el tono global del original.