Terminator 3: la rebelión de las máquinas (título original en inglés: Terminator 3: Rise of the Machines) es una película de ciencia ficción de 2003 escrita por John D. Brancato y Michael Ferris y dirigida por Jonathan Mostow.
Esta vez John Connor (Nick Stahl) tiene 19 años (año 2004), no tiene a nadie más que a sí mismo y vive según él "desconectado" del mundo para evitar que lo encuentren. Del futuro envían un último exterminador para matarlo: la T-X (Kristanna Loken) más inteligente, fuerte y rápida de lo que ha sido cualquier exterminador. A su vez un T-850 (Arnold Schwarzenegger) es enviado para protegerlo a él y a Katherine Brewster (Claire Danes).
Diez años después de la destrucción de Cyberdyne Systems en el anterior filme, John Connor ha estado viviendo como un nómada tras la muerte de su madre, Sarah, para esconderse de la malévola inteligencia artificial Skynet, a pesar de que en 1997 no se produjo una guerra entre humanos y máquinas, como se había predicho.
Incapaz de localizar a John en el pasado, Skynet envía a la T-X, un avanzado prototipo de Terminator fabricado con un metal líquido prácticamente impermeable que cambia de forma y recubre un endoesqueleto metálico, al presente de John en Los Ángeles, para que mate a sus futuros aliados de la resistencia humana. La resistencia humana envía un Terminator T-850 reprogramado —un modelo menos avanzado cuyo endoesqueleto está cubierto de tejido vivo—, para proteger a John y a su futura esposa Katherine Brewster.
Tras matar a otros objetivos, la T-X localiza a la pareja en un hospital de animales donde trabaja Kate. John se convierte en el objetivo principal de la T-X, pero el Terminator les ayuda a él y a Kate a escapar, llevándoles a un mausoleo donde supuestamente está enterrada la madre de John. Dentro de su bóveda, encuentran un alijo de armas dejado a petición de Sarah por si no se evitaba el Día del Juicio Final y los Terminators regresaban. Escapan de una batalla armada con la policía y se defienden del T-X que los persigue.
El Terminator revela que las acciones de John y Sarah sólo retrasaron el Día del Juicio y que el ataque de Skynet tendrá lugar ese mismo día; el Terminator tiene la intención de llevar a John y Kate a México para escapar de las consecuencias cuando Skynet comience su ataque nuclear a las 6:18 p. m. John ordena al Terminator que lleve a Kate y a él a ver a su padre, el teniente general de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos Robert Brewster. El Terminator se niega, pero cuando Kate también exige ver a su padre, el Terminator obedece. Más adelante se revela que en el futuro, el Terminator T850 mató a John, tras lo cual Kate capturó y reprogramó al Terminator y lo envió atrás en el tiempo.
Mientras tanto, el general Brewster supervisa el desarrollo de Skynet para Cyber Research Systems (CRS), que también desarrolla armas autónomas. El jefe del Estado Mayor Conjunto le presiona para que active Skynet para impedir que un virus informático anómalo invada los servidores de todo el mundo.
El general Brewster no descubre que el virus era Skynet haciéndose sensible, y John y Kate llegan demasiado tarde para impedir que lo active. La T-X hiere mortalmente al general Brewster y controla los drones armados de CRS, que matan a los empleados. Antes de morir, el general da a Kate y John la ubicación de lo que John cree que es el núcleo del sistema de Skynet. La pareja se dirige a la pista para tomar el avión monomotor del general Brewster hacia Crystal Peak, una instalación construida en el interior de Sierra Nevada.
Tras una batalla, la T-X daña gravemente al Terminator, reprogramándolo para matar a John, y persigue a John y Kate por las instalaciones del CRS. Cuando se activa un acelerador de partículas, éste atrapa magnéticamente a la T-X. El Terminator, aún consciente, lucha por controlar sus funciones externas. Cuando se dispone a matar a John, éste insta al Terminator a elegir entre su programación conflictiva; fuerza deliberadamente una desconexión de su sistema corrupto, lo que permite la huida de la pareja. Poco después de salir, el sistema de Terminator se reinicia. Mientras tanto, la T-X escapa del acelerador y reanuda la persecución.
Después de que John y Kate lleguen a Crystal Peak, la T-X llega en helicóptero. Antes de que pueda atacar, el Terminator llega en un segundo helicóptero y se estrella y aplasta a la T-X. La T-X sale de entre los restos, pierde las piernas e intenta arrastrarse hasta el interior del búnker para seguir a la pareja. El Terminator mantiene abierta la puerta del búnker el tiempo suficiente para que la pareja entre dentro y, a continuación, utiliza su última célula de combustible de hidrógeno para destruirse a sí mismo y a la T-X.
John y Kate descubren que Crystal Peak no es el núcleo de Skynet, sino un refugio nuclear y un centro de mando para funcionarios gubernamentales y militares. Al no tener núcleo, Skynet se ha convertido en parte del ciberespacio tras tomar conciencia de sí mismo, el Día del Juicio final comienza cuando Skynet dispara misiles nucleares por todo el mundo iniciando un ataque nuclear masivo que mata a miles de millones de personas. La pareja comienza a recibir transmisiones de radio en el equipo de emergencia; John asume tentativamente el mando respondiendo a las llamadas de radio, y él y Kate aceptan a regañadientes su destino.
Terminator 3: la rebelión de las máquinas recaudó USD 433 371 112 en todo el mundo, de los cuales 150 371 112 (34,7 %) correspondían a la taquilla estadounidense y 283 000 000 (65,3 %) al resto de países.[1] Fue la séptima película con mayor recaudación de 2003.[3]
Peter Travers, de la revista Rolling Stone, la describió como una «potente película comercial»,[4] mientras que Stephen Hunter, de The Washington Post, comentó que sus creadores «se han esforzado en honrar el espíritu de la franquicia, no explotarlo, y lo llevan a un nivel nuevo y a un destino sorprendente».[5] Por el contrario, Ángel Fernández Santos, del diario El País, describió el filme como un «ruidoso, pobre, vulgar, trucado y hueco amaño de cine de acción» y «la percha de otro lucimiento de un Schwarzenegger que parece estancado».[6]