Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nápoles Federico II, sin embargo dejó la universidad para asistir al Centro Experimental de Cine de Roma, donde se graduó en Interpretación en 1962, apareciendo en un documental de Marco Bellocchio, su compañero de curso.[1] Comenzó a actuar en espectáculos de aficionados y, tras obtener un contrato en el Piccolo Teatro de Milán, entre 1966 y 1968 interpretó textos de Armand Gatti (La vida imaginaria del basurero Augusto G.), Giancarlo Sbragia (El suceso de junio) y William Shakespeare (Enrique V). Tras dejar el Piccolo Teatro, se unió a la cooperativa teatral I compagni di scena con Cristiano Censi e Isabella Del Bianco; el grupo, comprometido políticamente, realizaba trabajos de investigación y seguía la política de descentralización, montando espectáculos en espacios distintos a los tradicionales para interceptar nuevos públicos.[2]
En 1979 Satta Flores regresó a tiempo completo al mundo del teatro, esta vez como dramaturgo: escribió varias comedias de costumbres, a menudo con un trasfondo autobiográfico o generacional. Entre los títulos: Dai... proviamo! (1980) dirigida por Ugo Gregoretti; Grandiosa svendita di fine stagione (Premio Flaiano 1981); Una donna normale (1983); Pomeriggio di festa (1983); Per il resto tutto bene (1984).[4]
Satta Flores murió en Roma a la edad de 48 años, aquejado de una grave leucemia.[2] Dejó dos hijas: Francesca, actriz, directora, dramaturga y guionista, que tuvo con su esposa Carla Tedesco, y Margherita, actriz de doblaje, que tuvo con la actriz y dobladora Teresa Ricci.