Después de haber escuchado a Joseph Szigeti interpretar la sonata de Johann Sebastian Bach para violín solo en sol menor, Ysaÿe se inspiró para componer obras de violín que representaran la evolución de las técnicas y expresiones musicales de su tiempo. Como Ysaÿe señaló: "He interpretado todo, desde Bach hasta Debussy, porque el verdadero arte debe ser internacional".[1] En este conjunto de sonatas, utilizó características prominentes de la música de principios del siglo XX, como escalas de tonos enteros, disonancias y cuartos de tonos. El compositor también empleó técnicas virtuosas de arco y la mano izquierda en todo momento, porque creía que "en la actualidad las herramientas de dominio del violín, de expresión, técnica, mecanismo, son mucho más necesarias que en el pasado. De hecho, son indispensables para que el espíritu se exprese sin restricciones".[2] Por lo tanto, estas sonatas le imponen altas exigencias técnicas a sus intérpretes. Sin embargo, Ysaÿe advierte recurrentemente a los violinistas que nunca deben olvidar tocar en lugar de preocuparse por los elementos técnicos; un maestro de violín "debe ser un violinista, un pensador, un poeta, un ser humano, debe haber conocido la esperanza, el amor, la pasión y la desesperación, debe haber recorrido toda la gama de emociones para expresarlas todas en su forma de tocar.[3]
Sonata n.º 1 en sol menor
Sonata n.º 1, en cuatro movimientos, está dedicada a Joseph Szigeti.
La última sonata está dedicada a Manuel Quiroga.Sin embargo, este violinista nunca tocó esta sonata en público. Está compuesta en el estilo de una habanera española, con una sección media turbulenta, y destaca por su rica textura y cromatismo así como pasajes de escala. Es un trabajo de un solo movimiento, con la indicación marcada: "Allegro giusto non troppo vivo".
Grabaciones
Las "Seis Sonatas" en integral han sido grabadas por: