Moneda de 40 liras con la inscripción Regno d'Italia.
Reyes vasallos de Bizancio
Después de la caída del usurpador Rómulo Augusto en 476, el líder de los foederatihérulosFlavio Odoacro era llamado dux Italiae (gobernante de Italia) por el emperador Flavio Zenón. Por lo que se discute si él fue el primer rey o Flavio Teodorico, quien si se llamó así mismo rex y fue reconocido como tal por su señor, el emperador.
En 493, Teodorico derrotó a Odoacro, y comenzaba la Dinastía Amala de reyes de Italia. El poder ostrogodo acabó con la muerte de Teya (552), cuando Italia fue reconquistada por el Imperio bizantino.[1]
En 951 Otón I invadió Italia y fue coronado con la Corona de Hierro de Lombardía. En 952, Berengario y Adalberto se convirtieron en sus vasallos, pero quedaron como reyes hasta ser depuestos por Otón.
Reyes bajo el Sacro Imperio Romano Germánico (962-1556)
De 962 hasta 1806, el reino de Italia se incluía en el Sacro Imperio Romano Germánico, y los emperadores eran también reyes de Italia. El único solicitante independente accedió en este periodo fue Arduino.
Asimismo, después del reinado de Federico I Barbarroja (1152-1190), la autoridad imperial en Italia era cada vez más desafiada por las ciudades-Estado italianas y los emperadores tenían que basar su gobierno en la cooperación con algunos de estos Estados.
En 1849, Víctor Manuel II fue coronado como Rey de Cerdeña y Duque de Saboya. Fue este monarca quien tras liderar la Unificación de la mayor parte de la península, consiguió ser coronado Rey de Italia en 1861. Su nieto Víctor Manuel III abdicó en mayo de 1946 a favor del heredero de la Corona, Humberto II, quien gobernó hasta junio de ese año, cuando Italia fue proclamada república.
Desde 1861 hasta 1922, Italia fue una monarquía constitucional con un parlamento elegido mediante sufragios restringidos (en 1913 se celebró el primer sufragio universal masculino).