Pompeu Fabra i Poch[a] (Gracia, 20 de febrero de 1868-Prades, 25 de diciembre de 1948) fue un ingeniero industrial y gramático español, conocido por haber establecido la normativa moderna de la lengua catalana.
Biografía
Nació en 1868 en el barrio de la Salud de Gracia, donde transcurrió su infancia. Hoy, dicha villa forma parte de la ciudad de Barcelona. Fabra era el menor de doce hermanos, de los que solo dos llegaron a la edad adulta. Cumplió cinco años el mismo año en el que fue proclamada la Primera República española (1873) y, entonces, su padre fue elegido alcalde de Gracia.[5] Con seis años de edad, la familia se trasladó a Barcelona, y a pesar de que se fue muy joven, siempre sintió cierto cariño hacia su lugar de origen.
Fabra cursó estudios de ingeniería industrial, que fue alternando progresivamente con un fuerte interés hacia la filología, que iba aprendiendo de manera autodidacta. En 1902 ganó por oposición la cátedra de química de la Escuela de Ingenieros de Bilbao, ciudad en la cual vivió continuamente hasta 1912.
En 1912, publica en castellano[6] la obra Gramática de la lengua catalana, que fija los cimientos y límites de los siguientes trabajos gramaticales sobre el catalán, de acuerdo con las tendencias más innovadoras de la lingüística en Europa. Ya en Barcelona, con la Gramàtica catalana (1918), obra basada en la anterior pero de carácter estrictamente normativo, se inicia la etapa más fecunda de los trabajos filológicos de Fabra. La gramática fue adoptada como normativa oficial por el Instituto de Estudios Catalanes, que previamente, en 1913, había publicado las Normas Ortográficas, elaboradas principalmente por Pompeu Fabra. Las Converses filològiques (1924), una colección de artículos breves que plantean y resuelven las dudas idiomáticas más frecuentes, responden al anhelo de Fabra por divulgar sus reflexiones lingüísticas.
En 1932, Fabra accedió directamente, por razón de su prestigio, a la cátedra de lengua catalana de la Universidad de Barcelona, con lo que por primera vez entraba esta lengua oficialmente en el ámbito universitario. También en 1932 publicó el Diccionari general de la llengua catalana, y en 1935 la quinta edición de su Gramàtica catalana.Curs mitjà, un manual para uso escolar (reeditado en 1968 con el título de Introducció a la gramàtica catalana).
El diccionario de 1932 (conocido popularmente como el Fabra) fue pensado como esbozo de un futuro diccionario oficial que publicaría el Institut d'Estudis Catalans. Los criterios que presidieron su creación fueron:
La exclusión de arcaísmos y dialectalismos de difícil admisión por los hablantes.
El rechazo de términos procedentes de otras lenguas que sustituyeran palabras propias del catalán o imposibilitaran la creación de términos nuevos.
La incorporación de palabras técnicas de origen grecolatino o del acervo universal, adaptándolas a las características de la lengua catalana.
Al final de la Guerra Civil se exilió en Francia —cruzó la frontera el 31 de enero de 1939—[11] y se instaló en la localidad de Prades, cerca de los Pirineos, donde falleció.[10]
Dirigente deportivo
Fabra estuvo ligado durante toda la vida a lo que se llamaba excursionismo científico, y fue socio del Centro Excursionista de Cataluña a partir del 1891.[12] Hacía excursiones alrededor de la geografía catalana y también estancias en campamentos estivales en los Pirineos, con ascensiones a los picos más notables. Fue elegido presidente de la Asociació de Lawn Tennis (hoy en día Federació Catalana de Tennis) y después fue el primer presidente de la Unió Catalana de Federacions Esportives. Además, formó parte de la sección de tenis del FC Barcelona. Fabra consideraba el deporte indispensable para la formación de la persona y la articulación de la nación. Solía jugar al tenis en las pistas de la fábrica Cros, en Badalona, con su hija Carola.
En un reportaje habla sobre la importancia del tenis en Cataluña, y dice que «el tenis tiene hoy mucha importancia en Cataluña. Es, nuestra tierra, uno de los focos principales de la Península. Los otros están en Madrid, el País Vasco, Huelva y ahora, comienza a cultivarse en otras ciudades. El tenis en Cataluña ha alcanzado un grado remarcable de importancia y de prestigio, no sólo por el aumento en el número de gente que lo practica, sino por la calidad excelente de muchos jugadores, calidad que sobrepasa la de los mejores de otros lugares mencionados».
Por tanto, con la presidencia de la Unió Catalana de Federacions Esportives, Fabra se convirtió en el máximo dirigente del deporte catalán durante los años de la República, hasta que cesaron su actividad cuando se declaró la Guerra Civil.[13]
Homenajes
Pompeu Fabra i Poch fue un hombre de gran prestigio y popularidad en Cataluña. Entre 1931 y 1936 fue objeto de muchos homenajes, siendo nombrado catedrático de la Universidad de Barcelona en 1932, doctor honoris causa por la Universidad de Toulouse y presidente honorario de la Sociedad Catalana de Estudios Históricos. Presidió también los Juegos Florales de Montpellier (1946). En 1980 se puso su nombre a una vía del barrio de La Salud, en Barcelona, donde había nacido y pasó su infancia.[14] El 18 de junio de 1990 se creó la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, que lleva su nombre. También se hizo la parada de metro Pompeu Fabra en Badalona.
Críticas
Aunque la gramática y ortografía del catalán moderno de Pompeu Fabra y el Institut d'Estudis Catalans fue en general aceptada en Cataluña, varios estudiosos del idioma y escritores se mostraron contrarios a la misma. Por ejemplo, Antoni Maria Alcover, autor del Diccionari català-valencià-balear, afirmó que Fabra había sido uno de los gramáticos más funestos que había tenido jamás la lengua catalana, que había pretendido imponer una ortografía exótica y que había creado un estado de violencia entre los estudiosos del catalán, haciendo de la lengua una bandera de separatismo y de odio contra España.[15] El escritor y bibliófilo Ramón Miquel y Planas llegó a calificar a Fabra de «gran mogol filológico», «dictador en materias lingüísticas en Cataluña» y «maldito reventador de lenguas»,[16] afirmando en 1918 que Cataluña nunca antes había sido víctima «de una tiranía tan odiosa como la que hoy ejercen nuestros gramáticos puestos al servicio de Fabra».[17]
Pompeu Fabra. «Sobre la reforma lingüística y ortográfica», La Vanguardia (23.III.1892; any XII, núm. 3183), p. 4 (texto completo)
(en francés) Pompeu Fabra. «J. Saroïhandy. Remarques sur la conjugaison catalane», a Bulletin hispanique de Bordeaux, 1905, VII, pp. 128-139; Revue Hispanique (1905) tom 13, núm. 43: 269-276 (texto completo)
Pompeu Fabra. «Sobre diferents problemes pendents en l'actual catalá literari», Anuari MCMVII, pp. 352–369. Barcelona: Institut d'Estudis Catalans, 1908. (texto completo)Archivado el 19 de marzo de 2012 en Wayback Machine.
Pompeu Fabra. Gramática de la lengua catalana. Barcelona: L'Avenç, 1912. (fragmentos)
Pompeu Fabra. Gramàtica catalana. Barcelona: Institut d'Estudis Catalans, 2006 (3a reimpr. de la 7a ed. de 1933). (texto completo)
Pompeu Fabra. Converses filològiques. Primera sèrie. Barcelona: Regina, 1924. (fragmentos)
(en francés) Pompeu Fabra. Abregé de grammaire catalane. Paris: Les Belles Lettres, 1928. (fragmentos)
(en francés) Pompeu Fabra. Grammaire catalane. Paris: Les Belles Lettres, 1946. (fragmentos)
Pompeu Fabra. Gramàtica catalana, a cura de Joan Coromines. Barcelona: Teide, 1956. (fragmentos)
Pompeu Fabra. Converses filològiques, vol. II, a cura de Joaquim Rafel. Barcelona: Edhasa, 1984. (fragmentos)
Pompeu Fabra. Textos desconeguts de Pompeu Fabra, a cura de Josep Murgades. Barcelona: Universitat de Barcelona, 2005. (visualizac. limitada)