“Prolonga en la pantalla el acento triste de la novela...un clima poético y literario por medio de frases hechas que refuerzan el impacto melodramático de la mayor parte de las situaciones originales (y añadidas) a las que el director Ernesto Arancibia, con mucha pericia, ha extraído el máximo rendimiento emocional”.[1]
Por su parte Manrupe y Portela opinan:
“Estilizada y sobria versión de un clásico, con buena actuación de la protagonista”.[1]
Premio
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina le otorgó al filme el premio Cóndor Académico a la mejor película de 1953 y galardonó a Ernesto Arancibia como el mejor director, a Zully Moreno como la mejor actriz y a Antonio Merayo como el mejor director de fotografía.
Referencias
↑ abcManrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995). Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 392. ISBN950-05-0896-6.