Aunque con el tratado los rusos perdieron el derecho de navegar el río Amur, el Imperio de la Dinastía Qing jamás reclamó los cursos inferiores del río. Nikolái Muraviov insistía en entrar en una política de agresividad con China reclamando que el último tramo del Amur pertenecía a los rusos.
En 1852, una expedición militar rusa bajo el mando de Muraviov exploró el Amur, y en 1857 una serie de cosacos y campesinos rusos se asentaron a lo largo de todo el río con el fin de anexar la región al Imperio ruso. En 1860, China fue forzada a reconocer la anexión con el Tratado de Aigun dada su débil posición debido a que estaba en guerra contra el Reino Unido y Francia. Dicho tratado reconoció la anexión rusa y reconocía al río Amur como el límite de Rusia con el Imperio Qing, y le permitió a Rusia acceso total al océano Pacífico.
Además de los nanais viven otros grupos indígenas, incluidos los evenkis y evenos, del norte y algunos ulchis y udegués del sur del río Amur. Algunos nivjis (guilyakos), un pueblo pesquero indígena con un idioma aislado, todavía viven alrededor del delta fluvial del río Amur.