José Ferrándiz y Niño (Sevilla, 12 de marzo de 1847-Madrid, 1 de enero de 1918) fue un militar y político español, vicealmirante de la Armada Española.
Hijo de Juan Ferrándiz Zaragoza y María de los Dolores Niño y Ancos,[1] nació el 12 de marzo de 1847 en Sevilla.[2] En 1888, bajo el mando del entonces capitán de navío Pascual Cervera y Topete, estuvo destinado como segundo comandante en el acorazado Pelayo como parte de su primera dotación.[3]
Fue profesor de la Escuela Naval Flotante, formó parte de la escuadra del Almirante Cámara enviada a Filipinas tras la Batalla de Cavite que fue retenida en Puerto Saíd, al mando de la flotilla de destructores Audaz, Osado y Proserpina.
Era capitán de navío el 8 de diciembre de 1903, cuando fue Ministro de Marina en el primer Gobierno presidido por Antonio Maura, puesto en el que permaneció hasta el 16 de diciembre de 1904.[4] Ocupó esta cartera por segunda vez en el periodo del 25 de enero de 1907 hasta el 21 de octubre de 1909,[4] cuando fue el Ministro de Marina de la ley de 7 de enero de 1908 (Diario Oficial n.º 5, de 8 de enero de 1908) conocida como Ley del Ocho y por la crónica oficial de la Armada Española como Maura- Ferrándiz, para la construcción de una nueva escuadra, después del desastre de 1898, la cual autorizaba:[5]
Fue elegido senador por Lérida en 1903, por Málaga en 1907 y designado senador vitalicio en 1909.[6]
Falleció el 1 de enero de 1918.[7]
Por los Acuerdos de Cartagena se estableció una colaboración defensiva, que no llegaba al nivel de una alianza militar formal, entre España, Reino Unido y Francia, por la cual cada uno de esos países garantizaba la integridad territorial de los demás en las posesiones que cada uno tenía en el Mar Mediterráneo y en las costas europeas y africanas bañadas por el océano Atlántico.
A cambio del apoyo británico y francés para la defensa de España, la flota española apoyaría a la Armada Francesa en caso de guerra con la Triple Alianza contra las flotas combinadas del Reino de Italia y Austria-Hungría en el Mar Mediterráneo ya que la Royal Navy debería de centrarse en el Mar del Norte contra la Kaiserliche Marine germana; mientras que la flota francesa por sí sola no podría contener a la armada italiana y la austrohúngara juntas, y era necesario que Francia transportara por mar a sus tropas coloniales desde el norte de África al continente europeo.[8]
Gracias a la colaboración de los miembros de la entente cordiale, España pudo en parte empezar a reconstruir su flota de guerra, destacando la producción de los acorazados de tipo dreadnought clase España, y la proyección de la clase Reina Victoria Eugenia, que sin embargo por el estallido de la Gran Guerra en 1914 nunca llegaron a construirse.
Para cumplir con las obligaciones adquiridas por el gobierno español, el nuevo Plan naval de 1907 (luego conocido como Plan Ferrándiz) fue aprobado por el gobierno a principios del año siguiente como Ley de Marina del 7 de enero de 1908[9] y consistió en: