El marso era una lengua osco-umbra estrechamente emparentada con el umbro hablada en el área habitada por los antiguos marsos (Cuenca del Fucino, en los actuales Abruzzos) en I milenio a. C.
Las inscripciones más tempranas datan de entre el 300 y el 150 a. C., e incluyen un interesante bronce hallado en el lago Funcino, el cual parece llevar grabada una ofrenda votiva a la diosa Angitia, si A(n)ctia, como es probable, era la forma local de su nombre. El marso se diferenciaba poco del latín de esa época; formas contraídas, como Fougno en lugar de Fucino, serían solo cuestión de ortografía. En sílabas finales, los diptongos ai, ei y oi, todos aparecen como e. Por otro lado, la forma más antigua del nombre de la tribu (dat. plur. Martses = Lat.Martiis) muestra su derivación y exhibe la asibilación de -Tio- en -Tso-, propios del idioma osco pero extraño en el latín clásico.
Las tres inscripciones que han llegado hasta nuestros días, de los siglos III a. C. y II a. C., están escritas en alfabeto latino.
A continuación se muestra una inscripción breve del marso, encontrada en la Civita d'Antino: