”…además de brindar la cuota de sexo y picardía, despojados de cualquier tipo de sutileza, va mucho más allá de su propuesta y se convierte en una sátira tan feroz como memorable.”[1]
”Aunque la sátira subsiste detrás de varias máscaras, es cierto que el público apenas la percibe.”[1]
Manrupe y Portela escriben:
”Lo que a priori es una película de coristas, es en realidad un intento de sátira interesante a propósito del fútbol y que merecería una segunda lectura.”[1]