El formiato de metilo, también llamado metanoato de metilo, es el éster metílico del ácido fórmico. Es el ejemplo más sencillo de éster de carboxilato y es un líquido incoloro con olor etéreo, alta presión de vapor y baja tensión superficial. Es un precursor de muchos otros compuestos de interés comercial.[2]
Este proceso, practicado comercialmente por BASF entre otras empresas, ofrece una selectividad del 96% hacia el formiato de metilo. El catalizador de este proceso es sensible al agua, que puede estar presente en la materia prima de monóxido de carbono, que suele proceder del gas de síntesis. Por lo tanto, es esencial que el monóxido de carbono esté muy seco.[3]
Usos
El formiato de metilo se utiliza principalmente para fabricar formamida, dimetilformamida y ácido fórmico. Estos compuestos son precursores o componentes básicos de muchos derivados útiles.
Un uso histórico del formiato de metilo, que a veces llama la atención, fue en la refrigeración. Antes de la introducción de refrigerantes menos tóxicos, el formiato de metilo se utilizaba como alternativa al dióxido de azufre en los frigoríficos domésticos.