La afinidad del níquel (número atómico 28) y del hierro (número atómico 26) por otros productos naturales sirve de base para preparar múltiples aleaciones comerciales (Fernico, Cunife), y también proporciona un entorno electrónico complejo que permite catalizar muchas reacciones químicas.[2]
El hierro y el níquel se caracterizan por ser los elementos finales elaborados en la nucleosíntesis estelar, y por lo tanto los elementos más pesados que no requieren de una supernova o un evento similar cataclísmico para su formación.[3] El hierro y níquel, por lo tanto, son los metales más abundantes en los meteoritos metálicos[4] y en los núcleos densos de metal de los planetas como la Tierra.
KREEP, término geoquímico para brecha y basaltos lunares originados por fusión tras impacto.
Referencias
↑http://books.google.es/books?id=PCHYqyNwf0wC&pg=PA15 Materiales Didacticos Nº2. Geografía universal y de América. Guía del profesor. Ana Mª Errázuriz Körner, Mónica Gangas Geisse, Basilio Georgudis Maya, Reinaldo Rioseco Hormázabal. Editorial Andrés Bello. Santiago de Chile, 1985. Pág. 15
↑Pardo, Alejandro et al. (April 2006) "Density functional study of the catalytic cycle of nickel–iron [NiFe] hydrogenases and the involvement of high-spin nickel(II)" Journal of Biological Inorganic Chemistry 11(3): pp. 286-306;
↑Wannier, P. G. et al. (September 1980) "Nuclear Abundances and Evolution of the Interstellar Medium"Annual Review of Astronomy and Astrophysics 18(1): pp. 399-437, (doi: 10.1146/annurev.aa.18.090180.002151);
↑Mason, Brian Harold (1971) Handbook of Elemental Abundances in Meteorites Gordon and Breach, New York, ISBN 0-677-14950-6 ;