Las elecciones o comicios son un proceso institucional en el que los electores eligen con su voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos en una democracia representativa. Para las administraciones del Estado, en su desarrollo democrático celebran periódicamente elecciones legislativas, además, en muchas democracias representativas se convocan elecciones a la jefatura del Estado o del Gobierno. Las elecciones judiciales, en que el pueblo determina las personas que van a interpretar las leyes, solamente se celebran en la actualidad en el Estado Plurinacional de Bolivia, correspondiendo en el resto de países democráticos su elección al poder legislativo y/o ejecutivo.
Además, en el marco de las legislaciones descentralizadoras vigentes en algunas democracias, en ciertos países se convocan igualmente elecciones a legisladores, presidentes ejecutivos y/o autoridades judiciales de ámbito parroquial, municipal, comarcal, provincial y/o regional.
Un mecanismo que altera esa igualdad es la manipulación interesada del tamaño y distribución de las circunscripciones electorales (gerrymandering, rotten boroughs) por parte del Gobierno. Si se reconoce la soberanía popular, todo el pueblo tiene derecho tanto al sufragio activo (cuando todos pueden votar, se habla de sufragio universal, si no, de sufragio restringido) como al sufragio pasivo (todos han de poder ser elegidos). En ocasiones la ley prevé circunstancias en las que se pierde el derecho de sufragio o requisitos de distinta naturaleza para su ejercicio; limitaciones que en algunos casos pueden llegar a ser tan abusivas que desvirtúan los resultados electorales.[1] Las características de las elecciones en cada país se regulan en la legislación electoral, que define su peculiar sistema electoral, como por ejemplo su naturaleza de elecciones directas (la totalidad de la ciudadanía elige directamente con su voto al cargo elegido) o indirectas (hay un cuerpo intermedio, compuesto por representantes elegidos por toda la ciudadanía, que es el que toma la decisión). La introducción de novedades en los sistemas electorales se denomina reforma electoral.
En el plano internacional, resulta necesario resaltar que en casi todos los países, como parte de su sistema democrático, podemos encontrar la existencia de instituciones político-electorales, que se encargan, tanto de organizar las elecciones como de dirimir los diversos conflictos de esa índole que en ellos se someten, sin dejar de mencionar que en algunos casos, en solo uno de ellos recae la obligación de ejecutar ambas encomiendas.
En España la organización de las elecciones recae, según el tipo de elección, en la Dirección General de Política Interior del Ministerio del Interior, o en la consejería regional o área provincial con competencias en materia de procesos electorales. La resolución de los conflictos que en las elecciones se produzcan corresponde en España en exclusiva a la Junta Electoral Central o a las juntas electorales de rango inferior que por delegación legal se establezcan.
El Pala El rey Gopala (gobernó c. 750s - 770s CE) a principios de la Bengala medieval fue elegido por un grupo de jefes feudales. Tales elecciones eran bastante comunes en las sociedades contemporáneas de la región.[4][5] En el Imperio Chola, alrededor del año 920 de la era cristiana, en Uthiramerur (en la actual Tamil Nadu), se utilizaban hojas de palma para seleccionar a los miembros del comité del pueblo. Las hojas, con los nombres de los candidatos escritos en ellas, se colocaban dentro de una vasija de barro. Para seleccionar a los miembros del comité, se pedía a un joven que sacara tantas hojas como puestos disponibles. Esto se conocía como el sistema Kudavolai.[6][7]
Las primeras elecciones populares registradas de funcionarios a cargos públicos, por mayoría de votos, en las que todos los ciudadanos eran elegibles tanto para votar como para ocupar cargos públicos, se remontan a los Éforos de Esparta en el año 754 a. C., bajo el gobierno mixto de la Constitución espartana. [8][9] Las elecciones democráticas atenienses, en las que todos los ciudadanos podían ocupar cargos públicos, no se introdujeron hasta 247 años después, hasta las reformas de Clístenes.[10] Bajo la anterior Constitución Soloniana (c. 574 a. C.), todos los ciudadanos atenienses podían votar en las asambleas populares, en asuntos de derecho y política, y como jurados, pero sólo las tres clases más altas de ciudadanos podían votar en las elecciones. Tampoco las clases más bajas de las cuatro clases de ciudadanos atenienses (definidas por su riqueza y propiedades, y no por su nacimiento) podían ocupar cargos públicos, gracias a las reformas de Solón.[11][12] La elección espartana de los éforos, por lo tanto, también es anterior a las reformas de Solón en Atenas en aproximadamente 180 años.[13]
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Las cuestiones relativas al sufragio, especialmente el sufragio de los grupos minoritarios, han dominado la historia de las elecciones. Los varones, el grupo cultural dominante en Norteamérica y Europa, a menudo dominaban el electorado y siguen haciéndolo en muchos países.[3] Las primeras elecciones en países como Reino Unido y Estados Unidos estaban dominadas por terratenientes o clase dominante varones. [3] Sin embargo, en 1920 todas las democracias de Europa Occidental y Norteamérica contaban con sufragio universal masculino adulto (excepto Suiza) y muchos países empezaron a considerar el sufragio femenino.[3] A pesar del sufragio universal obligatorio para los hombres adultos, en ocasiones se erigieron barreras políticas para impedir un acceso justo a las elecciones (véase movimiento por los derechos civiles).[3]
Características de las elecciones
¿Quién puede votar?
La pregunta respecto a quién debe sufragar es un asunto central en las elecciones. En el electorado generalmente no se encuentra incluida la población entera; por ejemplo, muchos países les prohíben votar a las personas declaradas mentalmente incompetentes y a las mujeres; además, todas las jurisdicciones requieren una edad mínima para votar.
Históricamente, muchos otros grupos han sido excluidos de las votaciones. Por ejemplo, la democracia de la antigua Atenas no permitía a las mujeres, extranjeros y esclavos el derecho al voto, y la constitución original de los Estados Unidos permitía el voto solo a los hombres blancos y propietarios. Gran parte de la historia de las elecciones se trata sobre la lucha y promoción del voto para los grupos excluidos. El movimiento para el sufragio femenino le entregó a las mujeres de muchos países el derecho a votar, y la aseguración del derecho al sufragio libre fue el mayor éxito del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. La extensión del derecho al voto de otros grupos que se mantienen excluidos en algunos lugares (tales como los convictos por felonía, miembros de ciertas minorías y los desaventajados económicamente) continúa siendo una meta significativa para los derechos electorales.
En algunos países el voto es obligatorio por ley; si un votante no ejerce su deber, puede verse sujeto a castigos, que van desde multas pequeñas hasta prisión.
Nominación
En una democracia directa, cualquier persona elegible puede ser nominada. En algunos países, solo miembros de un particular partido político pueden serlo. En los Estados Unidos, por ejemplo, los candidatos de partidos necesitan una cantidad menor de firmas que apoyen su nominación a aquellos candidatos que sean independientes.
¿Quién puede ser elegido?
Las posiciones de la Administración de un país para las cuales se celebran elecciones varían dependiendo de la localidad. En la mayoría de democracias representativas, como por ejemplo los Estados Unidos, algunas posiciones no son llenadas mediante elecciones; por ejemplo, los jueces son usualmente designados para proteger su imparcialidad, aun así existen excepciones a esta práctica.
Es usual el establecimiento de grados intermedios entre los electores y los elegidos, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos es elegido por el colegio electoral, y en el Sistema Westminster, el Primer ministro es formalmente nombrado por la "jefatura del estado" (siendo elegido realmente por el parlamento o por el partido vencedor de los comicios).
Generalmente las elecciones directas y aquellas con segundos grados electorales tienen resultados similares. Sin embargo, en algunos casos los sistemas electorales permiten la elección de candidatos que no reciben la mayor cantidad de votos populares; siendo un ejemplo reciente la elección estadounidense del año 2000 donde fue elegido Presidente George W. Bush y del año 2016 donde fue elegido Presidente Donald Trump.
Los sistemas electorales se refieren a arreglos constitucionales detallados y sistemas de votación para determinar qué individuos y partidos políticos son elegidos en posiciones de poder.
El primer paso es contar los votos, para lo cual se usan distintos sistemas de recuento de votos y papeletas. La mayoría de los sistemas pueden ser categorizados en sistemas de Representación proporcional y de mayoritarios.
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Entre los principales sistemas electorales están:
↑Mecanismos para impedir de hecho el voto de los negros en Estados Unidos desde la abolición de la esclavitud hasta mediados del siglo XX (movimiento por los derechos civiles).
↑Nitish K. Sengupta (1 de enero de 2011). «The Imperial Palas». Land of Two Rivers: A History of Bengal from the Mahabharata to Mujib. Penguin Books India. pp. 39-49. ISBN978-0-14-341678-4.
↑En México, la composición de los órganos legislativos es de sistema mixto con predominio del Principio de Mayoría Relativa.
Artículo 10 del COFIPE. El ejercicio del poder Ejecutivo se deposita en un solo individuo que se denomina Presidente de los Estados Unidos Mexicanos electo cada seis años por mayoría relativa y voto directo de los ciudadanos.
Artículo 11 del COFIPE.
1. La Cámara de Diputados se integra por 300 diputados electos según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos electorales uninominales, y 200 diputados que serán electos según el principio de representación proporcional, mediante el sistema de listas regionales votadas en circunscripciones plurinominales. La Cámara de Diputados, se renovará en su totalidad cada tres años.
2. La Cámara de Senadores se integrará por 129 senadores, de los cuales, en cada Estado y en el Distrito Federal, dos serán electos según el principio de votación mayoritaria relativa y uno será asignado a la primera minoría. Los 32 senadores restantes serán elegidos por el principio de representación proporcional, votados en una sola circunscripción plurinominal nacional. La Cámara de Senadores se renovará en su totalidad cada seis años.