"Su tejado tenía la mayor envergadura de entre todos los edificios construidos en Roma antes de 230 y reposaba sobre vigas de madera de alerce de cien pies de largo y un pie y medio de ancho."[2] Según Dion Casio, el diribitorium se encontraba entre los numerosos edificios públicos que fueron destruidos por el fuego en 80 y posteriormente reconstruidos por el emperadorTito.[3]