Diego Eduardo Zúñiga Henríquez (Iquique, 17 de agosto de 1987) es un escritor, editor y periodista chileno, galardonado con varios premios en su país y seleccionado en 2017 por el Hay Festival como uno de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años.[1]
Biografía
Zúñiga pasó su infancia en Iquique, su ciudad natal, hasta que a mediados del año 2000 su familia se trasladó a Santiago.[2] El cambio se debió a que a su madre le había empezado a ir mal en el negocio que tenía en el norte; al principio, se quedaron donde su hermana mayor, que vivía en Las Condes; ingresó entonces en el Instituto Presidente Errázuriz —ubicado en la avenida del mismo nombre con Alcántara, frente al Villa María Academy y al Verbo Divino— y aunque pocos meses después de llegar a la capital se mudaron a Maipú, continuó asistiendo a ese colegio, lo que lo obligaba a hacer largos trayectos en transporte público que aprovechaba para leer. Ese colegio católico era, según recordaba el escritor en una entrevista de 2015, bastante singular: "particular subvencionado, se pagaba de acuerdo al ingreso que los padres percibían" y la educación era buena; "era como el colegio pobre del sector; de hecho, se creó pensando en los hijos de las personas que trabajaban por ahí", pero a él llegaba también gente de clase media alta, principalmente muchachos "caídos en desgracia provenientes de colegios acomodados"; en resumen, era "un lugar muy representativo de Chile en cuanto al predominio de la iglesia católica, las clases sociales…"[3]
Cuando estaba terminando la secundaria, Zúñiga, que había comenzado a escribir ficción a los 16 años, se inscribió en un taller literario de la Corporación Cultural Balmaceda Arte Joven (Balmaceda 1215), en el que tuvo como profesor Luis López-Aliaga.[4] Estudió periodismo en la Universidad Católica e hizo la práctica en la Revista de Libros de El Mercurio.
En el taller de López-Aliaga nacieron las primeras variantes de relatos con los que sería galardonado —como «Perdidos» o «Lorrie Moore le lee un cuento a Catalán»—, así como de su novela inédita Malasia, que finalizó en sus años de estudiante universitario y con la que ganó el Joven Roberto Bolaño 2008.[4] A pesar de este éxito, Zúñiga ha dicho que esa obra "no se va a publicar nunca, porque es muy adolescente"; es de "esos libros en donde se pagan deudas, por eso está plagada de Bolaño".[5]
Malasia —de la que alcanzaron a aparecer en 2007 algunos capítulos en la revista española-peruana La Siega—, narra dos historias en forma paralela: una, sobre Santiago y Augusto, dos amigos del colegio que "quieren ser escritores y son fanáticos de Gutiérrez, un escritor chileno muerto en la dictadura"; la novela comienza cuando Augusto le escribe a Santiago contándole que Gutiérrez realmente está vivo y que quiere que lo conozca; sin embargo, Santiago desaparece al otro día y Augusto parte en su búsqueda. La segunda cuenta la vida del escritor admirado, la verdad de por qué no murió y cómo perdió a la mujer que esperaba un hijo suyo.[4]
Su segunda novela se tituló Camanchaca, sobre el viaje que emprenden un padre con su hijo para curar los dientes de este. Es el viaje a la ciudad natal del muchacho, a la infancia y a sus recuerdos. Con este libro Zúñiga —que lo definió como "el ejercicio de narrar la infancia"— obtuvo el premio Juegos Literarios Gabriela Mistral 2009.[6] Vino después Racimo (Premio Mejores Obras Literarias 2013 del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes), basada en el caso de Alto Hospicio, del asesino en serieJulio Pérez Silva, un sicópata que violó y asesinó a 12 niñas y dos mujeres adultas entre 1998 y 2001.[7] Según el crítico de The Clinic, Tal Pinto, Racimo es «es una novela correcta y sensible, pero por sobre todo, mediocre».[8] Su primera recopilación de relatos salió en 2016, Niños héroes, titulado por el cuento central del libro que contiene 10 textos, entre los que figura el mencionado «Lorrie Moore…». El volumen recibió algunas críticas demoledoras, como la de Patricia Espinosa en Las Últimas Noticias[9] quien dijo que el libro «no solo habla de la derrota, sino que en sí mismo es un fracaso», o la de Juan Manuel Vial (La Tercera), quien lo calificó como «un libro de cuentos mediocres, en los que abundan taras vistosas e irremediables: infantilismo, intrascendencia, desprolijidad, flojera»[10]
Es uno de los fundadores de la editorial chilena Montacerdos, y ha sido incluido en antologías entre las que figuran Los mejores cuentos chilenos del siglo XXI (2012) y Selección chilena (2016); ha colaborado en diferentes publicaciones (Rolling Stone Chile, Km Cero, de su alma mater, Qué Pasa, etc.),[11] condujo el programa literario Snob en la radio de la Universidad Catolíca y administró el blog Putasasesinas;[12] dirigió la revista literaria 60Watts[13] y ha sido traducido a varios idiomas (entre ellos, al francés, inglés, italiano).[14]
Soy de Católica, libro de fútbol; Lolita editores, Santiago, 2014
Niños héroes, cuentos, Literatura Random House, Santiago, 2016. Contiene 10 relatos:
«La ciudad de los niños»; «Un mundo de cosas frías»; «Omega»; «El lenguaje de los pájaros»; «Lorrie Moore le lee un cuento a Catalán»; «Tierra de campeones»; «Niños héroes»; «Cabezas negras»; «Montevideo»; y «La tierra baldía»
Premios y reconocimientos
Primer lugar en el concurso Cuentos de Campus (Universidad Católica) con «Perdidos»
Finalista en el concurso de cuentos Novísima Narrativa Breve Hispanoamericana 2008 (Unión Latina y Random House Mondadori) con «Lorrie Moore le lee un cuento a Catalán»
Premio a la Creación Literaria Joven Roberto Bolaño 2008
↑Nicolás Rojas Inostroza, Pablo Espinosa Z. y Patricio Contreras. «Sobre la olvidada narrativa chilena: conversación con Diego Zúñiga»; ficha del entrevistado; Ojo en Tinta, n.º6, 12.07.2011