El término derecha política tiene muchas connotaciones e ideas conflictivas en la actualidad.[16] Engloba por tanto a corrientes ideológicas muy diversas cuya separación puede ser tajante, aunque también pueden ser compatibles, que ante todo busquen el mantenimiento de un orden social natural (tradicionalismo, conservadurismo). En oposición a la izquierda política, el sector más liberal enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo de las administraciones públicas y busca potenciar valores y derechos individuales, frente a posiciones colectivistas, redistributivas o estatistas, mientras que el sector más conservador es partidario del encuadramiento colectivo en estructuras rígidamente jerarquizadas y disciplinadas.
Origen del término
El término Derecha política, como el de Izquierda política, tiene su origen formal en la votación que tuvo lugar el 11 de septiembre de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente surgida de la Revolución Francesa en la que se discutía la propuesta de un artículo de la nueva Constitución. Allí se establecía el veto absoluto del rey a las leyes aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Los diputados que estaban a favor de la propuesta, que suponía el mantenimiento de hecho del poder absoluto del monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra, y defendían que el rey sólo tuviera derecho a un veto suspensivo y limitado en el tiempo poniendo por tanto la soberanía nacional por encima de la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente.[17][18][19] Así el término "izquierda" quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio político y social, mientras que el término "derecha" quedó asociado a las que se oponían a dichos cambios.[20]
Corrientes
El significado de la derecha "varía según las sociedades, las épocas históricas y los sistemas e ideologías políticas".[21] En las democracias liberales, la derecha política se opone a la socialdemocracia, el laborismo y el socialismo. Los partidos de derecha incluyen conservadores, demócratas cristianos y nacionalistas.[22] Roger Eatwell y Neal O'Sullivan dividen la derecha en cinco tipos: reaccionaria, moderada, radical, extrema y nueva.[23]
En filosofía política, se denomina conservadurismo en sentido amplio al conjunto de doctrinas y movimientos políticos que favorecen el uso del poder político o la fuerza del Estado para conservar o restaurar tradiciones —creencias o costumbres— de un pueblo o nación, que pueden ser de tipo religiosas, culturales o políticas. En estos casos el término conservadurismo es entendido como un tradicionalismo en política o mantener intacto un orden político presente o como reaccionarismo o restauración de un orden político perdido.[24]
En el espectro político, por la valoración favorable que los conservadores tienen del orden jerárquico y de la desigualdad social, con frecuencia se considera que están dentro de la derecha política, sin embargo también pueden encontrarse, en menor medida, conservadores en la izquierda política.[25][26][27]
En lo económico, los conservadores históricamente se posicionaron como proteccionistas, en oposición al libre mercado. Sin embargo, durante el siglo XX, algunos de los partidos conservadores adoptaron posiciones económicas neoliberales como influencia de la Guerra Fría, aliados en la defensa del sistema socioeconómico capitalista, en oposición al comunismo. Consecuentemente, en el siglo XXI, dentro del conservadurismo político coexisten diversas posturas sobre lo económico.
El liberalismo económico es el pensamiento económico del liberalismo, que promueve la libertad económica y está en contra de la intervención del Estado en la economía.[28] Surgió en Europa y fue desarrollado durante la Ilustración desde finales del siglo XVIII como una reacción a la intervención de los estados en materias económicas. Este pensamiento fue llamado en sus orígenes librecambismo y tuvo entre sus principales ideólogos al economista escocés Adam Smith (¹⁷²³-¹⁷⁹⁰). Su obra fue de gran importancia para el pensamiento económico moderno, pues planteaba que era necesario reducir las barreras al comercio.
Esta doctrina se halla en las antípodas del marxismo (que persigue la igualdad económica antes de nada; y cree que para lograrla, se necesita la intervención del estado). Teóricos como Karl Marx criticaron el capitalismo por las desigualdades sociales que comportaba.
La segunda organización que se dedicó específicamente a oponerse al comunismo fue el movimiento Blanco Ruso que luchó en la guerra civil rusa a partir de 1918 contra el gobierno bolchevique recientemente establecido. El movimiento blanco fue apoyado militarmente por varios gobiernos extranjeros aliados, lo que representó la primera instancia del anticomunismo como política gubernamental. Sin embargo, el Ejército Rojo derrotó al movimiento Blanco y se creó la Unión Soviética en 1922. Durante la existencia de la Unión Soviética, el anticomunismo se convirtió en una característica importante de muchos movimientos políticos y gobiernos diferentes en todo el mundo.
En los Estados Unidos, el anticomunismo saltó a la fama durante el Primer Susto Rojo de 1919-1920. Durante las décadas de 1920 y 1930, conservadores, fascistas, liberales y socialdemócratas promovieron la oposición al comunismo en Europa. Los gobiernos fascistas se destacaron como principales oponentes del comunismo en la década de 1930. En 1936, el Pacto Antikomintern, inicialmente entre la Alemania nazi y el Imperio de Japón, se formó como una alianza anticomunista.[35] En Asia, el Imperio de Japón y el Kuomintang (el Partido Nacionalista Chino) fueron las principales fuerzas anticomunistas en este período.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética comunista fue una de las principales naciones aliadas que lucharon contra las potencias del Eje.[36] Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, la rivalidad entre la Unión Soviética marxista-leninista y los Estados Unidos liberal-capitalista resultó en la Guerra Fría. Durante este período, el gobierno de los Estados Unidos desempeñó un papel de liderazgo en el apoyo al anticomunismo global como parte de su política de contención. Los conflictos militares entre comunistas y anticomunistas ocurrieron en varias partes del mundo, incluso durante la guerra civil china, la guerra de Corea, la Emergencia Malaya, la guerra de Vietnam, la guerra soviético-afgana y la Operación Cóndor. La OTAN se fundó como una alianza militar anticomunista en 1949 y continuó durante la Guerra Fría.
Tras las revoluciones de 1989 y la disolución de la Unión Soviética en 1991, la mayoría de los gobiernos comunistas del mundo fueron derrocados y la Guerra Fría terminó. Sin embargo, el anticomunismo sigue siendo un importante elemento intelectual de muchos movimientos políticos contemporáneos. Los movimientos anticomunistas organizados siguen oponiéndose a la República Popular China y a otras naciones comunistas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el comunismo se convirtió en un fenómeno global y el anticomunismo se convirtió en una parte integral de las políticas internas y externas de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. El conservadurismo en la era de la posguerra abandonó sus raíces monárquicas y aristocráticas, centrándose en cambio en el patriotismo, los valores religiosos y el nacionalismo. A lo largo de la Guerra Fría, los gobiernos coloniales de Asia, África y América Latina recurrieron a los Estados Unidos para obtener apoyo político y económico. Estados Unidos hizo del anticomunismo la máxima prioridad de su política exterior y muchos conservadores estadounidenses trataron de combatir lo que vieron como influencia comunista en casa. Esto condujo a la adopción de una serie de políticas nacionales que se conocen colectivamente bajo el término "macartismo". Mientras que tanto los liberales como los conservadores eran anticomunistas, los seguidores del senador McCarthy fueron llamados de derecha.[37]
El populismo de derecha es una ideología política que combina la derecha política con retórica y temas populistas. De acuerdo con la definición de Cas Mudde, el populismo es una ideología política que divide a la sociedad en dos entes homogéneos y antagonistas: el pueblo y las élites. Desde una perspectiva de derecha, se percibe a las élites políticas y al Estado como intrínsecamente corruptos y burocráticos, por lo que hay una retórica que apela a los individuos y a la sociedad que se identifica como antiestado, unida en torno a una religión mayoritaria, u opositora a otras tendencias políticas que se ubican como rivales.[38][39][40][41]
A partir de la década de 1990, los partidos populistas de derecha han tenido presencia en las legislaturas de varias democracias, entre ellas Australia, Brasil, Canadá, República Checa, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Rumania y Suecia; y han llegado a estar en alguna ocasión en gobiernos de coalición en Austria, Bélgica, Bulgaria, Chile, Finlandia, Grecia, Italia, Israel, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Eslovaquia y Suiza; y han llegado a formar gobiernos mayoritarios en India, Turquía, Hungría y Polonia.[58] Si bien los movimientos de extrema derecha en los Estados Unidos se han estudiado por separado, donde normalmente se la llama "derecha radical", algunos escritores los consideran parte del mismo fenómeno.[59] El populismo de derecha en los Estados Unidos también está estrechamente vinculado al paleoconservatismo.[60] El populismo de derecha es distinto del conservadurismo, pero varios partidos populistas de derecha tienen sus raíces en los partidos políticos conservadores.[59] Otros partidos populistas tienen vínculos con movimientos fascistas fundados durante el período de entreguerras, cuando el fascismo italiano, alemán, húngaro, español y japonés subió al poder. El principal ideólogo del paleolibertarismo, Murray Rothbard, señalaba en el siglo XX que la “estrategia correcta” de los paleoliberatrios y libertarios en los Estados Unidos era el populismo de derecha, que pasaba por prenderse del racismo existente entre la sociedad norteamericana, y otras posturas reaccionarias, para lograr introducir sus ideologías económicas en la lucha política.[54][39][fuente cuestionable]
Según Ernest Gellner, «el nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la unidad nacional y la política» o dicho con otras palabras «el nacionalismo es una teoría de legitimidad política que prescribe que los límites étnicos no deben contraponerse a los políticos».[73] Por su parte Liah Greenfeld define el término «nacionalismo» en un sentido general como el «conjunto de ideas y de sentimientos que conforman el marco conceptual de la identidad nacional», esta última considerada como la «identidad fundamental» en el mundo moderno frente a otras identidades en cuanto que «se considera definidora de la esencia misma del individuo».[74] Para Ricardo Rojas el nacionalismo es la «conciencia... del yo colectivo» de una nación».[75]
En la obra colectiva de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del Ministerio de Educación de Chile, se define el nacionalismo como una "ideología que consiste en la afirmación de una identidad cultural ligada generalmente a un territorio, una lengua y una tradición histórica real o inventada, la cual, en la mayor parte de los casos termina por exacerbar la superioridad de un pueblo o nación por sobre otros."[76]
En el análisis del nacionalismo se han configurado dos paradigmas contrapuestos y excluyentes, cada uno de los cuales implica una determinada concepción de la naturaleza y el origen de la nación y una definición de la misma: el modernista o constructivista, que define la nación como una comunidad humana que detenta la soberanía sobre un determinado territorio por lo que antes de la aparición de los nacionalismos en la Edad Contemporánea no habrían existido las naciones —la nación sería una «invención» de los nacionalismos—; y el perennialista o primordialista que define la nación sin tener en cuenta la cuestión de la soberanía y que defiende, por tanto, que las naciones existieron antes que los nacionalismos, hundiendo sus raíces en tiempos remotos —así sería la nación la que crea el nacionalismo y no a la inversa—.[77][78][79]
Así también el nacionalismo ha dado lugar a dos grandes corrientes ideológicas: la primera de ellas busca fortalecer la autodeterminación nacional ante potencias coloniales, imperialistas o neocoloniales,[80][81][82][83] corriente que ha sido caracterizada como «nacionalismo liberador» por Rosa de Diego,[84] o «nacionalismo antimperialista» por Rafael Cuevas Molina,[85] mientras la segunda busca impulsar la supremacía de una nación sobre otras, denominada por Memmi como «nacionalismo del colonialista»,[86] y caracterizada por Rosa de Diego como «nacionalismo excluyente y dominador».[84]
Es una ideología política que busca aplicar los principios del cristianismo (a menudo el catolicismo en particular) a las políticas públicas. Esta ideología surgió en el siglo XIX en Europa, y continúa teniendo influencia en Europa y Latinoamérica.
En la práctica política, la Democracia cristiana es considerada de derecha en asuntos morales, económicos y culturales y de izquierda en temas laborales.[cita requerida]Aunque en muchas ocasiones la democracia cristiana ha aceptado posicionamientos del liberalismo, compartiendo la idea de la reducción de impuestos con la intervención social, con la intención de acabar con la injusticia social. Por esa razón es frecuente encontrar partidos democristianos en la centro-derecha.[cita requerida]
Es una actitud adoptada por un estado para pretender colocarse por encima de otros estados o comunidades. Existen diversas variantes ideológicas de imperialismo, desde la exaltación de valores nacionales, religiosos y étnicos más frecuentemente alineados con la derecha política, al imperialismo soviético que pretendía extender la revolución proletaria a otras partes del mundo. El imperialismo moderno suele referirse a la actitud de algunas potencias, principalmente europeas además de los Estados Unidos de América, desde la Edad Moderna hasta el proceso de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial; y más específicamente, incluso con el nombre Era del Imperialismo, utilizado por la historiografía, al periodo que va de 1871 a 1919, en que se produjo una verdadera carrera para construir imperios, principalmente con el llamado reparto de África.[cita requerida]
A ese período se refieren dos de los textos más importantes que fijaron el concepto: Imperialism, a study, de J. A. Hobson, y El imperialismo, fase superior del capitalismo, del ideólogo marxista y líder bolchevique Lenin. Hay que mencionar que imperialismo y colonización son términos parecidos pero no iguales, ya que pueden ser confundidos, y tomarse como sinónimos. En el proceso histórico se puede advertir que no son lo mismo.
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↑"El conservadurismo es un grupo de ideologías políticas y sociales que promueve las instituciones sociales y políticas tradicionales, el gradualismo en la acción política y la oposición a los movimientos políticos y sociales radicales. Como movimiento intelectual y político internacional identificable, el conservadurismo se originó en la oposición a la Revolución francesa, y en sus primeros años estuvo muy influido por el ensayo de Edmund Burke Reflexiones sobre la Revolución francesa, publicado por primera vez en 1790. Después de la revolución, el conservadurismo se extendió por gran parte de Europa occidental y tuvo influencia en las ideologías de los principales diplomáticos e intelectuales del siglo XIX, incluidos Klemens von Metternich, Joseph de Maistre y Juan Donoso Cortés." ¿Qué es el conservadurismo? [Resumen del ensayo sobre conservadurismo de la Enciclopedia del Pensamiento Político, editada por Gregory Claeys, y publicada por CQ Press (2013).]. Ryan McMaken. Instituto Mises.
↑«Unos de los personajes principales de ese proceso en la posguerra fueron, precisamente, los cristianodemócratas, el ala del conservadurismo (aunque ni siquiera todos los académicos están de acuerdo en situarlo en el marco de los conservadores) más flexibles. Dominaron Europa, diseñaron el proyecto europeo, entre cuyos padres fundadores hay numerosos democristianos como Robert Schuman, Alcide de Gasperi o Konrad Adenauer, y fueron actores cruciales hasta que en los setenta se vieron desplazados por otras tendencias conservadoras.[...] Hubo tres elementos que facilitaron el crecimiento de los cristianodemócratas en la Europa occidental y democrática a partir de 1945. Y uno de ellos fue fundamental: sencillamente no eran fascistas. “Eran el único tipo de conservadores que quedaron (tras la guerra) y que tenían credenciales antifascistas. Emergieron de la Segunda Guerra Mundial como un brazo del conservadurismo que no tenía la sombra de la colaboración”, explica Duranti. Y ser el único partido conservador en pie y ser lo suficientemente flexibles como para establecer coaliciones y pactos con liberales, socialistas y comunistas hizo que partieran con ventaja. Los otros dos puntos cruciales fueron que se convirtieron en el partido anticomunista por excelencia en tiempos de la Guerra Fría, lo cual les dio muchos votos, y por otro lado que se situaron como el centro entre las otras dos visiones dominantes, los liberales capitalistas y los socialistas, con una visión en la que el Estado tenía un rol muy importante que jugar, y al mismo tiempo se desconfiaba de él.» Cambios en las corrientes conservadoras. La resaca del Covid-19, ¿la nueva ‘happy hour’ de los democristianos?. Nacho Alarcón. El Confidencial (2020)
↑"La Democracia Cristiana tiene sus orígenes remotos, no en la vertiente liberal del catolicismo, como se suele creer, sino en las corrientes más conservadoras, aquellas que, en el siglo XIX, se identificaban con los postulados del integrismo, de la intransigencia y de la contrarrevolución. Para hacerle frente a los avances del “modernismo”, la Iglesia católica, liderada por Pío IX, desplegó una contraofensiva para asegurar la presencia de la religión en todos los aspectos de la vida. En esa tarea, la acompañaron, por igual, el catolicismo intransigente, el catolicismo social y la Democracia Cristiana." La Democracia Cristiana en Colombia (1959-1960). Observaciones preliminares. Ricardo Arias Trujillo. Revista Historia Crítica (2009)
↑"El conservadurismo social cristiano se formó en los años 30 en la misma coyuntura de crisis de la sociedad liberal que el conservadurismo integrista. Ambos son críticos del capitalismo, ambos reivindican el aspecto corporativo y comunitario de la sociedad medieval. Pero ambos entienden de forma muy distinta la democracia [] La clave fue fundar un nuevo diálogo entre el catolicismo y la cultura secular." Conservadurismo y democracia cristiana en Chile. Sol Serrano. Publicado en Diario El Mercurio, año 2000
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↑Peralta, Ivana (2010). «Historia de España y América: últimas tendencias en investigación». En Casajús, Lucía; Fernández Beltrán, Francisco José, eds. España y América en el Bicentenario de las Independencias: I Foro Editorial de Estudios Hispánicos y Americanistas. España: Publicacions de la Universitat Jaume I. p. 86. ISBN978-84-15444-00-8. «Las guerras de independencia fueron interpretadas entonces desde esta visión nacionalista y empezaron a convertirse en el sustrato heroico, histórico, común a las naciones iberoamericanas. Es decir, la contemporaneidad se iniciaba en América Latina, con la construcción de las naciones a partir de la independencia.»
↑ abDe Diego, Rosa (Marzo de 2014). «Del colonialismo al nacionalismo: el modelo de Quebec». Semiosfera (Madrid: Universidad Carlos III). Segunda Época (2). «De este modo se plantea la toma de conciencia de una identidad, escondida u ocultada por la dominación extranjera, que se traducirá con frecuencia en una política de soberanía y nacionalismo. Uno de los efectos del colonialismo es, por tanto, la unificación de las distintas poblaciones colonizadas en un combate común de signo nacionalista, que busca defender una cultura oprimida o incluso negada por el ocupante, diluida en el seno de un conjunto más vasto. Este nacionalismo liberador, diferente a otro excluyente y dominador, se fundamenta en la historia cultural, lingüística de un pueblo.»
↑Memmi, Albert (1971). Retrato del colonizado: precedido del retrato del colonizador. Madrid: Cuadernos para el Diálogo. p. 120. «Pero el nacionalismo del colonialista es de una peculiar naturaleza. Se refiere esencialmente a esos aspectos de la patria que toleran y protegen su existencia como colonialista.»