Se le conoce con el nombre de Centenario de la Independencia Mexicana al grupo de festividades que se realizaron en México para celebrar 100 años de su Independencia. Con el advenimiento del centenario de inicio de la lucha armada, que llevaría a la Independencia de México, después de 300 años de colonialismo español, se organizaron las más fastuosas festividades de la historia de este país, pero con otro fin intrínseco: La reafirmación del régimen de Porfirio Díaz.
La motivación
No solo fueron bailes, cantos y desfiles. Díaz tenía la necesidad de mostrar ante los países del mundo y sus inversionistas que México era una nación importante, progresista y confiable. El prestigio internacional de México se fincaba en su disposición a la inversión extranjera y las garantías y privilegios que el gobierno mexicano les otorgaba. En 1910 el régimen porfirista quiso asegurarse un lugar digno en la comunidad mundial. De éste acontecimiento surgen instituciones como la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología. Como parte de un modelo de construcción nacional y conciencia histórica impulsado por el régimen. Valiéndose de medios propagandísticos como: el ensalzamiento de los héroes patrios, las construcciones civiles y los monumentos conmemorativos.
De los héroes valorados por el régimen se eligió a Cuauhtémoc último rey Azteca, como modelo de abnegación patriótica. Y a Benito Juárez como modelo de conciencia liberal.
La modernidad también fue un elemento imperativo al servicio del régimen, y se extendieron contratos para la iluminación de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, de los edificios de gobierno y concesiones petroleras.
Por ello, se invitó a las fiestas a la mayor cantidad posible de representantes especiales extranjeros, además del cuerpo diplomático (de 51 países que entonces se contaban vinieron 32). Asistieron representantes de: España, Francia, Alemania, Estados Unidos, entre otros (Inglaterra no acudió, aunque aceptó la invitación, por el luto de la muerte de Eduardo VII). Para recibir a los invitados especiales se organizaron banquetes, recepciones y bailes. Hubo desfiles de militares y marinos extranjeros que acompañaban a sus representaciones y que arribaron a Veracruz a bordo de barcos de guerra. Las principales figuras de la élite porfirista alojaron a los invitados de honor extranjeros (por ejemplo, el representante de España, Camilo García de Polavieja fue recibido en la residencia de don Guillermo Landa y Escandón. Nicaragua iba a enviar al poeta Rubén Darío quien se traslada de Europa a México, pasando por Cuba. Al llegar al puerto de Veracruz, en el coche que lo traslada al hotel, Amado Nervo le comunica que el gobierno mexicano lo recibirá como "huésped de honor", pero no como representante de Nicaragua. Posteriormente el general Maas lo visita donde está hospedado, lo saluda de parte de Justo Sierra y le pide el favor (también de parte de Sierra) de no viajar a la capital porque el presidente Díaz no le recibiría[1] Esto se debió a que el gobierno que había nombrado a Darío representante de Nicaragua había sido derrocado por la intervención estadounidense, y se supone que Estados Unidos presionó a Díaz para no recibir a Darío. La actitud de Díaz y Sierra generó multitudinarias protestas estudiantiles, tanto en el Distrito Federal como en Veracruz. En marchas organizadas por estudiantes e intelectuales los participantes gritaban: ¡Viva México!, ¡Viva Nicaragua!, ¡Viva Rubén Darío!, y también se gritaron consignas contra el gobierno estadounidense.
Fila superior: De izquierda a derecha: El Presidente Porfirio Díaz con el señor Guillermo de Landa y Escandón, en un acto protocolario y Los delegados internacionales
Las banderas de todas las naciones se izaban en los edificios y se tendían a lo largo de los balcones, juntaban el escudo español, las estrellas norteamericanas, el sol argentino, el crisantemo nipón, las águilas rusas y otros emblemas (...) Aparecían los retratos de los principales caudillos de la Independencia, las fechas de 1810 y 1910 y las palabras Independencia, Paz, Progreso, y sobre todo Libertad. Los edificios de las principales calles de la ciudad se iluminaron por primera vez con tubos de mercurio y con foquitos. La energía que se gastó durante ese mes fue de 168 millones de watts. Con esto se inició la tradición de iluminar las calles y avenidas de la capital con motivos alegóricos.
El 7 de abril de 1907 se forma la comisión encargada de los festejos del centenario. Bajo los lineamientos del General Díaz: “El primer centenario debe denotar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública y de que no hay pueblo que no inaugure en la solemne fecha, una mejora pública de importancia”.
El trabajo ideológico se debe en gran parte a Justo Sierra y a Vicente Riva Palacio en el ámbito de su intelectualidad: la historia nacional el primero y sobre las lecciones de civismo el segundo.
La crónica oficial de septiembre
Día 1
Inauguración del Asilo General (Manicomio General). Construido en los terrenos de la antigua hacienda La Castañeda, cercana a Mixcoac.
Fiestas del Comercio Banca e Industria. Desfile de carros alegóricos. En el que lo mismo aparecía representada La Agricultura —con escenas de la vida campestre y productos de cada región— como el carro del Cognac, que simulaba una taberna con campesinas francesas y mosqueteros; o una escena cortesana del reinado de Luis XV de Francia. El Centro Mercantil llevaba, sobre una plataforma decorada con banderas nacionales y francesas, un busto de Hidalgo coronado por la mano de una arrogante mujer que representaba a la Patria, y, a ambos lados, otros dos bustos: uno del Benemérito Juárez y otro del general Díaz, coronados respectivamente por la Justicia y por la Paz; otros patrocinadores fueron El Palacio de Hierro, Agricultura, Minería, Industria, Bancos, El Buen Tono, etcétera. En todos los carros alegóricos dominaba la imaginería francesa. Homenaje a Rubén Darío con presencia del mismo en el puerto de Veracruz. Según consigna Genaro García en su "Crónica Oficial de las Fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México", a causa de la revolución en Nicaragua el gobierno de Porfirio Díaz le pide que ascienda a Ciudad México a título personal. El escritor declina la invitación y el 12 de septiembre parte rumbo a La Habana.
La jura de la bandera por 6.000 niños en la Plaza de la
Constitución.
Día 7
Inauguración de la Escuela Nacional Primaria Industrial para Niñas “Josefa Ortiz de Domínguez” y glorificación de La Corregidora por las señoritas de la Escuela Normal y párvulos de la misma.
Ceremonia de la colocación de la primera piedra del
monumento a Isabel la Católica que obsequia la colonia
española. Llegada del señor embajador Polavieja y del
señor presidente. Reapertura del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.
Colocación de la primera piedra del monumento a Washington en la Plaza Dinamarca, obsequio de la colonia americana. Colocación de la primera piedra del monumento a Pasteur, obsequio de la colonia francesa (estaba localizado en el jardín que se encuentra entre la estatua de Cuauhtémoc, en Reforma, y la estación del Ferrocarril Nacional). Inauguración de la exposición médica (colecciones instrumentales de cirugía).
Gran procesión cívica formada por todos los elementos
de la sociedad mexicana y marinos extranjeros, en la avenida San Francisco.
Día 15
Gran desfile histórico de carros alegóricos con representaciones de: los indios aztecas, el emperador Moctezuma, Hernán Cortés, indios tlaxcaltecas, época de la Conquista, don Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero y el Ejército Trigarante. Fiesta de la Beneficencia Pública. Funciones populares de teatro y toros. En la noche, Porfirio Díaz gritó a voz en cuello: ¡Viva la Libertad! ¡Viva la Independencia! ¡Vivan los héroes de la Patria! ¡Viva la República! ¡Viva el pueblo mexicano!Carmen Romero Rubio ofrece recepción en los salones de Palacio Nacional. Fuegos artificiales.
Día 16
Inauguración del monumento a la Independencia, a cargo de Miguel S. Macedo subsecretario de Gobernación.
Inauguración del monumento a Cuauhtémoc.
Ceremonia oficial del centésimo aniversario del Grito de
Dolores. Los embajadores y delegados extranjeros
recorren en carruajes la Avenida de San Francisco en
medio de una lluvia de flores. Gran desfile militar,
tomando parte los marinos franceses, alemanes,
argentinos y brasileños. Apertura del Congreso de la Unión. María Conesa entona el himno nacional.
Día 17
Entrega del uniforme de Morelos por la embajada
Española. Las prendas personales de José María Morelos que estaban en un Museo de Madrid. Entrega de las banderas insurgentes; figurando la Virgen de Guadalupe que Hidalgo tomó en Atotonilco como estandarte,
escoltadas por generales que acompañan el uniforme. Entrega del Collar Carlos II, de España. Trofeo militar en que fue conducido el uniforme de Morelos.
Día 18
Inauguración del monumento a Juárez (Hemiciclo a Juárez). Celebración del centenario de la República de Chile.
Desfile de marinos argentinos, brasileños y tropas
mexicanas frente a la delegación Chilena. Devolución de las llaves de la ciudad México, que le habían entregado al general Federico Forey en 1863, durante la Segunda Intervención Francesa en México, por parte de la embajada de Francia en el Palacio Nacional. Inauguración de la Escuela Nacional de Altos Estudios (ENAE), con su primer director Porfirio Parra.
Colocación de la primera piedra del monumento a
Garibaldi, obsequio de la colonia italiana. Inauguración del nuevo anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria.
Día 21
Inauguración de las obras de agua potable de la ciudad
de México.
Grandes maniobras militares y simulacro de guerra en
las lomas del Molino del Rey. La infantería, caballería y
artillería en acción. Clausura del IV Congreso Médico Nacional.
Día 26
Inauguración de las grandes obras del desagüe del valle de México: El túnel de Tequisquiac. El gran canal. El tajo.
Día 27
Colocación de la primera piedra del nuevo Palacio Legislativo. El Congreso hizo público el bando que declaraba la victoria de Díaz como Presidente de México y de Ramón Corral como vicepresidente, para el periodo del 1 de diciembre de 1910 al 30 de noviembre de 1916.
Apoteosis a los héroes en el monumento a la
Independencia. Desfile de mujeres.
Fila superior: De izquierda a derecha: Reunión con el señor Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, en la refundación de la Universidad Nacional; Carro alegórico del desfile histórico, "La independencia" e Inauguración de la columna de la Independencia
Fila inferior: De izquierda a derecha: Cuerpo de artillería del ejército mexicano; Contingente de las delegaciones extranjeras e Inauguración del monumento de Alexander Von Humbolt por la delegación alemana
Eventos no oficiales
12 de septiembre. Manifestación de estudiantes en el monumento a Juárez.
Otros eventos con fecha no clara
Llegada a Veracruz del vapor Alfonso XIII conduciendo al exmo. marqués de Polavieja.
El exmo. marqués de Polavieja presenciando la jura de la bandera en la tres veces heroica ciudad de Veracruz.
Maniobras militares en Anzures.
Entrega del ajuar regalado por el gobernador Chino, que se puso en el Palacio Nacional.
Entrega de dos tibores de porcelana negra con incrustaciones de oro, perla y nácar, obsequio de Japón.
Inauguración del reloj público en la esquina de Bolívar y Carranza, obsequio de la colonia otomana (Turquía), situado en el jardín del Colegio de Niñas.
Inauguración del reloj público situado en el cruce de Bucareli y Atenas, obsequio de la colonia china, en lo que fuera la fuente de la Libertad.
En 1907, el actor Felipe de Jesús Haro realizó la primera cinta ambiciosa de ficción filmada en México: El grito de Dolores o La independencia de México (1907). El mismo Haro interpretó al libertador Miguel Hidalgo y escribió el argumento. La película se exhibió, casi obligatoriamente, cada 15 de septiembre hasta 1910.
Eventos realizados en el mismo año pero fuera del mes de septiembre
Inicio de la acuñación de la moneda conmemorativa con la denominación de un peso, conforme al decreto del 27 de diciembre de 1909. Se le conoce como Pesos de Caballito.
5 de febrero. Inauguración del Nuevo Hospital General de México.
Eventos que tenían la intención de contribuir a las festividades
Inauguración del Palacio de las Bellas Artesanteriormente conocido como Teatro Nacional, programada para 1910. La cual no se llevó a cabo. El edificio se inició en 1904 y el régimen de Porfirio Díaz no lo pudo concluir.
Inauguración del edificio de Relaciones Exteriores (ya derruido).
Eventos realizados en los diferentes Estados de la república
El Centenario se festejó en todo el país. En las principales ciudades las celebraciones fueron similares a las de la capital (desfiles, inauguraciones de calles, monumentos, parques y escuelas, carreras, bailes, concursos de adornos, teatro y cine). En Guadalajara se plantó el árbol del Centenario. En Chihuahua se colocó una placa conmemorativa en el sitio donde fue enterrado el cura Hidalgo, en San Luis se abrió una biblioteca pública, en Querétaro se inauguró un monumento a La Corregidora, el portal Allende y la Escuela de Bellas Artes.
Inauguración en Dolores Hidalgo, de un pozo de agua potable en el jardín principal y se pone la primera piedra de la Escuela Modelo (Proyecto no concluido)
Inauguración del mercado Hidalgo, Guanajuato, Guanajuato(Inaugurado por el presidente Porfirio Díaz).
Los festejos se clausuran con la apoteosis de los héroes en el patio central del Palacio, donde más de diez mil personas se reunieron la noche del 6 de octubre alrededor de un catafalco construido por Federico Mariscal en honor de los héroes de la Independencia.
Cortometrajes
Las fiestas para el Centenario de Independencia fueron filmadas por diversos cineastas, entre los que destacan los hermanos Alva y Salvador Toscano.
Situación de México en 1910 durante el Porfiriato[4]
Artes plásticas
Como parte de los festejos del Centenario, el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Justo Sierra, programó una exposición de artistas españoles. Un grupo de artistas mexicanos organizados en torno al Dr. Atl respondió con la petición de programar una exposición de artistas mexicanos, a la que Sierra accedió, si bien proporcionó una suma de dinero considerablemente menor a la que se invirtió con los españoles. El 19 de febrero de 1910 el Dr. Atl se entrevistó con el director de la Escuela Nacional de Bellas Artes para pedirle los salones de la Academia de San Carlos, y se programó la Exposición mexicana entre el 20 de septiembre y el 24 de octubre de 1910. Junto con el Dr. Atl participaron José Clemente Orozco, Roberto Montenegro, y un grupo de cincuenta pintores y diez escultores aglutinados como Sociedad de pintores y escultores. Esta exposición fue una respuesta a la postura oficial, europeizante, en torno al arte. Aquí comenzó a configurarse un imaginario artístico que afectaría la concepción de lo mexicano y de la identidad nacional en los años siguientes, y que hacía hincapié en la autonomía cultural con respecto a Europa, rescatando valores, rostros, fenotipos nacionales.[2]
Referencias
↑Ver La dramática vida de Rubén Darío, de Edelberto Torres, 1966: 401; y Autobiografía, de Rubén Darío
García, Genaro: Crónica oficial de las Fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México. México, Talleres del Museo Nacional, 1911.
Annick Lempérière: Los dos centenarios de la independencia mexicana (1910-1921), de la historia patria a la antropología cultural. Universidad de París-I
Verónica Zárate Toscano: El papel de la escultura conmemorativa, Historia mexicana, El Colegio de México A.C., 2003.
Francisco Pineda: La representación del indio. Fiesta y guerra en la oligarquía., Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2002.
Instituto de investigaciones bibliográficas: Seminario de Independencia nacional, ciclo Independencia nacional: Fuentes y documentos 1896-1910, El Porfiriato, imágenes del presente: El cine en el centenario de la Independencia por Federico Dávalos Orozco (Coord. de C. de la Comunicación – Fac. de C. Políticas y Sociales) 2002.