Este artículo o sección ha sido revisado y parte de su contenido ha sido retirado por violar los derechos de autor.Es posible que, a causa de ello, haya lagunas en el contenido o deficiencias de formato o estilo.
Puedes colaborar ampliando el texto, revisando el formato o agregando referencias a fuentes fiables. Recuerda que cualquier contenido copiado de otros sitios web, libros, etc., será eliminado, salvo que esté publicado bajo una licencia libre.
Este aviso fue puesto el 25 de diciembre de 2024.
Santa Casilda de Toledo (Toledo, 950<1050-Buezo (Burgos), 1050<1107) era una andalusí hija del emir de Toledo, que practicando la caridad cristiana, llevaba alimentos a los prisioneros cristianos de su padre; descubierta, los alimentos que ocultaba entre sus ropas se convirtieron en rosas. Según la leyenda, fue martirizada y elevada a los altares. Es patrona de las mujeres que buscan milagros relacionados con la fertilidad y la sanación de enfermedades ginecológicas.
Según el Martirologio Romano, Santa Casilda de Toledo «ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita».[1]
Hagiografía
«En los aledaños de Briviesca resuena siglos ha un nombre de mujer que es la flor de la gracia; en castellano se dice poesía: en árabeCasilda. Fue una princesa mora llena de guapura y de melancolía. Nació en Toledo, hija del sultán, medio siglo antes que Alfonso VI recristianara la imperial ciudad. Vivía la princesa ocultamente su cristianismo y se derramaba como un perfume de caridad entre los cautivos cristianos. Como un día la sorprendiera el rey, su padre, Casilda declaró que a los prisioneros les llevaba "rosas" y, el pan, por milagro, se hizo rosas...»[2].
El nombre de Casilda significa en árabe «poesía», «cantar» o «aquella que canta con alegría».[3] Pudo haber nacido entre los años 1007 y 1025, y era hija de un emirmusulmán de Toledo (España) cuyo nombre no se sabe con exactitud, pero los reyes de Toledo fueron primero Ismail al-Zafir (periodo 1032-1043), y sucedido por su hijo Al-Mamún de Toledo (periodo 1043-1075).[4]
Debido a la enfermedad de su hija, el emir gestionó un permiso de tránsito temporal con el rey castellano, para que su hija acudiera a unos pozos medicinales, los lagos de san Vicente, en las cercanías de la localidad Burgalesa de Buezo, hoy pedanía del municipio de Salinillas de Bureba, gracias a los que se curó.[5] Finalmente y tras decididir vivir de forma eremita en ese lugar, falleció y fue enterrada allí, donde en el Siglo XV se levantó el santuario que, al poco tiempo, se convirtió en un lugar de peregrinaje. Con el tiempo, terminó por erigirse en la Patrona de la Bureba y de muchos municipios como Briviesca, cabecera de la comarca de la Bureba, y el Santuario, donde originalmente se encontraba un eremitorio dedicado al mártir San Vicente, tomó el nombre de Santa Casilda cuya vida fue entendida como “poesía” para Dios; desde entonces es muy venerada en Burgos. El 21 de agosto de 1750 las reliquias de «la virgen mora que vino de Toledo» fueron colocadas en una nueva urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente.[6]
A la santa se le atribuyen muchos milagros curativos y relacionados con la fertilidad. En el santuario existe una capilla de exvotos. La tradición local afirma que quien desde el santuario lance una piedra o una teja y cae en el pozo Blanco, tendrá asegurada su descendencia con un varón o una mujer respectivamente. Asimismo, quien adolezca de alguna patología y se lave o bañe en las aguas del pozo negro, tendrá una buena curación o sanación.
Iconografía
Pintura de Zacarías González titulada El milagro de Santa Casilda (1820).
La estatua yacente, ubicada sobre el altar, preside la nave del Santuario, obra del escultor Diego de Siloé, destaca la expresión del rostro de Santa Casilda.