A su regreso, Ripamonte ocupó el cargo de secretario de la SEBA colaborando en los trabajos preliminares de su nacionalización en 1905 -donde también ejercería como profesor- así como también lo haría más tarde en la creación del Conservatorio Nacional de Música.
Desde fines del siglo XIX, en Argentina se evidenciaron fuertes cambios políticos, sociales y económicos. Paralelamente y de acuerdo a esas transformaciones, se comenzó a organizar el campo artístico local. Las innovaciones estéticas que al volver de Europa trajeron algunos artistas generaron una fuerte controversia en torno a la identidad del arte nacional. Ripamonte se posicionó en esa polémica como defensor de las tradiciones y del proyecto nacionalista legitimado por el poder cultural de la época. Como consecuencia de esa postura, surgió el Grupo Nexus a principios del siglo XX, conformado por Cesáreo Bernaldo de Quirós, Fernando Fader, Ceferino Carnacini, Justo Lynch, Juan Peláez, Pío Collivadino, el escultorAntonio Dresco -entre otros-. La producción de la agrupación se caracterizó por la exaltación de la tradición, el folklore y las costumbres locales, utilizando un lenguaje cercano formalmente al impresionismo y adaptado al naturalismo académico aprendido en el Viejo Continente. En 1907, Ernesto de la Cárcova dejó su cargo como vicedirector de la Academia Nacional de Bellas Artes. Ripamonte lo sucedió de 1908 a 1928.
En 1910 tuvo lugar la Exposición Internacional del Centenario, donde se mostró una cantidad considerable de obras, entre pintura, grabado, arquitectura y artes modernas. Argentina participó con 235 trabajos de diferentes artistas, y los integrantes del Grupo Nexus ocuparon un lugar destacado: Ripamonte fue distinguido con el "Primer Premio" en la sección "Cuadros costumbristas", por su óleoCanciones del pago. Envío sus obras al Salón Nacional desde 1911 y a otras muestras oficiales de la Argentina. Realizó exposiciones individuales en Galería Witcomb, Müller, Salón Mar del Plata; Salón Santa Fé, Bahía Blanca, Tres Arroyos, etc.
Durante esos años, escribió en la revista Athinae (de Mario A. Canale) una fervorosa defensa del arte nacional y del personaje del gaucho.
En sus obras, el artista supo detenerse en un minucioso estudio de los caracteres del hombre de campo realizando composiciones de gran calidad que reflejan los diferentes tipos criollos. Conocedor de las formas y poseedor de una gran habilidad para el dibujo, se dedicó tanto a estructurar como a disolver la figura mediante los efectos de color.
Dictó la cátedra de Pintura y Dibujo en la FADU; profesor de Dibujo de Ornato aplicado a la Arquitectura en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, hasta su jubilación en 1942.
Publicó numerosos artículos sobre arte, la obra Datos de la historia artística argentina y una Autobiografía.
Su obra figura en museos nacionales, provinciales y en destacadas colecciones particulares.
Exposiciones de su obra
Ripamonte ha figurado en la exposición Obras de arte argentino desde Pueyrredón hasta nuestros días (1940); 100 años de Arte Rioplatense (Buenos Aires, 1947); La pintura y escultura argentina de este siglo (Buenos Aires, 1952-1953), y otras de carácter internacional.