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Caridad (virtud)

La Caridad (1878), de William-Adolphe Bouguereau.
La Caridad, de François Bonvin (1851).

La caridad (del latín: caritas) (o amor, en español moderno) es, para la Iglesia católica, aquella virtud teologal por la cual se ama a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.[1][2]​ La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión.[3][2]

En las Escrituras

La caridad nace del amor de Dios a los humanos, y de la respuesta del hombre a ese amor.[4]​ De hecho, constituye el mandamiento principal de Jesús a los apóstoles y discípulos: «Amaos los unos a los otros».[5]

Reina Valera


1 Seguid la caridad;
y procurad los dones espirituales,
mas sobre todo que profeticéis.
Textus Receptus


1 διωκετε την αγαπην
ζηλουτε δε τα πνευματικα
μαλλον δε ινα προφητευητε
Vulgata latina


sectamini caritatem
aemulamini spiritalia
magis autem ut prophetetis
1 Corintios 14:1

La virtud de la caridad toma en cuenta los mandamientos de la ley de Dios, que expresan el núcleo de la moral cristiana.[6][7][8]​ Sin embargo, Dios mismo se coloca como único y perfecto ejemplo de amor, que salva a los que todavía no creen en él, muriendo por quienes son todavía sus enemigos.[9][10]San Pablo, cuando habla del amor de Dios, describe cómo es la caridad:[11]


Reina Valera


4 La caridad es sufrida, es benigna;
la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;

5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;

6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad;

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar,
y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada;
Textus Receptus


4 η αγαπη μακροθυμει χρηστευεται
η αγαπη ου ζηλοι η αγαπη ου περπερευεται ου φυσιουται

5 ουκ ασχημονει ου ζητει τα εαυτης ου παροξυνεται ου λογιζεται το κακον

6 ου χαιρει επι τη αδικια συγχαιρει δε τη αληθεια

7 παντα στεγει παντα πιστευει παντα ελπιζει παντα υπομενει

8 η αγαπη ουδεποτε εκπιπτει ειτε δε προφητειαι καταργηθησονται

ειτε γλωσσαι παυσονται ειτε γνωσις καταργηθησεται
1 Corintios 13:4-8

La caridad es considerada la virtud teologal[12]​ más importante, y superior a cualquier otra virtud.[13]

Catolicismo

Para san Basilio de Moscú (1468-1557), la condición de hijos del Padre se adquiría cuando entendida como la búsqueda del bien:

O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos.
San Basilio, reg. fus. prol. 3

En teología moral, se considera a la caridad para con el prójimo una virtud cristiana opuesta a una serie de pecados: al odio, como deseo del mal del prójimo; a la envidia, como especie de tristeza ante el bien ajeno al que se considera como mal para uno; a la discordia, como disensión de las voluntades ajenas; a la contienda, como altercado o discusión violenta; a la guerra, como lucha de una multitud contra otra entablada con intervención de la autoridad pública; y al escándalo, como aquellos dichos o hechos que proporcionan al otro ocasión de cometer el mal, entre otros.[14]​ El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española la define además, en su acepción tercera, como «limosna que se da o auxilio que se presta a los necesitados».[1]​ La Iglesia católica considera la limosna hecha a los pobres como uno de los principales testimonios de la caridad fraterna, pero también una práctica de justicia (Catecismo de la Iglesia católica, 2447).[15]​ La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia:

La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos.
San Agustín, In epistulam Ioannis tractatus, 10, 4

La encíclica Deus caritas est, del papa Benedicto XVI, profundiza más en la virtud de la caridad cristiana.[16]

(...) «agapé», el cual, como hemos visto, se convirtió en la expresión característica para la concepción bíblica del amor. En oposición al amor indeterminado y aún en búsqueda, este vocablo expresa la experiencia del amor que ahora ha llegado a ser verdaderamente descubrimiento del otro, superando el carácter egoísta que predominaba claramente en la fase anterior. Ahora el amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca.

En la masonería

En la francmasonería, se habla de tres virtudes, mencionadas en la marcha del aprendiz: "Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la humanidad."[cita requerida]

Referencias

  1. a b Real Academia Española. «caridad». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. a b Estepa Llaurens, José Manuel, y equipo (1992). Catecismo de la Iglesia católica. República Dominicana: Ed. Juan Pablo II. pp. 413-414. Consultado el 7 de septiembre de 2013. 
  3. Catecismo de la Iglesia católica'', 1829.
  4. 1 Jn 4, 19.
  5. Jn 13, 34.
  6. Jn 15, 9-10.
  7. Mt 22, 40.
  8. Rm 13, 8-10.
  9. Rm 5, 10.
  10. Mt 5, 44.
  11. 1 Co 13, 4-7.
  12. Elredo de Rieval (2001). El espejo de la caridad. Monte Carmelo. ISBN 84-7239-658-4. OCLC 434398618. Consultado el 13 de mayo de 2021. 
  13. 1 Co 13,13.
  14. Royo Marín, Antonio (1979). Teología moral para seglares. Tomo 1: Moral fundamental y especial (5ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 404-419. ISBN 84-220-0441-0. 
  15. Estepa Llaurens, José Manuel, y equipo (1992). Catecismo de la Iglesia católica. República Dominicana: Ed. Juan Pablo II. p. 534. Consultado el 11 de julio de 2014. 
  16. Benedicto XVI (25 de diciembre de 2005). «Deus caritas est». Santa Sede. Libreria Editrice Vaticana. Consultado el 3 de noviembre de 2016. 

Véase también

Enlaces externos

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