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Este aviso fue puesto el 16 de agosto de 2024.
Los bosques de hayas están en zonas de vegetación en que predomina la vegetación arborícola y angiospérmica. Ellas están presentes tanto en las zonas templadas, como también en las subtropicales y tropicales.
El límite entre los bosques de hayas y las de resinosas se sitúa entre altitudes de 600-1300 metros, dependiendo del terreno, sustrato y microclima, que a veces conducen a una inversione de la vegetación.[1]
En otoño, cuándo a los árboles los caiga las hojas, su función clorofílica cesa.
La forma de la corona está determinada en función de lugar de crecimiento: los árboles aislados tienen la corona en la forma de cúpula o de esfera, mientras que, en el marco masivas forestales, su desarrollo es limitado.
En la función de la intensidad de la luz, las hojas tienen diferentes características anatómicas, morfológicas y fisiológicas: las hojas de luz están más pequeñas, más gruesas,con una red más densa de nervios y más estomas, comparativo con las hojas de sombra.
Índice de superficie de la hoja (ISF) depende del valor del suministro de agua y con sustancias minerales; disminuye en caso de suministro insuficiente de agua y minerales; a los bosques puros de roble ISF = 5 (en los años húmedos puede estar más grande). En otros bosques caducifolios el ISF puede superar 8, para todas las especies, incluidos los arbustos (H. Walter, 1974).
La única forma de adaptación de las especies vegetales frente a las bajas temperaturas invernales es el endurecimiento de las hojas (cambios físico-químicos en el protoplasma), proceso fisiológico que se produce en otoño.Al endurecerse, la resistencia al frío de las yemas de los árboles puede aumentar de -5 °C en otoño a -25 °C e incluso -35 °C en invierno; al endurecerse, los árboles que crecen en latitudes medias están protegidos del daño por heladas; la muda se produce en primavera, con el calentamiento del aire.
Clima fresco, con inviernos ni demasiado severos ni demasiado largos, con veranos cortos y moderados en cuanto a temperatura.
Las estaciones de transición, la primavera y el otoño, se caracterizan por periodos de frío, la juego de un rol capital.
Periodos destacados de sequía inexistentes.
Las precipitaciones son abundantes (cca 400-500 mm/año) y repartidas de forma uniforme a lo largo del año.
Los suelos son morenos de bosque, más o menos lixiviado; en la función de grado de acidez y de humedad, ellas corresponden a unos asociaciones vegetales claro diferenciadas.