Bernardino Ahumada y Barros fue un hacendado, funcionario y militar argentino que desempeñó un importante papel en la sociedad catamarqueña de principios del siglo XIX.
Biografía
Bernardino Ahumada y Barros nació en el Virreinato del Perú dentro de la actual provincia de La Rioja, hijo del capitán de milicias Pedro Antonio Ahumada y Quinteros y de María de la Trinidad Barros de Brizuela.
Alrededor del año 1795 se radicó en la provincia de Catamarca y en 1804 era ya uno de los principales comerciantes de su ciudad adoptiva. Vecino principal, se desempeñó como administrador general de Temporalidades y alcalde de 1° y 2° voto del cabildo local.
El 1 de febrero de 1806 fueron padrinos de Águeda Ahumada Avellaneda, hija de Ramón Ahumada y de María del Espíritu Santo de Avellaneda y Espeche, hermanos de Bernardino y de su esposa. Al morir la madre a resultas del parto el 17 de febrero de 1806, adoptaron a la pequeña, sobrina carnal de ambos, a quién nombraron como su única heredera por no tener hijos propios.
Adhirió a la Revolución de Mayo y en su carácter de miembro del ayuntamiento formó parte de los cabildos abiertos del 23 de julio y 31 de agosto de 1810, en los que se eligió diputado ante la Junta, José Antonio Olmos de Aguilera.
Fue nombrado capitán de la 3° Compañía en Valle Viejo y en 1811 comandó el contingente de la provincia destinado al Ejército del Norte y donó los uniformes para las tropas enviadas a Buenos Aires.
En 1812 el general Manuel Belgrano, quien había decidido resistir en San Miguel del Tucumán el avance realista, pidió en comunicación a Ahumada la colaboración de su provincia: "Si los hijos de Catamarca quieren cubrirse de gloria y dar laureles a su provincia que vengan a unirse a los jujeños, salteños, tucumanos y santiagueños".
Ahumada estuvo nuevamente al mando del contingente de 171 hombres (131 reclutas y 40 desertores) enviados por Catamarca el 17 de septiembre de 1812 como auxilio al Ejército revolucionario.
Arribó al campo cuando la batalla de Tucumán se había ya iniciado y envió a sus tropas bisoñas a avanzar sobre el enemigo. En el combate que siguió tuvo 7 muertos y 97 desertores, pese a lo cual después del combate pudo presentar 67 soldados, según los honrosos certificados que le otorgó el general Belgrano.
Participó del cabildo que designó diputado por Catamarca a la Asamblea del Año XIII y entre ese año y 1815 se desempeñó como sargento mayor de la ciudad.