La construcción de la base comenzó a fines de 1947, y fue inaugurada por la Armada Argentina el 25 de enero de 1948 con el nombre de destacamento naval Decepción (algunas fuentes también lo citan como destacamento naval 1° de Mayo), siendo su primer jefe el teniente de navío Roberto Cabrera. En las décadas siguientes fue el principal asentamiento argentino en la Antártida. Desde diciembre de 1967, debido a erupciones volcánicas en la isla, terminó su etapa como base permanente y pasó a ser de uso en verano. En la década de 1990 su nombre fue modificado a base antártica Decepción y más generalmente a base Decepción.[2]
En la base funcionó desde el principio un observatorio meteorológico, agregándose en 1950 un sismógrafo y en 1951 una estación ionosférica. El 10 de abril de 1954 apareció la primera edición del periódico La Voz de Decepción, editado por el médico Julio A. Bonelli hasta 1955.[3]
La investigación actual es principalmente geológica y vulcanológica.
La base consta de ocho edificios, algunos de los cuales han sido dañados por piroclastos. En la casa principal hay dormitorios, cocina, salón de estar, una despensa, y la oficina de radio. La casa de emergencia es también habitable. Otros edificios son el Observatorio Volcanológico, y la casa de botes. Hay un helipuerto y un muelle precario.
En la campaña antártica de verano 2016-2017 la base fue abierta el 21 de diciembre de 2016 y fue cerrada el 13 de marzo de 2017. La dotación fue embarcada en el transporte ARA Bahía San Blas.[4]
La infraestructura de la base cuenta con 1030 m² bajo techo, 16 m² de laboratorios científicos, área logística de 337 m² y 30 camas. Cuenta para transporte con 2 Zodiac con motor fuera de borda.[5]
Observatorio Volcanológico Decepción
El Observatorio Volcanológico Decepción (OVD) tiene su sede en la Base Decepción y fue creado en el verano austral de 1993, aunque su inauguración formal fue el 25 de enero de 1995. En él trabajan científicos argentinos del Instituto Antártico Argentino y la Universidad de Buenos Aires; y españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España. El observatorio realiza de diciembre a marzo el monitoreo sísmico y el seguimiento de la composición química de los gases fumarólicos, junto con estudios de gravimetría, magnetometría y controles termométricos de fumarolas y suelos calientes.[6]