Micrografía de asbestosis que muestra los cuerpos ferruginosos característicos y marcada fibrosis intersticial (o cicatrización). Tinción hematoxilina-eosina.
Las fibras de asbesto se utilizaban en diferentes ámbitos antes de 1975 (construcción, minas de asbesto, industria molinera y fabricación de material refractario), hoy en día es menos frecuente esta enfermedad debido a las regulaciones gubernamentales sobre el manejo del asbesto, promulgadas para contener su riesgo sanitario, ya que la enfermedad no sólo es peligrosa y sin cura, sino que además tarda en manifestarse y, por tanto, en conocerse.
La asbestosis está causada por la inhalación de fibras de asbesto (también conocido como amianto en España), lo cual suele darse en entornos laborales que hayan requerido su manipulación intensa o continuada, favoreciendo su bioacumulación en el organismo, que es incapaz de expulsarlo. Así se origina una intoxicación sin reactividad química, pero con agresión mecánica, al ser unas fibras diminutas, pero resistentes, que producen una erosión abrasiva permanente al tejido pulmonar, mermando la capacidad respiratoria y de esfuerzo.
Patología
El amianto es una sustancia inorgánica que al acumularse de forma progresiva y continuada produce destrucción y posteriormente cicatrices pulmonares crónicas debido a la incapacidad de las células de defensa pulmonar (macrófagos) de digerir y eliminar adecuadamente este material inorgánico. Estas cicatrices impiden el normal funcionamiento pulmonar (disminución de la expansión pulmonar por fibrosis, intercambio gaseoso), lo que explica los síntomas de la enfermedad.
Pueden manifestarse acropaquias (deformidad en dedos en palillos de tambor y uñas en vidrio de reloj).
Diagnóstico
Se sospecha por los antecedentes de actividades relacionadas con la exposición laboral crónica al asbesto o sus familiares (en los trabajadores del asbesto sus ropas quedaban impregnadas de este material y era inhalado por sus familiares cercanos)