Una virgen encontrada es una figura de la Virgen que, según las leyendas catalanas y valencianas popularizadas durante los siglos XV y XVII, habían escondido antes de la invasión musulmana siendo recuperadas más adelante en medio de prodigios por pastores o ermitaños.[1]
Estas figuras, en general esculturas en talla de madera policromada, son muy típicas en Cataluña. De estilo típicamente románico o del románico tardío y creadas fundamentalmente a partir de finales del siglo XII, son concebidas para ser vistas frontalmente y presentan un marcado hieratismo, propio de este estilo; la Virgen suele aparecer sentada, ricamente vestida y coronada, con el Niño Jesús sentado en las rodillas. Su aparición coincide con la de la Coronación de la Virgen por parte de la Iglesia. Casi todas las iglesias tenían una.