La vidalita es un estilo musical no bailable característico del folklore de Sudamérica. La vidalita está emparentada y a veces es confundida con la vidala. Ambas son de origen colla y se encuentran muy difundidas en el noroeste argentino, especialmente en las provincias de Catamarca y Tucumán. Fue introducida en Uruguay a comienzos del siglo XIX.[1]
También se denomina vidalita a un palo flamenco andaluz, que se encuadra dentro de los llamados cantes de ida y vuelta como la guajira, la colombiana y la milonga, emparentados con el folclore sudamericano.
Características
La vidala suele ser más lenta que la vidalita, a la vez que los versos suelen ser amorosos y alegres, pero acompañados de una música triste.[2] En sus versos, muchas veces, la vidalita se caracteriza por intercalar la expresión "vidalita" acentuada en la última sílaba (vidalitá), para producir el efecto de que el cantante le habla a la vidalita.
El musicólogo argentino Carlos Vega distinguió las siguientes diferencias entre la vidala y la vidalita.
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Vidalita
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Vidala
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Versos
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Octosílabos
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Hexasílabos
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Pie rítmico
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Troqueo (una nota breve y una larga)
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Jónico (dos notas breves y dos largas)
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Sin embargo en Uruguay, la vidalita se forma de cuartetas hexasílabas entre las cuales se entremezcla la palabra vidalitá, al final del primer y tercer verso.[3] La estructura de versos podría reducirse a "6A5B6C6A5B6C", tal cual el ejemplo citado por Lauro Ayestarán:
Palomita blanca/
Vidalita/
Pecho colorado;/
Llévale esta carta/
Vidalita/
A mi bien amado.
Véase también
Referencias
Enlaces externos
- Para oír y ver