Totò[toˈtɔ], nombre artístico de Antonio Vincenzo Stefano Clemente (Nápoles, 15 de febrero de 1898-Roma, 15 de abril de 1967), fue un actor, letrista, poeta y comedianteitaliano.
Es considerado una de las figuras del espectáculo más importantes en la historia del cine internacional.
El arte de Totò se desarrolló en todos los géneros teatrales, desde las variedades hasta la gran revista. Participó en noventa y siete películas, interpretadas entre los años 1937 y 1967 y participó en nueve telefilmes.
Nació en el Rione Sanità de una relación clandestina entre su madre Anna Clemente y Giuseppe De Curtis, que en principio se negó a reconocerlo. La ausencia de la figura paterna fue un determinante del carácter del actor. A pesar de los deseos paternos de que se hiciera sacerdote, el joven Antonio, estimulado por sus primeros éxitos sobre los escenarios infantiles en los que participó, fue atraído por el mundo del espectáculo, comenzando a frecuentar los pequeños teatros periféricos a Nápoles y participando en pequeños monólogos, llamados en italiano macchiette. Fue en esa época cuando comenzó a utilizar el seudónimo de Clerment. Fue precisamente en esos escenarios donde conoció a actores del calibre de Eduardo De Filippo y Peppino De Filippo.
Después del servicio militar, realizado en Alessandria, durante la Primera Guerra Mundial, continuó con su carrera de macchiettista, actuando en la Sala Napoli de la capital campana. Fue allí donde obtuvo su primer éxito, una parodia de la célebre canción “Vipera”, retitulada por él como “Vicolo”.
Los primeros éxitos
Se trasladó a Roma con su madre. Obtuvo papeles en compañías teatrales de bajo nivel, en las que se representaban farsas de la Comedia del Arte. Tras conocer a Giuseppe Jovinelli, propietario de un teatro, se internó en el mundo de los balets musicales cómicos, en los que obtuvo un gran éxito. Llegó así hasta la Sala Umberto I, frecuentada por lo mejor de la sociedad romana. El éxito aumentaba.
El primero de mayo de 1925, Totò fue iniciado en la logia masónica "Nazionale" de Roma, cuyo capo era Raoul Vittorio Palermi, soberano y estratega de la Gran Loggia d’Italia.[1]
A partir de 1927 comenzó a hacerse conocido a nivel nacional, saliendo de gira con diversos espectáculos por las principales ciudades italianas. Conoció a la actriz Liliana Castagnola, con la que tuvo una breve pero intensa historia de amor. Tras la decisión de Totò de poner fin a la relación, Liliana decidió acabar con su vida, ingiriendo una sobredosis de medicamentos. La impresión de Totò fue tal que decidió enterrarla en la capilla de los De Curtis, en Nápoles, y después quiso llamar a su propia hija Liliana.
En 1937 Giuseppe De Curtis lo reconoció legalmente como su hijo. Totò comenzó entonces una cruzada para poder hacerse reconocer diversos títulos nobiliarios, basándose en investigaciones de estudiosos y heraldistas. Aunque estas reconstrucciones heráldicas fueron posteriormente cuestionadas, el Tribunal le reconoció varios títulos nobiliarios que, aunque no reconocidos por la República Italiana, se convirtieron en parte de su apellido, así que su nombre oficial pasó a ser Antonio Griffo Focas Flavio Angelo Ducas Comneno Porfirogenito Gagliardi De Curtis di Bisanzio.[2]
El encuentro con el cine
Totò se adentró en el mundo del cine en el año 1930, con la llegada del sonoro, cuando Stefano Pittaluga, productor del 95% de las películas italianas de la época, decidió darle una oportunidad al joven actor que en ese momento trabajaba en los teatros de toda Italia. La película, titulada El ladrón desgraciado, no vio nunca la luz, pero la prueba de cámara realizada con Totò, encontrada y restaurada en 1995, sorprende por la modernidad y la soltura de movimientos propios de un campesino, realizados por el actor en plenas facultades físicas.
El verdadero debut se produjo bajo la supervisión de Gustavo Lombardo, el fundador de la empresa Titanus, que en 1937 produjo el primer film de Totò, dirigido por Gero Zambuto: Fermo con le mani!, mediocre tentativa de ofrecer temas tocados por el personaje de Charlot. En una escena del film, bastante conocida y que extrañamente no fue censurada por las autoridades de la época, llega a parodiar al mismísimo Mussolini.
Antes de la guerra rodó otras cinco películas, con brillantes elementos surreales.
La Totò-manía
El periodo dorado del cómico se circunscribe entre 1947 y 1952, en cierto sentido el más libre, con parodias de gran éxito que contienen referencias satíricas bastante explícitas a la actualidad de la época: la posguerra, el mercado negro, los nuevos ricos, fueron víctimas de Totò, tanto en los escenarios como en el cine.
Sin embargo, en lo personal las cosas no andaban bien. Su esposa, de la que se había separado legalmente pero que seguía viviendo a su lado, conoció a un abogado con el que se casó. Al casarse también su hija en 1951 Totò se quedó solo. Fue en esa época cuando estuvo cortejando a la actriz Silvana Pampanini, que, sin embargo, le rechazó. La muerte de su hijo cuando era un bebé en 1954, fruto de la relación del actor con Franca Faldini, con la que se había casado en Suiza ese mismo año, sumió al actor en una depresión de la que le costó bastante tiempo salir.
El último escenario
Totò experimentó en el año 1952, en su película Totò a colori, con el sistema Ferraniacolor y con el cine tridimensional en la obra Il più comico spettacolo del mondo, una de las primeras películas estereoscópicas italianas. Tras alguna incursión en argumentos neorrealistas, desarrollados en películas de los años cincuenta, en 1956 Totò realizó su última revista, en el transcurso de la cual contrajo una broncopulmonía, de la que nunca llegaría a recuperarse. Llegó a perder incluso gran parte de la visión.
Los últimos años de vida estuvieron marcados no obstante por un trabajo incesante, a pesar de la enfermedad que el actor arrastraba. Murió, de forma repentina en su casa de Parioli. Su funeral en Nápoles fue un acontecimiento seguido por una masa de unas doscientas mil personas.
En el otoño de 1966 Totò rodó nueve sketch publicitarios para la Rai. A continuación se enumeran los nueve títulos, a pesar de que solo han sobrevivido dos:
Totò cassiere
Totò calzolaio
Totò spazzino
Totò petroliere
Totò proprietario di ristoranti
Totò farmacista
Totò barista
Totò giocatore
Totò elettricista
En el mes de enero de 1967 se rodaron otros siete episodios, sobre un proyecto de diez, que nunca se completó debido a la carga de trabajo de Totò. Sin embargo en la actualidad no queda ni rastro de esos episodios, que nunca llegaron a emitirse:
Antonio De Curtis, Dedicate all'amore, editorial Colonnese de Nápoles (1981)
Influencia de Totò en la Literatura
Un Totò enfermo y al borde de la muerte es el protagonista literario del cuento El príncipe del Vómero, incluido en el libro Estancos del Chiado de Fernando Clemot (Premio Setenil, 2009).[3]