Un tocador es un mueble que sirve para arreglar el tocado, es decir el arreglo de la cabeza, ya sea el peinado o la disposición de cualquier prenda cubrecabezas.[1]
Con forma habitualmente de escritorio suele constar de un espejo y una serie de cajones donde se pueden guardar los instrumentos, cosméticos, perfumes y adornos necesarios para tal fin. Suele situarse en el dormitorio o pieza aledaña denominada también tocador.
Historia
Los primeros tocadores se iniciaron en el Antiguo Egipto y consistían en unas cajas en donde se almacenaba lo necesario para un ritual de belleza.[2]
En Europa a finales del siglo XVII fue donde se logró el desarrollo de los tocadores, parecidos a los de hoy en día.