Interpretación del terreno prometido a Abraham según Génesis 15.
La tierra prometida o tierra de promisión[1] es un nombre que corresponde al relato de la Biblia, en el cual Dios promete entregar unos terrenos como herencia a sus fieles, empezando por Abraham, y luego a sus descendientes. Según Génesis 15:18 equivale a la porción situada entre la costa de Egipto hasta la orilla del Éufrates.[2] Además del nombre, el término también sirve como concepto identitario-religioso,[3] y se asocia muchas veces en el contexto moderno para referirse a la patria del pueblo judío.[4]
Uso del término
La Real Academia Española define el término en minúscula, si bien cuando se trata del nombre propio es adecuado también el uso de la mayúscula (Tierra Prometida). A partir del concepto bíblico, se suele usar como préstamo también para otras expresiones («En ese momento, la isla era tierra de promisión para los navegantes»; «Este sitio dista de ser la tierra prometida que nos han dicho», etc.).[5]
Pasajes bíblicos
La promesa fue hecha en primer lugar a Abraham,[6] renovada luego a su hijo, Isaac, y al hijo de este, Jacob, nieto de Abraham:
Yahveh estaba en lo alto [...] y dijo: « Yo soy Yahveh el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. » —Génesis 28:13.[7]
Su alcance es replicado por Moisés durante el Éxodo:
« Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates. » —Deuteronomio 1:7.[8]
Según los textos del Tanaj, el Pueblo de Israel habría sido elegido por Dios para la revelación de principios fundamentales y los Diez Mandamientos contenidos en la Torá. Es con el primer patriarca del pueblo hebreo que Dios establece su Alianza o Pacto, también conocido como Convenio Abrahámico:
« Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra ». —Génesis 12:1-3.[9]
El libro del Éxodo contiene los siguientes términos:
Yavé dijo a Moisés: « Márchate de ese lugar tú y tu pueblo que saqué de Egipto; sube a la tierra que yo prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob cuando les dije: Se la daré a tu descendencia. Enviaré delante de ti un ángel para que eche del país al cananeo, al amorreo, al heteo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo. ». —Éxodo 33:1-3.[10]
La tierra que Dios prometió a Abraham figura en el texto bíblico:
Aquel día hizo Yavé un pacto con Abram, diciendo: « —A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates: la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos. ». —Génesis 15:18-21.[11]
Extensión
Estampilla israelí con Josué y Caleb portando el fruto de la Tierra Prometida. En hebreo, presenta la inscripción «Tierra de leche y miel» (Números 14:8).
Alcances máximos:
A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates. —Génesis 15:18.[12]
Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates. —Deuteronomio 1:7.[13]
Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. —Deuteronomio 11:24.[14]
Alcances mínimos:
Yahveh habló a Moisés y le dijo: «Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, ésta será la tierra que os ha de caer en herencia, y estos serán sus límites: Tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom, y su límite estará en el extremo del Mar Salado, hacia el oriente. Este límite os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; se extenderá del sur a Cades-barnea, continuará a Hasar-adar y pasará hasta Asmón. Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y terminará en el mar. El límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental. El límite del norte será este: desde el Mar Grande trazaréis una línea hasta el monte Hor. Del monte Hor trazaréis una línea hasta la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad. Seguirá luego hasta Zifrón y terminará en Hazar-enán. Este será el límite del norte. Como límite al oriente trazaréis una línea desde Hazar-enán hasta Sefam. Este límite bajará desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín. Seguirá descendiendo el límite y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente. Después descenderá este límite al Jordán y terminará en el Mar Salado: Ésta será vuestra tierra con los límites que la rodean.» —Números 34:1-12.[15]
Este será el límite de la tierra hacia el lado del norte: desde el Mar Grande, camino de Hetlón viniendo a Zedad, Hamat, Berota, Sibraim, que está entre el límite de Damasco y el límite de Hamat; Hazar-haticón, que es el límite de Haurán. Y será el límite del norte desde el mar hasta Hazar-enán en el límite de Damasco al norte, y al límite de Hamat al lado del norte. Del lado del oriente, en medio de Haurán y de Damasco, y de Galaad y de la tierra de Israel, al Jordán; esto mediréis como límite hasta el mar oriental. Del lado meridional, hacia el sur, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades hacia el arroyo y hasta el Mar Grande. Este será el lado meridional, el sur. Del lado del occidente, el Mar Grande será el límite hasta enfrente de la entrada de Hamat; este será el lado occidental. —Ezequiel 47:15-20.[16]
Recursos
Los recursos de dicho terreno se describen en Deuteronomio de la siguiente manera:
Porque Yahveh, tu Dios, te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, y donde no te faltará nada; tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyos montes sacarás cobre. Allí comerás y te saciarás, y bendecirás a Yahveh, tu Dios, por la buena tierra que te habrá dado. —Deuteronomio 8:7-10.[17]
Las siete especies de la Tierra Prometida aparecen representadas en una serie de estampillas israelíes diseñada por Zvi Narkiss en 1958.