El viajero y dibujante Sigismund Bacstrom fue huésped de los oficiales españoles del fuerte durante unos meses en 1792-93.
Las Convenciones de Nutca de 1790, 1792 y 1793, resolvieron las diferencias con Gran Bretaña devolviéndole la posesión de sus instalaciones en el territorio, quedando liberado su acceso al mismo y sin definir la pertenencia a ningún estado, ya que España y Gran Bretaña podían establecerse en la zona. Aunque quedó abierta a la colonización británica y española de la costa nororiental del Pacífico desde Oregón hasta Alaska, el comienzo de las guerras napoleónicas en Europa distrajo los esfuerzos colonizadores.
En ese momento los Estados Unidos no reclamaban nada en esas áreas, pero adquirió los derechos españoles en la zona por medio del Tratado Adams-Onís firmado en 1819. Los Estados Unidos arguyeron que habían adquirido los derechos españoles de propiedad exclusiva en el área. Esta posición llevó a un litigio con el Reino Unido conocido como disputa limítrofe de Oregón. Fue resuelta por la firma del Tratado de Oregón en 1846, dividiendo el territorio en disputa y estableciendo lo que sería el futuro límite entre Estados Unidos y Canadá al oeste de las Montañas Rocosas (paralelo 49º00'N).