El templete de San Jerónimo, o humilladero del Santo Negro (S. Onofre) monumento religioso construido junto al camino real que unía a la metrópolis de Sevilla con Córdoba. Se encuentra en el barrio de San Jerónimo.
Aparecido dentro de otro edificio derribado en 1914. Fue el catedrático de historia del arte Diego Angulo Íñiguez quien lo describió y documentó, datándolo de fines del siglo XV durante el reinado de los Reyes Católicos dentro del estilo del gótico mudéjar todavía imperante en Andalucía Occidental en esa época.
Se trata de un edificio a cuatro aguas con arcos góticos apuntados rematados con puntas de diamantes y un baquetón que los recorre enmarcándolo. En el interior, cuatro semicolumnas adosadas con basa y capitel de mocárabes, donde terminan las nervaduras de un arco de crucería que sostienen un "pinjante de muqarnas" a la manera granadina. Se corona con una doble cruz papal, expresamente traída del chapitel de la torre mirador derruida, del monasterio de San Jerónimo de Buenavista.
La efigie que en la actualidad lo adorna no es original, que se supone fue un San Onofre o una cruz de camino en mármol como la que tiene su par en la Cruz del Campo. Un Corazón de Jesús, en hierro fundido, preside el humilladero sobre un pedestal no original desde la década de 1920. De la coloración protectora de la pintura, deriva el nombre con el que se le conoce en la barriada limítrofe de San Jerónimo: "el santo negro".
Se inició la restauración por Adif, propietaria de parte del terreno donde está ubicado el Humilladero. Comenzando la obra en abril de 2013 y siendo finalizada en mayo del mismo año.[2]