Slobodan Milošević nació en la localidad serbia de Požarevac en el seno de una familia acomodada que procedía de Montenegro. Su madre era maestra, su padre era teólogo.
En 1965 se casó con Mirjana Marković, que provenía de una familia partisana y ocupaba la cátedra de Teoría Marxista en la Universidad de Belgrado.
En 1968 se pasó al mundo empresarial, en el que ocupó puestos de responsabilidad en la empresa autogestionaria, característica del régimen económico yugoslavo, basado en el llamado socialismo autogestionario. Comenzó a trabajar en la compañía energética estatal Technogas, en donde en 1973 fue nombrado director general. Diez años después de abandonar el consistorio de Belgrado, en 1978, accedió a la dirección del mayor banco de Yugoslavia, el Banco Unido de Belgrado (Beogradska Banka).
Actividad política
Los inicios y su ascenso a la presidencia de Serbia
Tras la muerte de Tito en 1980, Milošević comenzó a abrirse paso en el mundo de la política. Aunque aparecía como un hombre de carácter introvertido, en 1983 fue elegido miembro del Presidium del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Serbia y, al año siguiente, presidente del Comité Municipal en Belgrado. El 15 de mayo de 1986 sustituye a Ivan Stambolić en la presidencia del Comité Central de la LCS, siendo reelegido en 1988. En mayo de 1989 era elegido presidente de la República Socialista de Serbia. Este rápido recorrido, que en siete años lo elevó desde los puestos meramente técnicos fuera del mundo político a la presidencia de la república autónoma más importante de Yugoslavia, fue sorprendente para todos. Milošević reunía un perfil de técnico burócrata.
Su rápido ascenso político coincidió con una radicalización del nacionalismo que se operaba en la sociedad yugoslava, en los momentos en que el socialismo perdía fuerza: ese mismo año decide transformar la sección serbia de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia en el Partido Socialista de Serbia. Bajo su dirección, y de manera similar a Franjo Tuđman en Croacia, se inició una afirmación institucional de la identidad serbia, en detrimento de las demás minorías nacionales yugoslavas. El 28 de junio de 1989, en plena efervescencia nacionalista, Milošević se organizó en Kosovo Polje, el escenario de la Batalla de Kosovo, en el 600º aniversario de la derrota contra los turcos, donde, ante una multitud de un millón de personas, pronunció el célebre Discurso de Gazimestán, una exaltación de la batalla, que trajo graves enfrentamientos y consecuencias futuras, que muchos analistas consideran el "pistoletazo de salida" a las Guerras Yugoslavas.
En este contexto pactó con Franjo Tuđman, entonces presidente de Croacia, el Acuerdo de Karađorđevo para el reparto de Bosnia (ya orientada a la independencia) entre serbios y croatas.[2] También, desde su nueva posición de poder, decide anular todas las concesiones autonómicas a la provincia de Kosovo y modificar la Carta Magna para conceder más poder ejecutivo al presidente. En la oposición, algunas voces empiezan a elevarse contra la amenaza nacionalista (Círculo de Belgrado), pero el 20 de diciembre de 1992 Milošević es de nuevo reelegido como presidente, esta vez en elecciones con sufragio universal directo.
Ya al poco de su llegada al poder a finales de los 80, se empezaba a especular del peligro que suponía para el futuro de Yugoslavia la actitud de Milosevic y la importante amenaza de que la federación Yugoslava acabara rompiéndose en varios países enfrentados entre sí o Milosevic gobernando con una dictadura militar con una fuerte represión étnica a los no-serbios.[3][4][5] A principios de 1990, llegó la intención de declarar la guerra.[6].
No pudo entrar en territorio estadounidense en octubre de 1995 para participar en las negociaciones de paz con Croacia y Bosnia-Herzegovina, los llamados Acuerdos de Dayton. Algunos sectores consideraron que las elecciones municipales de 1996 fueron un fraude, lo que desencadenó una gran oleada de protestas, con manifestaciones diarias en Belgrado durante diciembre de ese año y comienzos de 1997.
En el contexto de la desintegración de la República Federal Socialista de Yugoslavia y las tres guerras que allí se produjeron donde se dieron episodios de ataques deliberados contra la población civil, que han sido calificados como «crímenes contra la humanidad, de genocidio y limpieza étnica», y la responsabilidad que Milošević tenía por ser presidente de Serbia, fue llamado, por algunos medios de comunicación, por buena parte de la opinión pública occidental, así como por sus adversarios políticos serbios, El Carnicero de los Balcanes.[7]
Tras su ascenso al poder, y con la caída de regímenes comunistas en Europa del Este, Milošević había potenciado un discurso nacionalista.[8][9][10][11] Varios autores han caracterizado como «cínico» el discurso nacionalista de Milosevic, según los cuales habría estado interesado en él como un mecanismo para mantener el poder y no tanto en la propia Serbia en sí.[12][8][9][13] Otros autores ven en la figura de Milosevic un «chivo expiatorio» sobre el que se habría hecho recaer a posteriori la responsabilidad de todo lo sucedido en los Balcanes durante la década de los 1990.[14]
En octubre del 2000, cuando era casi segura su caída tras fuertes protestas por el pucherazo electoral que hizo, mandó sacar los tanques a la calle para aplastar a su propio pueblo,[15] aunque la orden no fue obedecida por sus oficiales por el riesgo de provocar una guerra civil.[cita requerida] Intentó quedarse como simple político y dedicarse más a la familia, como si nada hubiera pasado,[9] pero las nuevas autoridades serbias lo entregaron al tribunal de La Haya en 2001. Cuando la policía iba a su casa a llevárselo detenido se atrincheró junto con su familia con varias armas y amenazó con suicidarse y su hija efectuó varios disparos.[16]
En julio de 2016, el Tribunal Internacional de La Haya, diez años después de que Slobodan Milošević, expresidente de la desaparecida Yugoslavia, muriera en extrañas circunstancias, lo exoneró de la responsabilidad en supuestos crímenes de guerra cometidos en Bosnia entre los años 1992-1995. La sentencia dice, igualmente, que en el curso de reuniones celebradas con serbios y funcionarios serbios-bosnios, «Slobodan Milosevic había afirmado que los miembros de otras naciones y grupos étnicos debían de ser protegidos, y que en el interés nacional de los serbios no debe figurar la discriminación en contra de otras etnias». En aquella ocasión «Milosevic declaró, además, que el crimen de los grupos étnicos debía ser combatido con energía».[17]’[18]
Detención
En 2001 el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia solicitó la detención de Milošević al Gobierno formado por el que subió al poder Vojislav Koštunica tras ganar las elecciones, aunque Yugoslavia no había reconocido en ese momento la jurisdicción de dicho tribunal. El 1 de abril de 2001, tras dos tensas jornadas de resistencia, Milošević aceptó una entrega pactada en Belgrado y fue trasladado a La Haya, sin que se llevase a cabo en Yugoslavia un juicio sobre dicha extradición, tal y como señalaba la legislación penal yugoslava.[19]
En la ciudad de La Haya se inició un proceso legal en el que se le acusaba de crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio, presuntamente acaecidos durante la guerra de Yugoslavia, tal y como fijó la fiscalía, y algunos documentos y declaraciones de testigos.[20][21]
Muerte
Milošević fue hallado muerto en su celda el 11 de marzo de 2006, en el centro de detención del tribunal penal en Scheveningen, en la ciudad neerlandesa de La Haya. Un oficial de la oficina de la fiscalía dijo que fue encontrado muerto a las 10:00 de la mañana del sábado. El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia dijo que padecía del corazón y su presión sanguínea era más alta de lo normal. Se esperaba que su juicio se reanudara el 14 de marzo de ese mismo año, con el testimonio del expresidente de Montenegro, Momir Bulatović.
El informe final de la investigación concluyó que Milošević falleció por causas naturales, descartando la presencia de cualquier sustancia que pudiera desencadenar un problema de corazón.[22]
Entierro
Fue enterrado el 18 de marzo de 2006 en el jardín de la casa familiar en su ciudad natal, Požarevac, después de recibir un homenaje en la avenida central de la localidad. Fue enterrado junto al árbol donde se cuenta que en su adolescencia se juró amor con su esposa, Mirjana Marković. Su lápida de mármol blanco y gris lleva escrito en oro: Slobodan Milošević - 1941-2006.
El entierro, que tenía carácter familiar según las directrices impartidas por el Gobierno serbio, congregó a dirigentes del Partido Socialista de Serbia, altos cargos del gobierno de Milošević, militares que sirvieron en las Guerras Yugoslavas, y mucha gente venida de todos los rincones de Serbia y las regiones serbias de Bosnia-Herzegovina. Su familia no pudo asistir por no tener permitida la entrada en el país.