La carrera de Mozart como sinfonista había empezado en Londres durante el gran viaje de la familia Mozart por Europa entre junio de 1763 y noviembre de 1766. El padre Leopold Mozart planeó la gira para exhibir a sus prodigiosos hijos, Wolfgang y Nannerl en las principales cortes europeas. En ese tiempo Wolfgang compuso sus primeras obras del género, que tenían una deuda sustancial con las sinfonías de estilo galante italianizante en tres movimientos de Carl Friedrich Abel y Johann Christian Bach; también escuchó las sinfonías de compositores relevantes como Thomas Arne, William Boyce y Giuseppe Sammartini.[4] Posteriormente Leopold y sus hijos pasaron en Viena varios meses de 1768 durante los cuales el joven maestro hizo un esfuerzo consciente por adaptar su estilo sinfónico a los gustos del público vienés, adoptando entre otras cosas la estructura en cuatro movimientos.[5] Una afortunada consecuencia de los largos viajes del compositor en ciernes fue el contacto que le proporcionaron con una generosa muestra representativa de las tradiciones musicales europeas: alemana, británica, francesa e italiana.[6]
El joven compositor y su padre realizaron tres viajes a Italia entre diciembre de 1769 y en mayo de 1773.[7][8] En este periodo alternó sus visitas con estancias en Salzburgo durante las cuales creó la óperaMitrídates, rey de Ponto, así como varias sinfonías con apreciable influencia del gusto italiano por la ópera bufa.[9] En 1772 y 1773 el maestro austríaco vivió una etapa de entusiasmo por la escritura sinfónica, produciendo cada año siete nuevas sinfonías (n.º 15 - n.º 27). Después redujo su actividad en este campo y en los dos años siguientes sólo aparecieron tres nuevas piezas del género (n.º 28, 29 y 30).[10][11]
Composición
La composición de esta obra se desarrolló en julio de 1772 en Salzburgo. Esta es una de las numerosas sinfonías creadas durante el periodo en el que Mozart permaneció en Salzburgo, poco después de sus viajes por Italia.
Estreno y publicación
No se sabe con certeza la fecha y el lugar en que tuvo lugar el estreno de la sinfonía.
La primera edición fue llevada a cabo en 1880 por la editorialBreitkopf & Härtel en Leipzig, que publicó bajo la denominación Wolfgang Amadeus Mozarts Werke, Serie VIII, No. 19 tanto las partes como la partitura completa.[12]
En las orquestas de aquella época era una práctica común emplear el fagot y el clavecín, si estaban presentes en la orquesta, para reforzar la línea del bajo o bien como continuo, incluso sin notación separada.[13]
II. Andante, en si bemol mayor 3 8 / Andantino grazioso, en si bemol mayor 2 4
III. Menuetto, en mi bemol mayor – Trio, en do menor 3 4
IV. Allegro, en mi bemol mayor 2 2
La interpretación de esta obra dura aproximadamente entre 15 y 20 minutos. La versión estándar de la sinfonía dura unos 17 minutos, y con el otro final dura 15 minutos. Las indicaciones de tempo en el primer, segundo y cuarto movimientos están escritas por la mano de Leopold Mozart.[1] Mozart da uno de sus grandes saltos hacia un nivel superior de habilidad e imaginación compositivas. En un gesto poco habitual en él, el compositor requiere que una de las trompas de la orquesta toque el registro «alto alto». Esto confiere al movimiento una cualidad brillante y festiva, y proporciona a la primera trompa un buen ajuste.[3]
El segundo movimiento, Andante, está en si bemol mayor, en compás de 3/8. El movimiento lento presenta un majestuoso tono cantabile.
El segundo movimiento alternativo, Andantino grazioso, está en si bemol mayor y en compás de 2/4. En el manuscrito de Mozart el Finale va seguido de este Andantino grazioso, que los estudiosos consideran un movimiento lento alternativo, por lo que los directores pueden elegir cuál de los dos utilizan. Se trata de un movimiento más breve y sencillo que el estándar.[1][3]