Es una especie común que se cultiva por su fruto y como planta ornamental, pues quizás tenga las flores más grandes de todos los cactus.
Es una planta perenne carnosa con hojas decumbentes y angulosas, armada de espinos, de color verde y con las flores de color blanco, en forma de embudo, de 32 a 38 cm de largo. El fruto es ovoide, tuberoso, espinoso, de color amarillo, con pulpa comestible de sabor agradable, ligeramente dulce, blanca grisácea, con múltiples semillas negras; interior comestible.