La salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocida comúnmente como brexit[1] (/ˈbrɛksɪt, ˈbrɛɡzɪt/ (escucharⓘ),[2] un acrónimo de «British exit»), fue un proceso político que supuso el abandono por parte del Reino Unido de su condición de Estado miembro de la Unión Europea. Tras un referéndum celebrado en el Reino Unido el 23 de junio de 2016 en el que el 51,9 por ciento de los votantes apoyó abandonar la Unión Europea, el Gobierno británico invocó en marzo de 2017 el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, iniciando un proceso de dos años que debía concluir con la salida del Reino Unido el 29 de marzo de 2019. Ese plazo se prolongó debido a la complejidad y desacuerdos en las negociaciones y a disputas parlamentarias internas; en un primer término se previó hasta el 12 de abril de 2019 y volvió a ser prolongado hasta el 31 de octubre de 2019.[3][4] Por tercera y última vez, el plazo volvió a ser ampliado hasta el 31 de enero de 2020.[5] Pasada esa fecha, tras haberse aprobado definitivamente el Acuerdo de Retirada a las 00:00 horas del sábado 1 de febrero de 2020, Reino Unido abandonó automáticamente la Unión Europea a las 23:00 horas (hora británica) del día anterior. En virtud de dicho acuerdo, hubo un periodo transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 en el que el Reino Unido se mantuvo en el mercado europeo y los ciudadanos y las empresas no notaron diferencias.[6] El Reino Unido y la UE negociaron una nueva relación política y económica durante dicho período transitorio, que firmaron la Nochevieja de 2020, y que entró en vigor al día siguiente.[7]
Desde la década de 1990, la oposición a una mayor integración europea vino principalmente de la derecha. Cuando en 1992 el Tratado de Maastricht, que creó la UE y el mercado único y garantizó las cuatro libertades básicas (la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas en toda la UE) fue presentado ante el Parlamento, hubo divisiones dentro del Partido Conservador, lo que llevó a una rebelión sobre el Tratado.
May anunció la intención del Gobierno británico de no ser miembro permanente del Mercado Único Europeo o de la Unión Aduanera tras el abandono de la Unión y prometió derogar la Ley de Comunidades Europeas de 1972 e incorporar la legislación vigente de la Unión Europea que fuera de interés para el país en la legislación nacional del Reino Unido. Las negociaciones con la UE comenzaron oficialmente en junio de 2017. En noviembre de 2018, se publicó el Proyecto de Acuerdo de Retirada, negociado entre el Gobierno británico y la Comisión Europea. La Cámara de los Comunes votó en contra del acuerdo por un margen de 432 a 202 (la mayor derrota parlamentaria en la historia para un Gobierno del Reino Unido) el 15 de enero de 2019, y nuevamente el 12 de marzo con un margen de 391 a 242 en contra del acuerdo.
El 14 de marzo de 2019, la Cámara de los Comunes votó para que May solicitara a la Comisión una ampliación del período permitido para la negociación. Miembros de toda la Cámara de los Comunes rechazaron el acuerdo. Los líderes sindicales exigieron que cualquier acuerdo debía mantener una unión aduanera y un mercado único. Theresa May acabó dimitiendo en julio de 2019, siendo sustituida por Boris Johnson, quien obtuvo un gran resultado electoral en diciembre de ese año en nuevos comicios anticipados.
Los efectos del Brexit estarán determinados en parte por el Acuerdo de cooperación y comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido, que se aplicó provisionalmente a partir del 1 de enero de 2021 y entró en vigor formalmente el 1 de mayo de 2021.[8] La opinión mayoritaria entre los economistas es que el brexit tiene la posibilidad de reducir la renta per cápita real del Reino Unido a medio y largo plazo, y que el referéndum sobre el brexit en sí mismo dañó la economía.[9] Existe la posibilidad que el brexit reduzca la inmigración desde países del Espacio Económico Europeo (EEE) al Reino Unido, y plantea desafíos para la educación superior y la investigación académica del Reino Unido.
Terminología
El término «brexit» originalmente fue escrito como «brixit», como apareció el 21 de junio de 2012 en el Bagehot’s notebook de The Economist,[10] el término pudo haber sido acuñado con el término «grexit».[11]
El Reino Unido se adhirió a la xxx Comunidad Económica Europea, comúnmente denominada por los británicos como el «Mercado Común», el 1 de enero de 1973, bajo el gobierno conservador de Edward Heath. El Partido Laborista, liderado en la oposición por Harold Wilson, concurrió a las elecciones generales de octubre de 1974 con el objetivo de renegociar los términos de pertenencia del Reino Unido a la CEE y, posteriormente, celebrar un referéndum sobre la permanencia en la misma en función de los nuevos términos.[12]
En 1975 se celebró un referéndum en el que el electorado decidió sobre la permanencia británica en la CEE. Todos los principales partidos políticos y la prensa apoyaron la continuidad en el mercado común. Sin embargo, hubo fracturas internas significativas entre los laboristas (en aquel momento el partido gobernante), dado que sus militantes habían votado a favor de la salida en una conferencia celebrada el 26 de abril de 1975, cuya duración había sido de un día. Puesto que el gobierno estaba dividido entre acérrimos proeuropeos y antieuropeos, Harold Wilson autorizó que sus ministros hicieran campaña pública en favor de cualquiera de las dos opciones. En total, siete de los treinta y dos miembros del gobierno se opusieron a la pertenencia a la CEE.
El 5 de junio de 1975, los electores tuvieron que decidir si votaban sí o no a la pregunta: «¿Piensa que el Reino Unido debe permanecer en la Comunidad Europea (Mercado Común)?». Todos los condados administrativos del Reino Unido registraron una mayoría de votos afirmativos, con la excepción de las islas Shetland y las islas Hébridas Exteriores. Como resultado, el Reino Unido permaneció en la CEE.[13]
Votos del sí
Sí (%)
Votos del no
No (%)
Participación (%)
17 378 581
67,2
8 470 073
32,8
64,5
Periodo entre referéndums
El Partido Laborista, entonces en la oposición, hizo campaña en las elecciones generales de 1983 para que el Reino Unido saliera de la Comunidad Económica Europea.[14] La propuesta no tuvo mayor calado por la aplastante victoria de Margaret Thatcher, que fue reelegida en las elecciones.[14] A partir de ese momento, el Partido Laborista cambió su política hacia Europa.[14]
Como resultado del Tratado de Maastricht, la CEE se convirtió en la Unión Europea. En 1994 se formó el antiguo Referendum Party de la mano de James Goldsmith para concurrir a las elecciones generales de 1997 con el objetivo de celebrar un referéndum sobre la permanencia en la UE.[15] Presentó candidatos en 547 circunscripciones en aquellas elecciones y consiguió 810 860 votos.[16] No logró ningún escaño en el parlamento por la dispersión de su voto, de manera que perdieron sus depósitos (aportados por Goldsmith) en 505 circunscripciones.[16]
A comienzos de la década de 1990 también se formó el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP). Es un partido euroescéptico en contra de la participación del Reino Unido en la Unión Europea. Consiguió el tercer lugar en el Reino Unido en las elecciones europeas de 2004, el segundo en las de 2009 y el primero en las de 2014. Los comicios de 2014 fueron los primeros desde 1906 en los que el partido más votado no era el Partido Conservador ni el Partido Laborista.
El debate lo volvió a retomar en 2013 el primer ministro, David Cameron, al proponer un referéndum sobre el mantenimiento del Reino Unido en la Unión Europea, proyectado en 2014, pero marcado para 2017.[17] A partir de la victoria en las elecciones generales de 2015 del Partido Conservador y por las presiones del nuevo partido UKIP, que tiene un importante respaldo de la población por la crisis económica y las presiones que genera el aumento de la llegada de más migrantes de Europa, el proyecto de buscar la salida de Inglaterra de la Unión Europea se consolidó, dado que era uno de los puntos clave de la campaña.[18]
Durante 2016 el primer ministro Cameron llevó a cabo una serie de negociaciones con la UE sobre concesiones que la Unión Europea podría realizar al Reino Unido a cambio de un gobierno británico favorable a la UE.[19]
El 23 de junio de 2016 se realizó el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, también conocido como brexit, el resultado fue que el 51,9 % de los votantes eran partidario de abandonar la UE, frente a un 48,1 % partidario de permanecer. Sin embargo, en Escocia, Irlanda del Norte y Gibraltar, además de Londres, predominó la opción de la permanencia.[20] Tras los resultados del referéndum, el primer ministroDavid Cameron anunció su dimisión del cargo en octubre del mismo año, argumentando que un liderazgo fresco debería llevar al país a la opción elegida en la votación.[21] Una iniciativa popular de recogida de firmas en la web de peticiones del parlamento de Westminster para que el parlamento se planteara la realización de un segundo referéndum recabó más de cuatro millones de apoyos en los días siguientes a la consulta.[22] El 29 de marzo de 2017, el nuevo gobierno británico encabezado por Theresa May notificó formalmente a la UE la intención del país de retirarse, iniciándose el proceso de negociaciones del Brexit. La retirada, originalmente programada para el 29 de marzo de 2019, se retrasó por el estancamiento del parlamento británico después de las elecciones generales de junio de 2017, ya que dieron como resultado un parlamento sin mayoría en el que los conservadores perdieron la mayoría pero seguían siendo el partido más votado. Este punto muerto condujo a tres alargamientos del proceso del Artículo 50 por parte del Reino Unido.
El estancamiento se resolvió después de que se celebraran elecciones generales posteriores en diciembre de 2019. En esas elecciones, los conservadores que hicieron campaña a favor de un acuerdo de retirada «revisado» liderado por Boris Johnson obtuvieron una mayoría absoluta de 80 escaños. Después de las elecciones de diciembre de 2019, el parlamento británico finalmente ratificó el acuerdo de retirada con la Ley de la Unión Europea (Acuerdo de retirada) de 2020. El Reino Unido abandonó la UE a fines del 31 de enero de 2020 CET (11 p. m. GMT). Esto inició un período de transición que finalizó el 31 de diciembre de 2020 CET (11 p. m. GMT), durante el cual el Reino Unido y la UE negociaron su futura relación. Durante la transición, el Reino Unido permaneció sujeto a la legislación de la UE y siguió siendo parte de la Unión Aduanera de la Unión Europea y del Mercado Único Europeo. Sin embargo, ya no formaba parte de los órganos o instituciones políticas de la UE.
Votos del sí
Sí (%)
Votos del no
No (%)
Participación (%)
16 141 241
48,1
17 410 742
51,9
72,2
Consecuencias
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Entre las consecuencias económicas que produjo el resultado del referéndum se encuentra la caída del rendimiento de los bonos británicos hasta el mínimo desde 1703.[23] La divisa británica se hundió al nivel de 1985 en la mañana posterior al referéndum.[24]
Algunos medios[25][26] informaron de una oleada de hostilidad xenófoba poniéndola en relación con la consulta y su resultado,[25][27] alertando de un aumento de entre un 54 % y un 57 % en los incidentes de racismo,[26][28] estando los ataques dirigidos principalmente contra musulmanes e inmigrantes polacos,[28][29] aunque también se registraron actos contra la comunidad española.[30][31] Un informe del Gobierno británico publicado en octubre del mismo año confirmó que los crímenes de odio subieron un 41 % tras el referéndum.[32]
Otro problema que se avivó fue la integridad territorial británica, dado el triunfo en Escocia e Irlanda del Norte de la permanencia en la Unión Europea. En Escocia un par de años antes se celebró un referéndum de autodeterminación en el que se aprobó la permanencia en el Reino Unido por miedo a que una eventual independencia supusiese la salida de la Unión, mientras que en Irlanda del Norte ha vuelto a abrirse el debate acerca de la unión con el territorio republicano con el fin de permanecer en la Unión Europea, unión que después del referéndum ganó bastantes adeptos, aunque no hay planes de plantear en una consulta popular la reunificación de toda la isla.[33]
Por otra parte, Theresa May realizó una convocatoria de elecciones generales anticipadas en el Reino Unido para el 8 de junio de 2017, con la intención de contar con «Un liderazgo seguro, fuerte y estable para afrontar el Brexit e ir más allá».[37] No obstante, a pesar de las buenas perspectivas iniciales para May, en las elecciones acabó perdiendo la mayoría absoluta conservadora de la que disfrutaba y acabó dependiendo del Partido Unionista Democrático (DUP), que complicó el Brexit porque no aceptaba los planes de May para la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Las negociaciones con la UE comenzaron oficialmente en junio de 2017. En noviembre de 2018, se publicó el Proyecto de Acuerdo de Retirada, negociado entre el Gobierno del Reino Unido y la UE. El 12 de diciembre de 2018 May superó una moción de confianza interna dentro de la bancada conservadora, obteniendo 200 votos a favor y 117 en contra, en una votación con voto secreto.[38] El 15 de enero de 2019 la Cámara de los Comunes votó en contra del acuerdo por un margen de 432 a 202 (la mayor derrota parlamentaria en la historia para un gobierno del Reino Unido en funciones), y nuevamente el 12 de marzo con un margen de 391 a 242 en contra del acuerdo.
El 14 de marzo de 2019, la Cámara de los Comunes votó para que May le solicite a la UE una extensión del período permitido para la negociación. Miembros de toda la Cámara de los Comunes rechazaron el acuerdo. Los líderes sindicales exigieron que cualquier acuerdo debe mantener una unión aduanera y un mercado único. May acabó dimitiendo en julio de 2019 y fue sustituida por Boris Johnson, quien obtuvo un gran resultado electoral en diciembre de ese año.
Finalmente el Brexit se ejecutó el 31 de enero de 2020. Existió un periodo transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 por el cual Reino Unido se mantuvo en el mercado europeo y los ciudadanos y las empresas no notaron diferencias.[6] Reino Unido y la UE negociaron una nueva relación comercial durante los siguientes meses hasta finalizar 2020.[7]
↑* Goodman, Peter S. (20 de mayo de 2016). «'Brexit,' a Feel-Good Vote That Could Sink Britain's Economy». The New York Times(en inglés). ISSN0362-4331. Consultado el 28 de noviembre e 2017. «[...] finding economists who say they believe that a Brexit will spur the British economy is like looking for a doctor who thinks forswearing vegetables is the key to a long life. [ [...] Encontrar economistas que digan que creen que un brexit estimulará la economía británica es como buscar un médico que piense que abandonar las verduras es la clave para una larga vida.]».
Baldwin, Richard (31 de julio de 2016). «Brexit Beckons: Thinking ahead by leading economists». VoxEU.org(en inglés). Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2017. Consultado el 22 de noviembre de 2017. «On 23 June 2016, 52% of British voters decided that being the first country ever to leave the EU was a price worth paying for 'taking back control', despite advice from economists clearly showing that Brexit would make the UK 'permanently poorer' (HM Treasury 2016). The extent of agreement among economists on the costs of Brexit was extraordinary: forecast after forecast supported similar conclusions (which have so far proved accurate in the aftermath of the Brexit vote). [El 23 de junio de 2016, el 52% de los votantes británicos decidieron que ser el primer país en abandonar la UE era un precio que valía la pena pagar por 'recuperar el control', a pesar de los consejos de los economistas que muestran claramente que el brexit hará que el Reino Unido sea 'permanentemente más pobre' (Tesoro de Su Majestad, 2016). El grado de acuerdo entre los economistas sobre los costos del brexit fue extraordinario: pronóstico tras pronóstico respaldaba conclusiones similares (que hasta ahora han demostrado ser precisas después de la votación del Brexit).]».
«Subscribe to read». Financial Times(en inglés). Consultado el 22 de noviembre de 2017. «Unlike the short-term effects of Brexit, which have been better than most had predicted, most economists say the ultimate impact of leaving the EU still appears likely to be more negative than positive. But the one thing almost all agree upon is that no one will know how big the effects are for some time. [A diferencia de los efectos a corto plazo del brexit, que han sido mejores de lo que la mayoría había predicho, la mayoría de los economistas dicen que el impacto final de abandonar la UE todavía parece ser más negativo que positivo. Pero lo único en lo que casi todos están de acuerdo es que nadie sabrá qué tan grandes son los efectos durante algún tiempo.]».
«Brexit to Hit Jobs, Wealth and Output for Years to Come, Economists Say». Bloomberg(en inglés). 22 de febrero de 2017. Consultado el 22 de noviembre de 2017. «The U.K. economy may be paying for Brexit for a long time to come... It won't mean Armageddon, but the broad consensus among economists—whose predictions about the initial fallout were largely too pessimistic—is for a prolonged effect that will ultimately diminish output, jobs and wealth to some degree. [La economía del Reino Unido puede estar pagando por el brexit durante mucho tiempo ... No significará Armagedón, pero el amplio consenso entre los economistas, cuyas predicciones sobre las consecuencias iniciales fueron en gran medida demasiado pesimistas, es para un efecto prolongado que finalmente disminuirá la producción, el empleo y la riqueza hasta cierto punto.]».
Johnson, Paul; Mitchell, Ian (1 de marzo de 2017). «The Brexit vote, economics, and economic policy». Oxford Review of Economic Policy(en inglés)33 (suppl_1): S12-S21. ISSN0266-903X. doi:10.1093/oxrep/grx017.
«This is the real reason the UK's economic forecasts look so bad». The Independent(en inglés). 23 de noviembre de 2017. Consultado el 28 de noviembre de 2017. «One thing economists do generally agree on is that leaving the European Union and putting new trade barriers between Britain and our largest and closest trading partners is extremely unlikely to boost UK productivity growth—and is far more likely to slow it. [Una cosa en la que los economistas generalmente están de acuerdo es que abandonar la Unión Europea y poner nuevas barreras comerciales entre Gran Bretaña y nuestros socios comerciales más grandes y cercanos es extremadamente improbable que impulse el crecimiento de la productividad del Reino Unido, y es mucho más probable que lo frene.]».
↑Bagehot (21 de junio de 2012). «A Brixit looms». The Economist(en inglés). Archivado desde el original el 12 de junio de 2018. Consultado el 5 de enero de 2023. (requiere suscripción).