Fue director musical de los Ballets Suecos (1924-1925) y luego de los Ballets Rusos de Diaghilev (1925-1929). Con ellos estrenó en 1924, Mercure de Erik Satie; en 1925, Barabau, de Vittorio Rieti, La Pastorale de Georges Auric y Jack in the Box, de Satie; en 1927, Pas d'acier de Serguéi Prokófiev, y Ode, de Nicolas Nabokov; finalmente, en 1929, Le fils prodigue de Prokofiev.
A partir de 1932, se interesó por la música de películas, y fue director de música de la firma Pathé-Nathan. Dirigió en el Teatro de La Scala de Milán, en el Covent Garden de Londres, en la Opéra-Comique de Monte Carlo (1937-1946), en la Opéra de París (1945) y en la BBC de Londres (1946-1947). De 1947 a 1951 dirigió la Orquesta Nacional de Francia.
Compuso música de escena, una opereta y muchas bandas sonoras de películas, como La Règle du jeu, Arlette et l'amour, L'Homme du jour... También fue también un reconocido flautista.
Fundó, con Serge Nigg, Louis Durey y Elsa Barraine, la «Association française des musiciens progressistes». Mientras conducía en Roma en 1950, sufrió una parálisis que puso fin a todas sus actividades musicales, padeciendo afasia el resto de su vida. Moriría en 1963 a consecuencia de un cáncer de pulmón.
Ardiente defensor de la música contemporánea francesa (Messiaen, Satie, Boulez, Dutilleux, y Duruflé), también supo resucitar algunas obras maestras olvidadas del pasado, editando y dirigiendo obras de Rameau, Couperin, y Delalande.