Los alemanes al ver la caída de su gobierno títere en Polonia entendieron que el próximo objetivo soviético sería la misma Alemania.[2] Dicha afirmación no era del todo correcta pues aunque Polonia ya había sido ocupado por los soviéticos, las mayores fuerzas del ejército rojo se encontraban estancadas entre el este de Polonia y el oeste de Bielorrusia luchando contra reductos alemanes. El 20 de enero de 1945, el mariscal Konstantín Rokossovski recibió la orden de abandonar dichos combates e iniciar una ofensiva contra la misma Alemania, aunque ya se había presentado algunos combates entre soviéticos y alemanes desde inicios del mismo año, con el cambio de intereses estratégicos, la superioridad numérica y la percepción moral en favor del ejército rojo, la Unión Soviética llegó a la capital prusiana Königsberg el 25 de enero y fue conquistada al igual que el resto de Prusia oriental hasta el 9 de abril.[3]
Con la ocupación militar de Prusia Oriental, Alemania perdió su ingresó al mar báltico y permitió el rápido desarrollo del Breslavia lo que a su vez permitió el ingreso a la zona que posterior a la ocupación aliada sería el territorio de la República Democrática Alemana.[4]
En el período de fundación de la Alemania Oriental de 1949, Prusia Oriental fue la única zona de ocupación soviética que no fue incorporada al nuevo Estado socialista por tal motivo el gobierno soviético decidió repartirlo entre la URSS y la República Popular de Polonia.[8]
Para Polonia
La Unión Soviética decidió incorporar unilateralmente la parte meridional de Prusia Oriental a Polonia, los Aliados occidentales no se pronunciaron ante la decisión.
Representantes de la República Popular de Polonia asumieron oficialmente la administración civil de la parte sur de Prusia Oriental el 23 de mayo de 1945. Posteriormente, los expatriados de las tierras polacas anexados por la Unión Soviética, así como ucranianos y lemkos al perder todo durante la guerra decidieron establecerse en el nuevo territorio polaco, ahora oficialmente incorporado a la organización del país como el Voivodato de Varmia y Masuria.[9]
Un dato es que posterior a la caída del comunismo en Polonia, para 1950 los polacos de Varmia y Masuria eran tachados de ‘’germanizados’’ y se decidió llevar a cabo una política de desculturización germana en todo el país y especialmente en Varmia y Masuria. Paradójicamente La mayoría de estos polacos ‘’germanizados’’ de Varmia y Masuria decidieron emigrar a la entonces estable Alemania Occidental viéndose un mayor número en la década de 1950 hasta la década de 1970 (entre 1970 y 1988, 55.227 personas de Warmia y Masuria se mudaron a Alemania Occidental).[10] También los topónimos locales naturalmente en idioma alemán fueron polonizados por la Comisión polaca para la determinación de los nombres de lugares.[11]
Para la Unión Soviética
La Unión Soviética a finales de 1945 creó un gobierno militar en el norte de Prusia Oriental, con la incorporación de la parte sur prusiana a Polonia, el gobierno soviético en un primer momento decidió incorporar su parte de Prusia a la República Socialista Soviética de Lituania — de hecho el territorio prusiano de Memel ya había sido incorporado a Lituania como una antesala para el resto de Prusia — pues, cambiando los planes previstos el gobierno soviético, incorporó el resto de Prusia a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia como parte de un simbolismo de victoria contra los nazis.[12]
En abril de 1946, el norte de Prusia Oriental se convirtió en una provincia oficial de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia con el nombre de ‘’Kyonigsbérgskaya óblast’’ (Óblast de Königsberg). En junio del mismo año, se registraron 114.070 ciudadanos alemanes y 41.029 soviéticos en el óblast, con un número desconocido de personas no inscritas. En julio de ese año, la ciudad histórica de Königsberg pasó a llamarse Kaliningrado para honrar a Mijaíl Kalinin y a la zona denominada entera se denominó Óblast de Kaliningrado. Entre el 24 de agosto y el 26 de octubre de 1948, 21 transportes con un total de 42.094 alemanes abandonaron el óblast con destino a Alemania Oriental. Los últimos alemanes restantes se marcharon en noviembre de 1949 (1.401 personas) y enero de 1950 (7 personas).[13]
Los lituanos prusianos también experimentaron el mismo destino y similar situación le sucedió a los curonianos que vivían en el área alrededor de la laguna de Curlandia. Mientras que muchos huyeron del Ejército rojo durante la evacuación de Prusia Oriental, los curonianos que quedaron atrás fueron posteriormente expulsados por el gobierno de la Unión Soviética. Solo 219 vivieron a lo largo de istmo de Curlandia en 1955. Muchos tenían nombres alemanes como Fritz o Hans, una causa para la discriminación hacia todo lo alemán. Las autoridades soviéticas consideraban a los curonianos fascistas. Debido a esta discriminación, muchos emigraron a Alemania Occidental en 1958, donde hasta la actualidad vive la mayoría de dicha etnia.
Después de la expulsión de la población alemana, las etnias rusas, bielorrusas y ucranianas se asentaron en la parte norte. En la parte soviética de la región, se llevó a cabo una política más allá de la simple desnazificación, se eliminó todo rastro posible de la historia, cultura y presencia del pueblo alemán. Todos los nombres de lugares alemanes fueron reemplazados por nuevos nombres rusos. El enclave era una zona militar, que estaba cerrada a los extranjeros. Los ciudadanos soviéticos solo podían ingresar con un permiso especial. En 1967, los restos del castillo de Königsberg fueron demolidos por orden de Leonid Brézhnev para dar paso a una nueva "Casa de los Sóviets".[14][15]
Por el lado de la República Democrática Alemana (estado satélite de la Unión Soviética) se fue borrado toda mención de la presencia alemana en Prusia Oriental, ya sea en los libros escolares o académicos, como si Prusia Oriental jamás hubiera sido una parte importante en la formación e historia de Alemania.[16]
Por otro lado, después de la caída de la República Popular de Polonia el nuevo gobierno no realizó cambios importantes; la parte polaca de Prusia Oriental junto a la parte rusa y lituana viven relaciones complejas por los diversos movimientos políticos entre los gobiernos de Moscú, Varsovia y Vilna, siendo estas últimas incorporadas a la Unión Europea.[17]En lo económico, Kaliningrado vive una relativa paz con sus vecinos. Por el contrario, desde el punto de vista militar toda el territorio de la Prusia Oriental suele ser sitios de constantes tensiones militares entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (de la que Lituania y Polonia forman parte) y las Flota del Báltico de Rusia.[18]