El pollo al ajillo es un plato de la cocina española cuyo principal ingrediente es la carne de pollo. Se trata de una preparación muy popular y de bajo coste que se suele encontrar frecuentemente en los menús de muchos restaurantes españoles.[1] Se suele servir caliente, acompañado con diversas guarniciones de patata, champiñones, ensalada, etc.
Características
Es una preparación que necesita de diversas partes del pollo troceadas, sacando aproximadamente entre tres y cuatro trozos de cada cuarto. Cada trozo se sazona y se aromatiza con pimienta. Todos los trozos en una olla se doran en aceite hirviendo agitándolos para que se doren por igual. Cuando se encuentran suficientemente dorados se retiran, y en el aceite sobrante se tuestan abundantes ajos y una guindilla. Tras esta operación se suele guisar el pollo con un poco de vino blanco y zumo de limón (en algunos casos vinagre[1]). A veces se suele verter una pequeña cantidad de salsa española (o un caldo de pollo) para que proporcione un espeso caldo a la preparación final. Existen preparaciones del pollo al ajillo en las que al comienzo los trozos de pollo se doran al horno y posteriormente se guisan al ajo (o al ajillo) con vino blanco y un caldo.
Variantes
A veces se suelen preparar partes especializadas del pollo como las alas, de esta forma se tiene el "alitas de pollo al ajillo". En otras ocasiones se emplean solamente los muslos: Muslos de pollo al ajillo, o pechugas: Pechugas de pollo al ajillo. A veces el empleo de un vino blanco especial y oloroso como un jerez (generalmente un semidulce) da un nombre especial al plato como es el caso del "pollo al ajillo dorado al jerez".[2] En países como México suele prepararse el pollo al ajillo con chiles.[3]
Referencias
↑ abElena Figueras Albi, (2009), Bueno, bonito y barato: 200 recetas tan ricas como económicas, Debolsillo, Madrid, pag. 210-211
↑Robert L. Wolke, (2005), Lo que Eintein le contó a su cocinero 2, Madrid, Manontropo, pag. 47
↑Madison Books, (2005), 1,001 Foods to Die For,Andrews McMeel Publishing, pag. 379