El pensamiento anti-LGBT en Indonesia es el desagrado colectivo o incluso el odio de algunos indonesios hacia todo lo relacionado con el colectivo LGBT. Este pensamiento empezó a ocurrir a principios de 2016 después de que circularan por los medios de comunicación carteles del grupo de apoyo y centro de recursos sobre estudios de la sexualidad de la Universidad de Indonesia en los que se ofrecía asesoramiento gratuito a los jóvenes homosexuales.[1][2] Desde entonces, ha habido varios rechazos, blasfemias y críticas por parte de figuras políticas y diversos grupos de la sociedad.[3] Por ejemplo, el ministro de defensa, Ryamizard Ryacudu, declaró que los LGBT forman parte de una «guerra por poderes» que es más «peligrosa» que la guerra nuclear.[4] Por su parte, el ministro de investigación y tecnología, Mohamad Nasir, declaró que prohibía la presencia de personas LGBT en el campus, aunque luego cambió su declaración para prohibir que las personas LGBT «se besen» en el campus.[5] En la ciudad de Padang, el 18 de noviembre de 2018, el alcalde Mahyeldi Ansharullah llegó a liderar una conferencia anti-LGBT a la que asistieron siete mil personas.[6]
Resultados de las encuestas
Una encuesta del Centro de Investigación Pew en 2019 mostró que el 80% de los encuestados dijo que la homosexualidad no debería ser aceptada por la sociedad.[7] Según una encuesta realizada en 2017 por ILGA, solo el 38% de los indonesios dijo que las personas que mantienen relaciones con personas del mismo sexo deberían ser acusadas como delincuentes, mientras que otro 62% de los indonesios negó que las relaciones con personas del mismo sexo sean un delito penal o se mostró neutral.[8] Por su parte, una encuesta de Saiful Mujani Research and Consulting de 2018 reveló que el 87,6% de los 1200 encuestados indonesios considera a las personas LGBT una amenaza, aunque el 57,7% acepta su derecho a vivir como ciudadanos indonesios.[9]
Impacto
La opresión e intolerancia hacia las personas LGBT ha aumentado desde principios de 2016. En 2016, el internado islámico Al-Fatah Waria de Yogyakarta fue cerrado debido a la oposición de varios grupos.[10] En 2017, la policía hizo una redada en una sauna gay de Yakarta y detuvo a 141 personas que posteriormente fueron acusadas en virtud de la ley de pornografía.[11] Ese mismo año, cinco mujeres de Medan fueron perseguidas por los residentes alegando que las habían sorprendido besándose.[12] Doce mujeres también fueron desalojadas de su lugar en la aldea de Tugu Jaya, Java Occidental, porque los residentes estaban preocupados por su aspecto «poco femenino».[13] Las personas transgénero no se han librado; en Kabupaten Aceh Utara, en 2018, varias personas transgénero fueron detenidas por la policía y obligadas a «volver a ser hombres».[14]
Según una investigación de Human Rights Watch, la discriminación y la persecución de las personas LGBT en Indonesia ha tenido un impacto negativo en los esfuerzos para abordar el VIH/SIDA en el país, ya que las personas vulnerables al VIH tienen miedo de asesorarse o buscar tratamiento médico. Como resultado, las tasas de VIH entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres se han quintuplicado desde 2007, pasando del 5% al 25%, aunque la mayoría de las nuevas infecciones por el VIH en Indonesia siguen procediendo de relaciones heterosexuales.[15]
Referencias
Enlaces externos