Esta obra está inscrita como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) en el Inventario del Patrimonio Cultural catalán con el código 08019/125.[1]
Historia y descripción
El edificio fue construido como arsenal para la fortaleza de la Ciudadela, un enclave militar erigido por orden de Felipe V para dominar Barcelona tras la guerra de sucesión española, en la que Cataluña había estado en el bando del contrincante de Felipe, Carlos de Austria. El proyecto fue encargado al ingeniero militar de origen flamencoJorge Próspero de Verboom, y realizado entre 1716 y 1748. En el siglo XIX Barcelona dejó de ser considerada plaza fuerte y por fin, gracias a la Revolución de 1868, se procedió a la demolición de la Ciudadela, de la que solo quedaron la capilla (actual Parroquia Castrense), el palacio del gobernador (actualmente un instituto de educación secundaria) y el arsenal, que es la sede del Parlamento de Cataluña.[2]
El edificio del arsenal tiene 5532 m², con dos plantas y desván, y fue construido con piedra de Montjuic y baldosas rojas. De estilo clasicista francés, presenta una planta cruciforme y dos pisos con galerías abovedadas, y cuatro patios entre los brazos de la cruz. La fachada destaca por un conjunto de arcadas que forman un porche en la planta baja.[3]
El palacio fue restaurado por Pedro Falqués con vistas a la celebración de la Exposición Universal de 1888, en que fue residencia de la familia real. Sobre el trazado original Falqués abrió unos balcones en el primer piso y convirtió el patio central en una escalera de honor; posteriormente, entre 1904 y 1915 añadió dos cuerpos laterales al edificio principal.[4] En el interior, Falqués desarrolló una decoración de estilo modernista, inspirada en la Ópera de París, destacando elementos ornamentales como escudos, herrajes, artesonados y esgrafiados. También decoró la fachada exterior con esgrafiados, y colocó en la misma, a la altura del desván, el escudo de piedra que había en la antigua puerta del Socorro de la Ciudadela, con el blasón de armas de la Casa de Borbón.[3]
En 1900 el edificio fue destinado a Museo Municipal de Arte Decorativo y Arqueológico de Barcelona.[5]
En 1927 se acondicionó el jardín situado frente al palacio, antiguo patio de armas de la Ciudadela, con un diseño de Jean-Claude Nicolas Forestier; se colocó entonces en medio del lago la escultura Desconsuelo, de Josep Llimona (actualmente una copia, ya que el original se halla en el MNAC).[3]
En 1932 se realizó una nueva decoración a cargo de Santiago Marco, con el fin ya marcado de acoger el Parlamento de Cataluña, tras la proclamación de la Segunda República; entonces el antiguo Salón del Trono se convirtió en Salón de Sesiones.[4] Fue entonces cuando el escudo de los Borbones de la fachada fue sustituido por las cuatro barras del escudo de Cataluña.[6]
Tras la Guerra Civil el edificio volvió a ser destinado a fines militares, hasta que en 1945 se destinó a sede del Museo de Arte Moderno de Cataluña.[7] Con la instauración del franquismo, se cambió de nuevo el escudo de Cataluña por el de Borbón.[6]
Con la llegada de la democracia, en 1977 volvió a ser sede del Parlamento, fecha en la que el edificio fue rehabilitado; de nuevo se cambió el escudo de Borbón por el de Cataluña.[6] Por último, tras el traslado del Museo de Arte Moderno al Palacio Nacional de Montjuic —sede del MNAC— en 2004, el edificio fue destinado por completo a su función parlamentaria.[3]
El palacio ha tenido continuas rehabilitaciones con el paso del tiempo, ya que por su fecha de construcción carecía de sistemas de cimentación, y el peso del edificio ha provocado constantes problemas de humedades por capilaridad y pequeños hundimientos.[8]
Por otro lado, en 1981 se instaló en un muro de uno de los patios interiores una placa en Homenaje a la resistencia (antifranquista), obra de Josep Maria Subirachs,[19] y en 1984, la escultura Piedad, de Ferran Ventura.[20]
↑ abMonner i Faura, Jordi (1992). BCN 92. Guía de La Vanguardia. 6: Del Pla de Palau a la Estació del Nord. La Exposición Universal de 1888. Barcelona: La Vanguardia. p. 18-19.
Garrut, Josep Maria (1976). L'Exposició Universal de Barcelona de 1888(en catalán). Barcelona: Ajuntament de Barcelona, Delegació de Cultura. ISBN84-500-1498-0.