El Palacio de Navarra, o Palacio de la Diputación Foral de Navarra, es el edificio en Pamplona, Navarra (España), que data del siglo XIX que fue inicialmente sede de la Diputación Foral de Navarra y donde actualmente reside la sede del Gobierno Foral de Navarra y de su presidencia.[1] Es la construcción civil más importante realizada en Navarra durante este siglo XIX y la tipología constructiva «coincide con otras de la geografía nacional, con el Palacio de Congresos de Madrid como punto de referencia.»[2]
Contexto histórico
Hasta mediados del siglo XIX la Diputación Foral de Navarra no tuvo sede propia. Entre 1824 y 1846 ocupaba el Palacio del Marqués de Castelfuerte o de los Armendáriz, situado en la calle San Francisco. Por esta razón también conocido este edificio por ello como la Casa del Reino.[3] En este palacio se alojó Fernando VII en 1828.
Es de carácter palacial, neoclásico, potente que tanto arraigó en la arquitectura institucional de Navarra. A ello contribuyen la fortaleza del sillar, la calculada dimensión de los elementos y su distribución, y el sereno frontis clásico de orden dórico que da la paseo de Sarasate y que se organiza sobre un portíco con una galería de arcos que se continúa en la fachada que da a la plaza del Castillo.
En sus paredes se pueden ver cicatrices de la guerra civil española, impactos de las bombas lanzadas el 12 de noviembre de 1937 por la aviación republicana.
Iniciado el siglo XX, en 1929, José y Javier Yárnoz, una vez que habían desaparecido las murallas, lo ampliaron hacia la avenida Carlos III, eje del Segundo Ensanche, con el mismo estilo que les precedía. Las esculturas y relieves del frontón de esta cara posterior del palacio son de Fructuoso Orduna en 1932. En él se representa a Navarra y las actividades humanas y artísticas que le caracterizaron.
Interior: Salón del Trono
Del interior destaca el Salón del Trono, la estancia principal, revestida con gran majestuosidad de estilo isabelino realizado entre 1861 y 1865 por el arquitecto Maximiano Hijón que dirigió la obra y encargó de contratar a todos los artistas que intervinieron. Tiene una fastuosa escalera como acceso.[5]
En sus paredes están representados los principales personajes y episodios que forman parte de la historia del Reino de Navarra.[1]
En el techo del salón, obra de Miguel Ángel Azparren realizada en 1862, se representa una alegoría de Navarra compuesta por «una matrona sentada y coronada, con palmas y laureles en su mano derecha y dirigiendo su mirada hacia el templo de la sabiduría.» El conjunto presenta un fondo con un paisaje natural resaltado por «dos elementos emblemáticos del progreso: una fábrica y el ferrocarril, atravesando el acueducto de Noáin.» Esta alegoría de Navarra «está rodeada de las cuatro virtudes cardinales -Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza»[1] que enlazan con la escena central mediante una cadenas conmemorativas de las usadas en el escudo. También se acompañan el conjunto con cuatro bajorrelieves representando a las ciencias, artes, armas y agricultura.[6]
En el esquilfe de la bóveda se muestran diez medallones representando las armas de ciudades y villas navarras como Pamplona, Olite, Tudela, Tafalla, Estella, Sangüesa, Puente la Reina, Aoiz, Viana, Lumbier, Cascante, Corella, Monreal y Los Arcos.
Entre el resto de elementos que forman parte del salón están el propio trono, elevado sobre un estrado de tres peldaños bajo un dosel aterciopelado donde se disponen dos sitiales constituyendo el trono y cuyo uso queda exclusivamente reservado a los Reyes de España.[1]
El Tapiz de las Navas de Tolosa, como fondo del trono, es una reproducción del Pendón de las Navas conservado en el monasterio de las Huelgas (Burgos) en 1954.[1]
Sobre el dosel que tapa el trono están las Cadenas de Navarra símbolo de las logradas por Sancho VII el Fuerte en 1212 que trajo como trofeo y que conforman el escudo de Navarra.[1]
Tampoco faltan los bustos de personajes ilustres vinculados con la cultura de Navarra, incluyendo las figuras de San Fermín y San Francisco Javier «como copatronos del Reino de Navarra desde 1657».[1] Otras figuras representadas son el cardenal Martín Zalba, el prelado Joaquín Javier Úriz, el P. José de Moret, el Doctor Navarro Martín de Azpilcueta, el escultor Miguel Ancheta, Martín Pérez de Estella y el mariscal Pedro de Navarra.
Tiene un jardín visible desde la verja que lo separa de la Avenida de San Ignacio. En el centro del jardín hay una fuente iluminada, y en él se encuentra una de las dos secuoyas que hay en Pamplona, la conocida popularmente como "Pino de la Diputación", plantada en 1856, declarada monumento natural en el 2009 y con una altura cercana a los 36 metros en la actualidad.[7]
Navarros ilustres
En la fachada de este anexo al palacio que da al jardín, en el friso que corre debajo de las ventanas de las planta principal, hay una serie de 8 medallones -cuatro a cada lado del balcón principal- que recuerdan a otros tantos ilustres hombres de letras navarros:[8] Los medallones muestran un relieve del personaje, y debajo se indica su nombre;
Juan de Sada, matemático e historiador del siglo XVII, autor de la Historia apologética y descripción del Reyno de Navarra y de su mucha antigüedad, nobleza, calidades y reyes.
R. Jiménez de Rada (1170-1247), obispo, historiador y hombre de estado de Navarra.
Alegría Goñi, Carmen (1994). «Pintores Contemporáneos». El Arte en Navarra. Pamplona: Diario de Navarra. ISBN84-89103-00-3.
Arrieta Elías, Ignacio; Orbe Sivatte, Asunción de; Ruiz Cabrero, Gabriel (2006). Sarasa Asiáin, Alfredo, ed. Guía de Arquitectura de Pamplona y su Comarca. Pamplona: Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. ISBN84-611-3284-X.