El Palazzo Reale o Palacio Real de Milán fue por muchos siglos sede del gobierno de la ciudad de Milán (Italia), residencia de regentes y es actualmente un importante centro cultural, sede de muestras y exposiciones.
Durante el gobierno de los Habsburgo sufrió una remodelación neoclásica a cargo del arquitecto italiano Giuseppe Piermarini; el palacio está situado a la derecha de la fachada del Duomo, en posición opuesta respecto a la conocida Galería Víctor Manuel II. La fachada del palacio sigue la línea de un antiguo patio, formando una entrada respecto a la Piazza del duomo, llamada piazzetta reale.
Cabe destacar la Sala delle Cariatidi (Sala de las Cariátides) en la planta noble del palacio, que ocupa el lugar del antiguo teatro, quemado en 1776, y es el único ambiente que sobrevivió al duro bombardeo de la ciudad en 1943, durante el cual se perdieron los interiores neoclásicos.
Historia
Sede del gobierno de la ciudad desde la Baja Edad Media, fue conocido por el nombre de Palazzo del Broletto Vecchio y también como Palazzo dell'Arengo,[1] vio reforzado su papel de centro político con el advenimiento de los señoríos de los della Torre (o Torriani), los Visconti y los Sforza. A partir de entonces fue escenario de una fastuosa vida cortesana, investiduras y recibimientos solemnes.[2]
Hasta principios del siglo XVI, los duques de Milán tenían su residencia oficial en el Castello Sforzesco. Fue bajo el dominio francés de Luis XII y de Francisco I que la corte se trasladó al Palacio Real.
El Palazzo floreció bajo el gobernador Ferrante Gonzaga, quien tomó residencia permanente en Milán en 1546. La familia Gonzaga renovó y transformó la corte ducal en un palacio adecuado para un gobernador, con salas ampliadas y recién inauguradas dedicadas a funciones oficiales.
A finales del siglo XVI, el gobernador español Antonio de Guzmán y Zúñiga, marqués de Ayamonte, contrató a Pellegrino Tibaldi para llevar a cabo una mayor remodelación del palacio real. Tibaldi, arquitecto de confianza del arzobispo Carlos Borromeo, ya estaba trabajando en ese momento en el Duomo, en el Palacio Arzobispal y en Cortile dei Canonici. Entre 1573 y 1598 coordinó las obras de remodelación del palacio real. Varios artistas importantes de la época colaboraron en esa remodelación juntoa Tibaldi: Aurelio Luini, Ambrogio Figino, Antonio Campi y Valerio Profondavalle, un artista flamenco que también había trabajado en las ventanas del Duomo.
En la segunda mitad del siglo XVIII Milán estaba, en virtud del Tratado de Utrecht, bajo el dominio de Austria, y el Palacio Real fue revestido de ornamentos y decoraciones inspiradas en el barrocoteresiano, previamente a la transformación neoclásica que recibiría a finales de siglo de la mano de Giuseppe Piermarini, quien había sido investido en 1769 como Arquitecto Real Imperial de la Lombardía Habsburgo. Piermarini mantuvo sobre la región una especie de monopolio arquitectural, supervisando docenas de proyectos y elevando los niveles de profesionalidad en la región,[3] y proyectó entre otros edificios La Scala, el famoso teatro de ópera de la ciudad. En este período Piermarini formó la estancia principal del palacio, la conocida como Sala de las Cariátides.
Originalmente proyectado con un sistema de dos patios, uno de ellos fue parcialmente demolido durante su remodelación para abrirlo a la plaza del Duomo; la fachada actual del palacio sigue la línea del antiguo patio, formando una entrada respecto a la plaza del duomo, llamada piazzetta reale, que se encuentra a la derecha de la fachada del Duomo, en posición opuesta a la Galería Víctor Manuel II.[2]
La remodelación tuvo lugar entre 1769 y 1778, coincidiendo al final con el trabajo en La Scala (1776-1778), en un estilo que ha sido definido como un "neo-palladiano algo árido".[4] Piermarini invitó al también arquitecto y decorador (Giuseppe) Giocondo Albertolli (1742,1839) a decorar varias salas del palacio siguiendo sus diseños, entre ellas la Sala de las Cariátides, que le tomó dos años completar.[5]
En 1920 el Palacio Real pasó a propiedad estatal, y fue abierto a las visitas de los ciudadanos. Los bombardeos de 1943 destruyeron en parte el edificio, que está en la tercera fase y final de un proceso de restauración de más de veinte años de duración para recuperar el esplendor de antaño.[2]
↑Casati, Antonio (1859). Milano ed i principi di Savoia: cenni storici. S. Franco e figili,. p. 11.; Arengo era un término por el que se conocía, durante la edad media, a la asamblea de ciudadanos de un Comune o municipio, y, por extensión, el lugar en que tenía lugar. Broletto es otro término medieval que designaba en Italia la plaza donde se desarrollaban las asambleas comunales.Arengo: y broletto: en el diccionario italiano de wordreference).