Omne vivum ex vivo (u, Omne vivum ex ovo) frase latina que literalmente significa y se traduce como «toda vida sale de vida», y cuyo significado es «todo ser vivo viene de otro ser vivo».
Fue expresada por el médico italiano Francesco Redi (1626-1698), tras realizar brillantes experiencias para demostrar la falsedad de la creencia en la generación espontánea de vida a partir de cosas no-vivas presentes en el medio. Para evitarse problemas con la inquisición tales como los que sufriera Galileo Galilei: usó la frase en latín de resonancias bíblicas omne vivum ex vivo ("Todo vivo procede de la vida").[1]
Una variante posterior de la frase, usada en el mismo sentido, Omne vivum ex ovo ('Todo ser vivo procede de un huevo'), se debe a Carlos Linneo (1751).[2]
Véase también
Referencias