Aunque no tenían un sentimiento de pertenencia a un grupo o movimiento concreto, los cineastas tenían como prioridad romper con las pautas del realismo socialista y abrir nuevas vías de creación artística. Entre sus características el uso de la ironía, la sátira y el absurdo, las técnicas de montaje vanguardistas y el desencanto ideológico, así como la búsqueda por entender la realidad. El año 1963 es considerado como el punto de inicio de la ola gracias al debut de Věra Chytilová, Jaromil Jireš y Milos Forman, quienes tomaron la apertura de las políticas culturales oficiales para convertirse en agentes de cambio insoslayables. En sus palabras, buscaron revisar el socialismo checoslovaco y darle una cara más "humana".[4] En 1965, se materializaría con 26 premios por sus largometrajes y 41 por sus cortometrajes en festivales internacionales, incluyendo el Oscar a Mejor Película Extranjera para La tienda de la Calle Mayor, dirigida por Ján Kadár y Elmar Klos.[5]
El 20 de agosto de 1968, tras un importante periodo de apertura política, económica y social, conocida como la Primavera de Praga, se pone fin a este periodo con la invasión soviética, con el propósito de detener y revertir las reformas de liberalización, y que se reforzara la autoridad del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ).[6] Tras la disolución de sindicatos y productoras, los realizadores Milos Forman, Ján Kadár, Ivan Passer, Vojtěch Jasný y Jiří Weiss decidieron exiliarse del país, mientras que Vera Chytilová, Jiří Menzel, Jaromil Jires y Evald Schorm, que decidieron quedarse y seguir trabajando en Checoslovaquia, fueron duramente censurados o tardaron años en volver a filmar.[3] La medidas represivas fueron tan taxativas que afectaron a más de un centenar de películas.[5]