Antiguamente, los aborígenes australianos, los melanesios y los negritos fueron incluidos en la raza negroide en la antropología y cartografía popular. Sin embargo, ya en 1870, Thomas Huxley sugirió que los aborígenes australianos, los negritos y los melanesios, así como los papúes (los habitantes de Nueva Guinea), debían ser referidos como una raza separada conocida como australoide.[2] Esto se había convertido en una práctica general en la década de 1940.
Carleton Stevens Coon rechazó la noción de una raza negroide unificada en su libro de 1962 llamado El origen de las razas, en el cual divide la población africana negra en una raza "congoide" y otra "capoide".
Hoy existe un amplio consenso científico de que no existen razas humanas en un sentido biológico[3][4] y que el concepto de razas distintas está enraizado en procesos sociopolíticos e históricos más que en la observación empírica.[5]
Las razas no existen, ni biológicamente ni científicamente. Los hombres por su origen común, pertenecen al mismo repertorio genético. Las variaciones que podemos constatar no son el resultado de genes diferentes. Si de "razas" se tratara, hay una sola "raza": la humana.
Los "Negroides" han sido descrito, por lo general, por tener una tez muy oscura, cabeza alargada, frente ligeramente abombada, nariz chata y más ancha, ojos oscuros, labios más gruesos, pelo oscuro y rizado, piernas largas y estatura elevada.
Ashley Montagu catalogó "los rasgos estructurales neoténicos en que ... los negroides difieren de los caucasoides ... la nariz achatada, la raíz plana de la nariz, las orejas más estrechas, las articulaciones más estrechas, el cráneo con eminencias frontales, el cierre tardío de las suturaspremaxilares, la menor vellosidad, las pestañas más largas, [y] el patrón cruciforme de los segundos y terceros molares"[7]
Carleton S. Coon
Extensiones posteriores de la terminología, como en El origen de las razas, de Carleton S. Coon, colocan esta teoría en un contexto evolutivo. Coon divide la especie Homo sapiens en cinco grupos, caucasoide, capoide, congoide, australoide y mongoloide, basado en el momento supuesto de su evolución del homo erectus.[8][9] Colocó la raza capoide como una entidad racial separada y etiquetó las dos divisiones principales de lo que llamó la raza congoide como los "negros africanos" y los "pigmeos", dividió a los indígenas africanos en estos dos grupos distintos en función de su fecha de origen y a una clasificación floja de mera apariencia — sin embargo, esto llevó a un desacuerdo entre los enfoques que datan de divergencia y a los resultados contradictorios consiguientes.[9][10]
↑American Association of Physical Anthropologists (27 de marzo de 2019). «AAPA Statement on Race and Racism». American Association of Physical Anthropologists. Consultado el 19 de junio de 2020.
↑"[T]he answer to the question whether races exist in humans is clear and unambiguous: no." ("La respuesta a la pregunta de si las razas existen en los humanos es clara e inequívoca: no."), Templeton, A. (2016). EVOLUTION AND NOTIONS OF HUMAN RACE. In Losos J. & Lenski R. (Eds.), How Evolution Shapes Our Lives: Essays on Biology and Society (pp. 346-361). Princeton; Oxford: Princeton University Press. doi10.2307/j.ctv7h0s6j.26.
↑Berthier-Foglar, Susanne (2012). Biomapping Indigenous Peoples: Towards an Understanding of the Issues(en inglés). Rodopi. p. 186. ISBN9401208662. Consultado el 18 de mayo de 2018. «The [American Anthropological Association] statement is representative of the prevailing view in the contemporary social sciences. Many social scientists have questioned the assumption that race is a scientific or objective reality, contending that it is forged from the discourses of politics, society, and history.»
↑Montagu, Ashley Growing Young Published by Greenwood Publishing Group, 1988
ISBN 0-89789-166-X
↑Jackson Jr., John (junio de 2001). «“In Ways Unacademical”: The Reception of Carleton S. Coon's The Origin of Races». Journal of the History of Biology34 (2): 247-285. doi:10.1023/A:1010366015968.
↑ abKeita, S.O.Y.; Rick A. Kittles (septiembre de 1987). «The Persistence of Racial Thinking and the Myth of Racial Divergence». American Anthropologist99 (3): 534-544. doi:10.1525/aa.1997.99.3.534.La referencia utiliza el parámetro obsoleto |coautores= (ayuda)